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Enviado por pedro012 • 24 de Julio de 2014 • 586 Palabras (3 Páginas) • 207 Visitas
Luís Herrera Campins, entre 1979 y 1983, entregó 391.893 viviendas; Jaime Lusinchi (1984-1988) 367.739; Carlos Andrés Pérez en el segundo período presidencial construyó 314.333 y Rafael Caldera en el transcurso de cuatro años (1994-1998), 341.666 residencias.
Fiel lector, transcriba en un buscador web la palabra Vivienda y en aproximadamente 0,28 segundos, 146 millones de enlaces se desplegaran en su pantalla.
Así bien, disponer de un refugio para el descanso y convivencia familiar se sintetiza en una frase: Necesidad básica del ser humano que garantiza "digna” existencia.
Según datos aportados por el Instituto Nacional de Estadística (INE), para agosto de 2011 el Gobierno central había entregado poco más 200 mil residencias y cargaba a cuesta un déficit de dos millones de unidades habitacionales. En detalle, 7 millones 56 mil venezolanos esperaban respuesta a su necesidad.
Prólogo de un rescate
Es así como en el primer trimestre del 2011, medios de cobertura nacional y regional enfocaron sus titulares con el decreto presidencial de la Gran Misión Vivienda Venezuela.
Sumar a la lista de bienes del Estado, terrenos ejidos para la construcción de complejos habitacionales, fue la primera disposición; ¿Faltó algo?.
"Planificación y garantía de servicios. Las ciudades no deben crecer horizontalmente sino de manera vertical. ¿Cómo se explica que New York tenga una población metropolitana de 22.085.649 habitantes?. La construcción de residencias multifamiliares, es decir edificios, es la respuesta”, explicó el arquitecto y urbanista Ángel García.
A propósito, al filo de la Av. La Salle en 1976 maquinaria de carga pesada llegó al lugar para la construcción de cuatro superestructuras de 21 pisos, dos de menos cobertura y otras cuatro de siete pisos.
Un mito urbano
Torres de El Sisal… el trampolín de la muerte. Así las llamó en 2007 el bloggeroMasorrique. En total, 31 personas ascendieron al 7º y 8º piso en los últimos 30 años, ignoraron alternativas de solución ante situaciones adversas; se lanzaron al vacío y dejaron una estela de terror y espanto.
Las cuatro torres abandonadas, hasta el 2012, eran un mito urbano. "Vivo cerca de la Iglesia Guadalupe, como a cuatrocientos kilómetros de estos edificios y muchas veces escuché que vecinos del sector oían personas gritando, otras decían que veían sombras que avanzaban por los pisos”, expresó Migdalia Lugo comerciante informal de 46 años de edad. El 8 de febrero de 2010 se registró el último deceso. Obdulia Elena GalíndezRabán (50) fue la víctima.
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El equipo de trabajo
21 pisos por recuperar, 200 familias con posibilidad de ocupación y un equipo de trabajo conformado por especialistas en ingeniería civil de la Universidad Centroccidental Lisandro Alvarado (UCLA), dirigidos por el Ing. Denis Avont.
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