Reflecion El Viejo Y El Mar

Esta frase se ve implícita en la lectura “el viejo y el mar” y también la vemos muy frecuentemente en el transcurso de nuestra vida, pero, ¿Cómo podemos identificar esta palabra en el desarrollo de nuestros proyectos? Muchas veces la gente nos dice que no somos capaces de llegar a nuestras metas, que no somos lo suficientemente fuertes, altos, astutos etc… pero lo que me pregunto cada día es ¿el cumplimiento de nuestros sueños tiene privilegios?, ¿solo el rico lograra cumplir sus metas o el más simpático? En el transcurso de mi vida me he dado cuenta que estos factores ayudan fácilmente al desarrollo de estos sueños pero vemos que la perseverancia es ese empujoncito que necesitamos cada vez que queremos realizar algo; al ver por ejemplo el viejo haciendo todo lo posible por conseguir su pez, al no rendirse nunca ante la adversidad y los problemas, a los celos de los de su alrededor; busco las fuerzas para lograr su cometido.

Esta lectura me pareció muy interesante; que más apreciado para aprender una lección de esfuerzo y perseverancia de un viejo que a pesar de su edad y de los obstáculos, busca conseguir su pez. Intuí que el viejo no buscaba el pez por interés propio, sino porque quería demostrarse a sí mismo que él podía lograr su cometido, demostrarse que el si podía. Siempre he creído que Dios recompensa al que trabaja arduamente, al que sin importar las controversias lucha para llegar a su meta.

Cada día podemos ver ejemplos de perseverancia; al ver los pajaritos hacer sus nidos en las copas de los árboles, puede que llueva, que sople el viento con una sonrisa pícara que lo único que busca es derribar el nido del pajarito que arduamente trabajo para hacerlo, pero que vemos en el pajarito, ¿se rinde ante la situación? ¿Deja a sus huevos solos e indefensos? ¡De ninguna manera! Lo protege, si se le cae el nido, lo vuelve a hacer y más lindo aun

Reflexión sobre "El viejo y el mar"

Reflexión sobre "El viejo y el mar"

Estimados foristas:

Me decidí a compartir con ustedes una reflexión que recientemente coloqué en otro foro y la que había pensado hace unos meses atrás y la cual, a mi juicio, retrata con mucha propiedad en lo que ha resultado para muchos el “desenmascaramiento” de la SWT.

Esta reflexión la relaciono con la obra “El viejo y el mar”, una excelente novela proveniente de la pluma del laureado escritor Ernest Hemingway (asiduo visitante de la famosa “bodeguita del medio”, donde apuraba sus famosos mojitos, en la ciudad de la Habana).

En este relato breve, el cual recomiendo su lectura, el autor describe la experiencia de un viejo lobo de mar cubano llamado Santiago, quien tras pasar por una mala racha de 84 días sin pescar ningún pez, un buen día, en alta mar, logra capturar, con muchísimo esfuerzo, un enorme pez, el más grande de toda su vida. Al no poderlo colocar sobre su pequeño bote, lo ata en un costado y remando lentamente va de regreso al puerto. Pero tiene tan mala suerte, que en la ruta de regreso aparecen varios tiburones, los cuales poco a poco van consumiendo el pez capturado, sin Santiago poder hacer nada para impedirlo. Al regresar a la playa solo quedan unas pequeñas tiras de carne en medio de huesos pelados.

De este interesante relato, me llamó la atención el siguiente fragmento: “¿Y qué es lo que te ha derrotado, viejo?”, pensó.

–Nada –dijo en voz alta–. Me alejé demasiado.

Ya no le podía hablar al pez, porque éste estaba demasiado destrozado. Entonces se le ocurrió una cosa.

–Medio pez –dijo–. El pez que has sido. Siento haberme alejado tanto. Nos hemos arruinado los dos.”

Creo que lo mismo ha sucedido con muchos que luchando por alcanzar la libertad del control mental de una secta, se han ido al extremo de aborrecer la fe cristiana. No conformes con tomar esta decisión libérrima, se han dedicado a derribar la fe de muchas almas vacilantes. Me parece que al igual que el relato de Hemingway, ambos grupos, terminan en una situación peor que la que tenían al principio.

Esta es una valoración desde mi óptica imperfecta, y no es vinculante. Solo cumplo con externarla. Mi deseo es que los que tengan vacilaciones, piensen en lo que están buscando, cuáles son sus objetivos.

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