Psicologico

Me hacían dormir solo en una habitación con un ventanal desmesurado a los pies de la cama… de la nada emerge un despertar al alaba, veo en la ventana gris como una presencia desoladora, un tema de llanto ((…)) rectángulo grisáceo de la nada para unos ojos que se abrían al vacío, que resbalaban infinitamente en una misión sin asidero, un niño de espaldas frente al cielo desnudo.

Me desperté y vi la luz del amanecer en las mirillas de la persiana. Salían de tan adentro de la noche que tuve como un vomito de mi mismo, el espanto de asomar a un nuevo día con su misma presentación, su indiferencia mecánica de cada vez: conciencia, sensación de luz, abrir los ojos, persiana, el alba…

Estoy obligado a tolera que el sol salga todos los días. Es monstruoso. Es inhumano

Y entonces canto un gallo, si hay recuerdo es por eso, pero no había noción de gallo, no había nomenclatura tranquilizante, como saber que ese era un gallo, ese horrendo trazarse del silencio en mil pedazos, ese desgarramiento del espacio que precipita sobre mi sus vidrios rechinantes, su primer y más terrible roc.

Mi madre recuerda que grite que se levantaron y vinieron, que llevo horas hacerme dormir, que mi tentativa de comprender dio solamente eso; el canto de un gallo bajo la ventana, algo simple y casi ridículo que me fue explicado con palabras que suavemente iban destruyendo la inmensa maquina del espanto: un gallo, su canto previo al sol cocorico, duérmase mi niño, duérmase mi bien.

YO

Concepto psicoanalítico. Presentado por Freud en la llamada "segunda tópica", junto con el ello y el super-yo, el yo (o "ego") es la parte de la personalidad que se organiza como consecuencia de la influencia del ambiente. Por su capacidad para evaluar y comprender la realidad, el yo le permite al sujeto superar las amenazas externas e internas. El yo se rige por el principio de realidad y en él funcionan los procesos secundarios (percepción, pensamiento, ...). Es básicamente consciente y de su dominio en la actividades del sujeto depende la salud psíquica del mismo.

Yo

El Yo tiene como fin cumplir de manera realista los deseos y demandas del Ello con el mundo exterior, a la vez conciliándose con las exigencias del Superyó. El Yo evoluciona según la edad y sus distintas exigencias del Ello actuando como un intermediario contra el mundo externo. El yo sigue al principio de realidad, satisfaciendo los impulsos del Ello de una manera apropiada. Utiliza razonamiento realista característico de los procesos secundarios que se podrían originar. Como ejecutor de la personalidad, el Yo tiene que mediar entre las tres fuerzas que le exigen: el mundo de la realidad, el Ello y el Superyó, el yo tiene que conservar su propia autonomía por el mantenimiento de su organización integrada. Aunque en sus escrituras tempranas

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