Relacion Del Estado Con La Iglesia
Enviado por Ramon_sanchz • 19 de Julio de 2015 • 3.057 Palabras (13 Páginas) • 369 Visitas
INDICE
1.1 INTRODUCCION
1.2 ANTECEDENTES
1.3 ESTADO Y RELIÓN
1.3.1 UNION DE IGLESIA Y ESTADO
1.3.2 AUTONOMÍA
1.3.2 LA FORMA Y EL LIBERALISMO
1.3.4 POTESTAD DE LA IGLESIA EN ASUNTOS TEMPORALES
1.3.5 DIVERSOS MODOS DE REGULAR LAS RELACIONES JURÍDICAS ENTRE LA IGLESIA Y EL ESTADO
1.4 SEPARACIÓN IGLESIA Y ESTADO
1.5 LOS FUNDAMENTOS DE SUS DERECHOS
1.1 INTRODUCCION
Es evidente que desde la llegada de los colonizadores, llegó también el cristianismo tal y como era concebido por sus portadores. Vinieron juntos la Conquista y el catolicismo, la espada y la palabra, los militares y los religiosos.
Una frase muy conocida es la de “Dad a Dios lo que es de Dios, y al César lo que es del César”, que eso afirmaba lo total, al afirmar que todo era de Dios y, por lo tanto, lo que era del César también lo era de Dios. Entonces, fue cuando la Iglesia católica estaba en cima del Estado defendiendo el tipo de ideología a toda costa.
En 1522, apenas treinta años después del descubrimiento de América el Papa Adriano VI, envió los primeros misioneros al Nuevo Mundo. Fueron doce franciscanos los que se arraigaron a esta tierra Su intención sincera fue la difusión y expansión del Evangelio según las palabras de Mateo:
“Id, pues, y haced discípulos a todas las gentes bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo”
Estas dos sociedades solo se diferencian por sus fines propios por ejemplo la Iglesia procura el bien común sobrenatural y la salvación de las almas y el Estado busca el bien común temporal, el cual no es sólo material sino también espiritual.
Por eso existe el derecho divino que existen en dos poderes diferentes en la tierra, el poder natural, correspondiente a la autoridad civil y el poder sobrenatural de la Iglesia.
1.2 ANTECEDENTES
Las relaciones entre Iglesia y Estado están determinadas siempre por un argumentaciones que proviene de la diferencia esencial entre ambos, pues las dos instituciones dirigen sus pretensiones a los mismos seres humanos, aunque con diversos fines. En 1524, el Papa Fray Martín de Valencia, junto a otros doce franciscanos llegaron a México siendo los primeros que convirtieron y bautizaron a los naturales. En ese mismo año se convocó un sínodo (asamblea eclesiástica) reuniéndose treinta personas doctas, cinco clérigos y diecinueve frailes además de seis letrados legos, entre los cuales se encontraba Hernán Cortés, existía entonces una unión, mezcla confusión, patrocinio y asociación entre el Estado y la Iglesia.
No solamente fue quien llevó la luz del Evangelio a los lugares más lejanos, sino que al mismo tiempo portó una acción civilizadora por medio del establecimiento de escuelas, la creación de la Universidad en 1551, la introducción de la imprenta en 1539, la creación de centros hospitalarios y el desarrollo de las artes tales como la arquitectura de tipo barroco enriquecida con la mano del indio, la música, la literatura y la pintura.
En el nuevo mundo no se conocía otra religión mas que la Iglesia Católica, después de tres siglos de dominio español, la sociedad mexicana que nacía a la vida independiente, se constituía administrativa, espiritual y socialmente solo bajo la influencia y mirada de la Iglesia Católica que era junto al Estado la única institución en la que se depositaba toda su vida, pero era, a diferencia del éste, más cercana a las personas, gracias a que los asuntos de registro de nacimiento, de matrimonio y de defunción eran conocidos y realizados por la Iglesia aparte que era la encargada de impartir la educación y de realizar las obras sociales como la instauración y atención de hospitales.
Antes no existía la separación del Estado y la Iglesia, ya que ésta realizaba acciones que hoy son propias de un Estado Moderno.
En este sistema admite dos vertientes: La de subordinación de la iglesia al Estado o viceversa, y la de coordinación, que presenta tantas modalidades como países la han incorporado a su derecho positivo.
1.3 ESTADO Y RELIGION
La Constitución de 1917 fue el principio de supremacía, en el cual se sustenta la relación que ha de haber entre el estado y la iglesia, dando cualquiera que sea su credo religioso o el tipo de ideología política. El texto constitucional contiene la regulación que sobre los votos monásticos, libertad de creencias, culto externo, enseñanza laica, propiedad de las corporaciones religiosas y participación en los órganos de gobierno, ha de explicarse a las instituciones denominadas iglesias. En ella no solo se admite la existencia de materias en las que la competencia seria mixta, esto es, en la que participan conjuntamente el estado y las iglesias. Si no que se niega personalidad jurídica a estas, limitándose a reconocérseles su facultad pastoral.
El principio de la supremacía del estado sobre las iglesias forma parte de las decisiones políticas fundamentales, y la regulación sobre esta materia ha sido severamente cuestionada por la iglesia católica, desde la promulgación de la carta magna. Sin embargo, no ha sido reformado, lo que es de suyo significativo en un país en el que, por un lado, la constitución se modifica con frecuencia, y por el otro, tuvo como religión de estado por mas de 300 años a la iglesia católica. En la actualidad, el principio vuelve a ser cuestionado, sobre todo por la jerarquía eclesiástica católica. Si, como parece, las condiciones actuales aconsejan su revisión, conviene recordar las líneas fundamentales de su evolución en nuestro país para ver en que medida pueden servir para encontrar soluciones afines a nuestra tradición jurídica.
El articulo 130 de la Constitución nos habla sobre el principio histórico de la separación del Estado y las iglesias que orientan las normas contenidas en al artículo, las Iglesias y demás agrupaciones religiosas están sujetos a la ley.
1.3.1 UNION DE IGLESIA Y ESTADO
Hay cierta confusión en la mente del público acerca del significado de la unión de la Iglesia y el Estado. La idea esencial de tal unión es la condición de los asuntos en los que un Estado reconoce su relación natural y sobre natural con la Iglesia, profesa la Fe, y practica el culto de la Iglesia, la protege, no dicta leyes que la hieran, mientras que, en caso de necesidad y a su instancia toma todas medidas civiles justas y necesarias para procurar
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