Religión Y Construcción Del Mundo
Enviado por emmanuelmars6 • 9 de Septiembre de 2012 • 2.810 Palabras (12 Páginas) • 923 Visitas
1. Religión y construcción del mundo
Toda sociedad humana es una empresa de edificación demundos. La religión ocupa un lugar destacado en esta em-presa. Nuestro propósito principal, aquí, es emitir algunos juicios generales acerca de la relación entre la religión y laedificación humana de mundos. Pero, para que sea posiblerealizar esto de manera inteligible, es necesario elucidar laanterior afirmación acerca de la edificación de mundos porla sociedad. Para lograr esta elucidación es importantecomprender la sociedad en términos dialécticos.
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La sociedades un fenómeno dialéctico en cuanto es un producto humanoy nada más que un producto humano, que sin embargoreacciona constantemente sobre su productor. La sociedades un producto del hombre. No tiene otra existencia que laque le conceden la actividad y la conciencia humanas. Nopuede haber ninguna realidad social fuera del hombre. Perotambién puede afirmarse que el hombre es un producto dela sociedad. Toda biografía individual es un episodio dela historia de la sociedad, que la precede y la sobrevive, Lasociedad existía ya antes que el individuo naciera, y existirádespués de que muera. Más aún, es dentro de la sociedad, ycomo resultado de un proceso social,
donde el individuo se convierte en una persona, adquiere ymantiene una identidad y lleva a cabo los diversos proyec-tos que constituyen su vida. El hombre no puede existirfuera de la sociedad. Las dos afirmaciones, que la sociedades producto del hombre y que el hombre es producto de lasociedad, no son contradictorias. Más bien reflejan el carác-ter intrínsecamente dialéctico del fenómeno societal. Solosi se reconoce este carácter se comprenderá la sociedad entérminos adecuados a su realidad empírica.
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El procesodialéctico fundamental de la sociedad pasa por tresmomentos, o etapas. Ellos son la externalización, laobjetivación y la internalización. Solo si se comprenden juntos estos tres momentos puede alcanzarse una concepciónempíricamente correcta de la sociedad. La externalizaciónes el vuelco permanente del ser humano hacia el mundo,tanto en la actividad física como mental. La objetivación esla conquista por los productos de esta actividad (también,física y mental) de una realidad que se enfrenta con susproductores originales como una facticidad externa a ellosy diferente de ellos. La internalización es la reapropiación
por los hombres de esa misma realidad, quienes la transfor-man nuevamente de estructuras del mundo objetivo en es-tructuras de la conciencia subjetiva. La sociedad llega a serun producto humano por la externalización. Se convierte enuna realidad
sui generis
por la objetivación. Y es por la in-ternalización por lo que el hombre es un producto de lasociedad.
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La externalización es una necesidad antropológica. El hom-bre, tal como lo conocemos empíricamente, no puede serconcebido fuera de su continuo vuelco hacia el mundo enel cual se encuentra. No puede comprenderse al ser huma-no como una criatura que se aisla dentro de sí misma, enalguna esfera cerrada de interioridad, para
luego
tratar deexpresarse en el mundo circundante. El ser humano se ex-ternaliza por esencia y desde el comienzo.
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Este hecho an-tropológico básico se funda, muy probablemente, en la cons-titución biológica del hombre.
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El
Homo sapiens
ocupa unaposición peculiar en el reino animal. Esta peculiaridad semanifiesta en la relación del hombre con su propio cuerpoy con el mundo. A diferencia de los otros mamíferos supe-riores, que nacen con un organismo esencialmente comple-to, el hombre se halla curiosamente «inconcluso» al nacer.
Los pasos esenciales en el proceso de «completar» el desa-rrollo del hombre, etapas que se realizan en el período fetalen los otros mamíferos superiores, se cumplen en el primeraño posterior al nacimiento en el caso del hombre. Estoes, el proceso biológico de «convertirse en hombre» serealiza en un momento en que el infante se halla en inte-racción con un medio extraorgánico, que abarca tanto elmundo físico como el mundo humano del niño. Existe unfundamento biológico del proceso de «convertirse en hom-bre», en el sentido del desarrollo de la personalidad y laapropiación de la cultura. Los últimos desarrollos no sesobreimponen como mutaciones extrañas al desarrollo bio-lógico del hombre, sino que se basan en él. El carácter«inconcluso» del organismo humano al nacer se halla eníntima relación con el carácter relativamente no especializadode su estructura instintiva. El animal no humano entra en elmundo con impulsos muy especializados y firmementeorientados. Como resultado de ello, vive en un mundo queestá determinado, de manera más o menos completa, por suestructura instintiva. Ese mundo está cerrado en lo querespecta a sus posibilidades; está programado, por así decir,por la propia constitución del animal. Por consiguiente, todoanimal vive en un medio que es específico de su especieparticular. Existe un mundo de los ratones, un mundo de losperros, un mundo de los caballos, etc. Por el contrario, laestructura instintiva del hombre, al nacer, no estáespecializada ni dirigida hacia el medio específico de unaespecie. No existe ningún mundo del hombre, en el sentidoindicado. El mundo del hombre se halla imperfectamenteprogramado por su constitución interna. Es un mundoabierto. Es decir, es un mundo que debe ser moldeado porla propia actividad del hombre. Comparado con los otrosmamíferos superiores, el hombre mantiene, así, una doblerelación con el mundo. Como los otros mamíferos, seencuentra
en
un mundo que antecede a su aparición. Pero adiferencia de los otros mamíferos, este mundo no estásimplemente dado, prefabricado para él. El hombre
debe
hacerse
un mundo. La actividad constructora de mun-dos del hombre, por lo tanto, no es un fenómeno biológica-mente extraño, sino la consecuencia directa de la constitu-ción biológica de aquel.
La situación del organismo humano en el mundo se carac-teriza, pues, por una inestabilidad intrínseca. El hombre noencuentra una relación dada con el mundo, sino que debeincesantemente tratar de establecerla. La misma inestabili-dad distingue a la relación del hombre con su propio cuer-po.
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Curiosamente, el hombre está «en desequilibrio» con-sigo mismo. No puede permanecer internamente en reposo,sino que debe, de manera constante, llegar a un acuerdoconsigo mismo mediante su expresión en la actividad. Laexistencia humana
es
un permanente «acto equilibrador»entre el hombre y su cuerpo, el hombre y su mundo. Otramanera de formular esto es decir que el hombre se hallaconstantemente en proceso de «ponerse
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