Pestilencia, tumores y granizo
Enviado por bragup • 8 de Noviembre de 2014 • 1.482 Palabras (6 Páginas) • 192 Visitas
Pestilencia, tumores y granizo (24 de Julio)
He aquí la mano de Jehová estará sobre tus ganados que están en el campo…. Con plaga gravísima. Exodo 9:3
Moisés era un joven, lleno de energía y fortaleza, y veía como sus hermanos eran afligidos por los egipcios, y en su corazón se había encendido el deseo de libertarlos. Según la sabiduría humana, parecía el momento preciso y oportuno para llevar a cabo sus planes.
Pero Dios ve lo que el hombre no ve; sus caminos no son nuestros caminos.
Moisés todavía no estaba preparado para llevar a cabo el plan, ni el pueblo estaba preparado para su liberación. Él había sido educado en la escuela Egipcia, pero todavía le tocaba pasar por la escuela severa de la disciplina. Moisés había aprendido muchas cosas que debía de olvidar, Y fue enviado al desierto durante cuarenta largos años.
Un médico decía: un niño que vive en el campo en sus primeros años es más inteligente que cualquier otro niño, pues el niño del campo decía él: desarrolla su capacidad de abstracción mucho mas. Ese niño cuando empieza a jugar el se pone a jalar una lata e imagina que su juguete tiene llantas, ventanas, y otros accesorios, en cambio el otro niño ya tiene un carro con llantas, ventanas y no hay capacidad de abstracción.
En el desierto, el libertador debería aprender lecciones de humildad.
Mientras pasteaba sus ovejas, vio arder una zarza, pero no se consumía, se aproximó para ver que es lo que estaba sucediendo, de repente escucho la voz de Dios que decía ¡Moisés Moisés! Y el respondió: Heme aquí., y dijo no te acerques; quita tu calzado de tus pies, porque el lugar en que tu estas tierra santa es.
De aquí debemos aprender una lección que nunca se debería olvidar. Al aproximarnos a Dios deberíamos hacerlo con reverencia e inclinarnos humildemente ante él.
La primera tarea de Moisés y su hermano era reunirse con los ancianos de Israel y contar los planes de Dios, revelando las señales que Dios les dio, el pueblo creyó
La próxima tarea era comunicarse con el Faraón y repetir la promesa de liberación
Pero el rey se enojó y ese mismo día ordenó hacer más cruel y opresivo el trabajo
El sábado fue una de las cosas en que Israel no podía servir al señor en Egipto; y cuando Moisés y Aarón llegaron con el mensaje de Dios, trataron de hacer una reforma, lo cual sólo sirvió para aumentar la opresión
Pero Moisés había mostrado a su pueblo que la obediencia a Dios era la primera condición para su liberación
En su servidumbre los israelitas habían perdido hasta cierto punto el conocimiento de la ley de Dios, y se habían apartado de sus preceptos
En la actualidad sucede lo mismo con nosotros, hemos perdido lo precepto de la ley de Dios, y somos esclavos de nuestras propias pasiones
Es interesante notar que antes de presentarse ante el rey los hermanos deberían presentarse primero ante el pueblo repitiendo las promesas de liberación con nuevas garantías del favor divino, pero el pueblo no los escuchó, pues Faraón mismo burlo, se jactó de que el Dios de los hebreos no podía librarlos de su mano. Tales palabras susurraban en sus oídos y destrozaban las esperanzas de muchos israelitas.
De nuevo los hermanos ante el Faraón con el objetivo de repetir el mandato de Dios, El rey exigió un milagro
Aarón tomo la vara y la arrojo al suelo ante Faraón. Y se convirtió en una serpiente, El rey hizo llamar a sus sabios y hechiceros, y hechó cada uno su vara, las cuales se volvieron culebras; mas la vara de Aarón devoró las varas de ellos. Así la obra de Dios se manifestó superior a la de Satanás. Pero el rey declaró que sus magos eran iguales en poder a Moisés y Aarón; denunció a los siervos del señor como impostores.
Los magos y hechiceros no obraron sólo por su propia habilidad, sino mediante el poder de Satanás, quien les ayudaba a falsificar la obra de Dios.
El príncipe del mal, aunque posee toda la sabiduría y fuerza de un ángel caído, no tiene poder para crear o dar vida; esta prerrogativa pertenece sólo a Dios. (patriarca y profetas p. 268)
Pero Satanás hizo todo lo que estaba a su alcance; produjo una falsificación. Para la vista humana y constantemente trata de falsificar la obra de Cristo
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El enemigo de Dios, también quiere destruirnos, quiere acabar con nuestras vidas, con nuestros sueños, y cuando oramos a Dios él nos da la seguridad de su compañerismo (si Dios está conmigo quién será contra mí (Rom 8:31)) ahí está el poder de la oración.
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