Reconciliandonos con dios

INTRODUCCION

Cuando nos hemos reconciliado con nuestro padre Dios y con nosotros mismos, vivimos sin mirar atrás, no dejamos que nadie nos juzgue, ni siquiera nuestra propia conciencia y aprendemos a vernos como Dios nos ve: amados, perdonados, aceptados, con naturaleza divina, con unción y con autoridad para extender su reino (Efesios 1:3-14), por lo tanto es necesario que nuestro corazón sea mudado por Dios para volvernos elementos útiles en sus manos.

1. RECONCILIANDONOS CON DIOS (Job 22:21)

• El primer paso será entender cuán grande es la manifestación del amor de Dios hacia cada uno de nosotros, Dios se manifiesta al ser humano como un padre amoroso, un Padre que está atento aun en las cosas mas insignificantes de cada uno de sus hijos

• Es necesario reconciliarnos con nuestro Dios para que podamos disfrutar de nuestra posición como hijos y descubrir ese maravillosos manantial de amor y de vida que fluye continuamente a través de mi permanente relación con Dios

• Esta reconciliación se da cuando nos ponemos de acuerdo con Dios y entonces le entregamos todas nuestras acciones, obras, palabras necias y vanas, es decir cuando dejamos que El, a través de sus Santo Espíritu tome control total de nuestras vidas (Gálatas 2:20)

2. RECONCILIANDONOS CON NOSOTROS MISMOS (Jueces 6:12)

• Cuando el ángel de Jehová se le apareció a Gedeón este estaba solo, estaba dedicado a sacudir el trigo con un bastón, escondido en un rincón por miedo de los madianitas, el ángel de Jehová le encarga esta comisión, de liberar al pueblo de los madianitas, le atribuye las cualidades necesarias para llevarla a cabo y le asegura el éxito diciéndole Jehová está contigo varón esforzado y valiente

• Es reconocer que en las manos de Dios como hijo tengo el poder y la autoridad para ser su instrumento y llevar solución al mundo que nos rodea

3. RECONCILIANDONOS CON EL PROJIMO (Mateo 18:21-22)

• Cuando vivimos la reconciliación con Dios y con nosotros mismos como hijos y siervos de El, nos volvemos sensibles en nuestras relaciones, dispuestos a perdonar y pedir perdón cada vez que sea necesario y ese prójimo implica: el cónyuge (1 Corintios 7:11), los padres (Éxodo 20:12), los hijos (Salmo 127:3-5) y las demás personas que me rodean (Mateo 5:22-24

APLICACIÓN TEOTERAPICA

Estamos llamados a ser hombres y mujeres visionarios y conquistadores, que no vivamos conforme a las costumbres de este mundo, presos de la ira y la amargura, sino conforme al plan de vida que nuestro buen padre diseño para cada uno de nosotros.

Nuestro desafío es ser los Gedeones de este siglo, dejando a un lado los conflictos y temores generados por vivir en nuestras propias capacidades, aceptemos el llamado de Dios a ser hombre y mujeres de bendición para los que nos rodean, a nuestra familia, como consecuencia

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