Philippe Meirieu.
Enviado por glenda20 • 27 de Mayo de 2014 • Examen • 990 Palabras (4 Páginas) • 204 Visitas
Philippe Meirieu.
“Es responsabilidad del educador provocar el deseo de aprender”
“No nos podemos contentar con dar de beber a quienes ya tienen sed. También hay que dar sed a quienes no quieren beber”. Reivindica el derecho de todos los niños a aprender y la responsabilidad de los educadores de garantizarlo.
No basta con dar respuestas. Hay que provocar en los alumnos el deseo de aprender y de formularse preguntas. Codo a codo, acompañarlos a lo largo de toda la escolaridad, ayudándolos a encontrar tiempos de reflexión y concentración en una época en la que están sobre informados y sobreexcitados.
Se democratizó el acceso a la escuela pero no el éxito escolar. Se abrieron las puertas a los que estaban excluidos, quizá hay que hacer las modificaciones para darles los medios para prosperar. Paradoja: los que fueron víctimas de la exclusión escolar, son culpables de su propio fracaso. Rencor social, sentimiento de haberse equivocado, no se procuró que encuentren su sitio.
El porcentaje de los que están fracasando son ciudadanos que no están en condiciones de participar en la vida democrática: esto es grave. Es el principal problema institucional que debemos traducir en problema pedagógico: qué hacer para que no estén sistemáticamente relegados al fracaso.
¿Qué hacer?
Interrogarse sobre la obsolescencia del modelo tradicional de “la clase” (finales del siglo XIX): 30 personas que hacen lo mismo al mismo tiempo, con poco acompañamiento individual, personalizado, para que los enseñantes detecten y remedien las dificultades. Esto es fundamental. No lo sabemos hacer bien, se delega a los padres o a clases privadas fuera de la escuela.
Pedagogo es aquel que acompaña al niño (etimológicamente). No hay que dejarlos ahí donde están sino escuchar sus dificultades, comprender sus problemas, estar a su lado. Algunas familias no pueden. La escuela debe hacerlo.
En la escuela son necesarios tiempos colectivos, en los que el alumno aprenda a participar en grupo, y articularlos con los tiempos más individualizados. Grupos más importantes que el de clase habitual, tiempos individuales, pequeño grupo. Conferencias o teatro con cien alumnos, cuatro o cinco para un proyecto, experiencias de Cs. Nat. De no más de diez, clases tradicionales. Pero la individualización se puede hacer colectivamente (cuatro niños más tímidos que puedan expresarse juntos y desinhibirse). Grupos articulados en función de proyectos. Reagrupamientos en función de los objetivos de aprendizaje. Cada alumno debe tener un adulto referente a quién dirigirse y coordine su escolaridad (tutor).
Diversificar las formas de enseñanza, flexibilizarla, para que cada uno pueda encontrar su sitio, su marco.
También necesitamos reflexionar sobre un nuevo tipo de relación con el saber. Que los alumnos con grandes dificultades se interesen en aprender, en invertir su energía en la escuela, en movilizarse por el trabajo escolar. Dar sentido al trabajo escolar. No hay aprendizaje sin deseo, pero el deseo no es espontáneo, no viene solo, hay que hacerlo nacer.
Es responsabilidad del educador hacer emerger el deseo de aprender. Crear situaciones que favorezcan la emergencia del deseo: diversificadas,
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