Relaciones Existenciales del ser humano hoy

LAS RELACIONES EXISTENCIALES DEL SER HUMANO HOY

Para comenzar partiré del concepto de relaciones existenciales o actitudes del ser humano, el cual nos dice: “Que es la forma de actuar de una personas el comportamiento que emplea un individuo para hacer las cosas. Esla posición anímica del ser humano expresada de algún modo en particular”. El término "actitud" ha sido definido como "reacción afectiva positiva o negativa”. Al fin y al cabo según pienses y cuál sea tu filosofía, así actúas, la actitud depende de la mentalidad, pero esta sola no consigue nada, hay que materializarla con acciones o no se avanza un solo paso.

De hecho con las relaciones existenciales o actitudes del ser humano adecuadas al final llegas donde te propones y con la actitud equivocada no logras un equilibrio verdadero y vamos a seguir en el mismo punto que estábamos (o posiblemente más atrás) y, probablemente, quejándonos de que nada funciona.

Las relaciones existenciales o actitudes del ser humano es algo que nos acompaña siempre, muchas veces la tenemos y pasa desapercibida tal vez por ser automática, pero abarca tanto de nuestra vida como: la familia, el trabajo, los amigos, la pareja. Pero creo que nunca nos hemos puesto a pensar si esta actitud la heredamos, la aprendemos, o de alguna manera es impuesta por algunas personas, y porque si somos seres pensantes, podemos llegar a someternos a una sociedad.

Las relaciones paterno-filiales son decisivas en la apertura del niño a la realidad como totalidad. Según demuestran las investigaciones psicosociológicas, las imágenes simbólicas del padre y de la madre son importantes en la formación de la actitud religiosa del niño. Con todo no hay que identificar la imagen de Dios revelada en Jesucristo con el aprendizaje que se hace en la familia a través de los símbolos parentales. "Las relaciones maternales y la figura materna permanece a la persona ligada a la fusión feliz, el amor incondicional y la paz total; estas experiencias tienen carácter de inmediatez y no incluyen el esfuerzo personal ni la relación interpersonal. Esta experiencia de plenitud afectiva sin límites ni condiciones es la fundamentación prereligiosa de la religión. Sobre la experiencia anterior actúa el símbolo paternal produciendo ruptura o salto cualitativo"(J. SASTRE, o. C., 35).

Se habla de relaciones existenciales o actitudes religiosas cuando el hombre reacciona a la presencia del misterio por medio de manifestaciones psíquicas y también manifestaciones exteriores. La actitud religiosa tiene como objetivo alcanzar una realidad completamente suprema, llegando a lo infinito y a lo divino, todo este concepto queda fuera de interpretaciones mundanas, y un acto religioso sólo puede ser llamado así cuando está asociado con esta realidad divina y maravillosa. Hay rasgos esenciales en la actitud religiosa: trascendente y salvífica. Esto es complejo ya que son dos rasgos contradictorios que formar un todo pero para poder entender cada una de ellas se tienen que analizar por separado:

• La actitud religiosa, de reconocimiento: aquí el hombre entra en contacto con un conjunto de valores y principios que lo guiarán a través de la experiencia religiosa. El hombre religioso no busca en Dios la satisfacción de sus deseos, aspiraciones o ideales, busca el momento de encuentro con una realidad diferente y completamente nueva donde descubre la felicidad verdadera, la que no está basada en pertenencias.

• La actitud religiosa, salvífica: el objetivo del hombre es salvarse, esto será la realización de la relación que hay entre el misterio y el hombre. Como consecuencia surge un nuevo orden de valores para el hombre y por consiguiente un nuevo conjunto de posibilidades de ser feliz. El hombre busca una realización plena y total: perfecta.

En todas las religiones se presenta a la salvación como la unión con Dios, el paso hacia una forma de ser diferente y la creencia en una continuación de la vida del hombre después de la muerte. La relación religiosa es un acto de entrega total para lograr realizarse o salvarse.

Las relaciones existenciales educativas procuran el desarrollo de conocimientos, habilidades, destrezas, y valores que les permitan ser personas capaces y eficientes como resultado de un aprendizaje real y permanente y es la escuela quien promueve y facilita este desarrollo.

Todo ser humano tiene la necesidad y responsabilidad de estudiar y prepararse para enfrentar los retos de la vida y es muy importante tener conciencia plena de este privilegio que tenemos de poder dedicar nuestra vida a algo productivo.

Se hace más necesario que nunca poner de relieve la multidimensionalidad del ser humano y subrayar la necesidad de trascender el mero cálculo economicista, que tiende a vendernos el principio de que la única política social admisible es una buena política económica. La Educación no puede caer en un reduccionismo antropológico, el ser humano es mucho más que pura economía, por eso es conveniente superar cierta estrechez de miras respecto al ser humano y ampliar nuestros horizontes existenciales.

La existencia de unas necesidades humanas fundamentales conlleva implicaciones educativas y deberían constituir uno de los ejes vertebradores del desarrollo humano. En un momento en que en el ámbito educativo se está extendiendo el aprendizaje por competencias y ante el peligro de reducirlas y supeditarlas a los intereses exclusivos del mercado puede resultar útil tener en cuenta, y no perder de vista, los referentes educativos que las necesidades humanas fundamentales implican.

Toda actividad humana debería contribuir al mejoramiento de la “calidad de vida” de las personas, y ésta se manifiesta en primer lugar en la capacidad que tiene el ser humano de tomar conciencia de sus propias necesidades y a continuación en la capacidad de poder dar satisfacción a esas necesidades, no sólo básicas sino existenciales y axiológicas. La educación tiene reservada una grave responsabilidad en ello. El mundo educativo tiene un compromiso ético, político e histórico con la sociedad y es el de proveer satisfactores a estas necesidades, ofrecer recursos y medios para aprender a satisfacer nuestras necesidades. Si la educación no lo hiciera, ésta no tendría demasiado sentido para el ser humano.

La teoría de Manfred Max-Neef nos parece muy apropiada para dar sentido a la educación, como medio de formación integral del ser humano. El estudio

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