Resumen: ‘’Aventuras en la jungla’’ El mago blanco y el tigre de Sumatra
Enviado por Ruth Noemi Zapata Flores • 12 de Junio de 2023 • Resumen • 2.289 Palabras (10 Páginas) • 126 Visitas
RESUMEN: ‘’AVENTURAS EN LA JUNGLA’’ EL MAGO BLANCO Y EL TIGRE DE SUMATRA
Toga hijo del jefe de la aldea Pahit y su tío Jala que era hechicero. Juntos fueron a una aldea Padang siguiendo las órdenes del jefe Mandias, para encontrar a un hombrecito y saber de su magia poderosa, que adoraba a un único Dios. Era muy conocido. A lo lejos vieron una multitud, era un hombrecito montando un poni, vestía de blanco con un casco para el sol, ojos azules y tenía aspecto bondadoso. El niño sorprendido pues nunca había visto un hombre blanco tan pequeño. Una señora les contó que su bebé estaba muy enfermito, y el hombrecito oro y le dio de su medicina y en un par de horas la fiebre desapareció. Luego de horas de caminar, todos descansaron debajo de un gran árbol, mientras reflexionaban sobre la naturaleza y Dios. En eso se escuchó un ruido, una víbora venenosa había mordido al caballo en su nariz. El maestro se acercó, puso su mano sobre su cuello, este empezó a decir algunas palabras, en ese momento el animal se recuperó y como si nada volvió a comer pasto. Todos quedaron mudos del asombro.
Ellos habían seguido por varios días al hombrecito blanco quien visitaba a las personas, ayudaba a los enfermos, y les hablaba de su Dios. Se animaron en preguntarle si podía ir a su aldea, el maestro les respondió que le encantaría pero que aún tenía mucho trabajo en ese lugar, pero que podían ir a Singapur a buscar a otro maestro como él. Decididos, regresaron a su aldea, el jefe reunió a todos sus consejeros en su casa, después de narrar lo sucedido, algunos quedaron sorprendidos, otros algo incrédulos y otros con temor. Entonces el jefe se levantó y ordenó que Jala fuera a Singapur acompañado de Nee-pah, quien se negó ir. Ante esto el jefe dijo que él mismo iría. Istri-rajah preparó las mejores ropas de su esposo, y la esposa de Jala hizo lo propio para el suyo, acomodando todo para el viaje. Mientras que Toga, Persigi y los demás planeaban construir una casa para el maestro. La construirían al borde de la aldea que antiguamente había sido maldecido por demonios. Hasta el mismo Nee-pah estaba ayudando, Toga sabía que había algo detrás de eso.
En pocos días la nueva casa estaba lista. Nee-pah y Persigi organizaron una fiesta donde comieron y bebieron mucho. Llegaron personas de otras aldeas a ver al maestro y pedir medicinas ya que había una enfermedad de los niños. Sus ojos y su boca estaban llagados. Nee-pah los alojó en su casa por esa noche y luego partieron. Al siguiente día Nee-pah decidió ir a Sipirok para buscar unas cabras, ya en la tarde regresó gritando, anunciando que ya estaban en el mercado. Todos durmieron poco, emocionados con la noticia.
Al día siguiente se acercó otro hombre con una pequeña enferma, igual al otro niño que llego, pero más grave, dijo que era una enfermedad que ya había matado a muchos niños de su aldea y estaban esperando que el maestro hiciera algo. Fue entonces cuando vieron un carro que venía por el camino, cargado de varias cosas. Y entonces, vieron al maestro, con el cabello negro, piel blanca, ojos azules y alto. Venía con su esposa que le decían Mamá-Pepe y sus dos pequeños, Pepe y Bara, además de Kiri que los ayudaba con la casa. El hombre con la pequeña enferma se acercó hacia el maestro para pedirle ayuda. Hicieron un concentrado en una lata blanca. Miró hacia arriba y dijo las palabras mágicas a su Dios. Luego le hecho el remedio y Jala los hospedó.
Ya era hora que se vayan a descansar. Todos se arrodillaron, el maestro le pidió a Dios que bendijera esa casa donde habían venido a vivir. Pidió que bendijera todas las demás casas de la aldea Pahit y a toda la gente. Toga despertó y sintió un gran alivio en su corazón al ver que estaban bien. En la casa del maestro ya estaba el hombre con su pequeña para colocarle el remedio nuevamente. Al anochecer el maestro los invitó a todos a su casa para poder escuchar música y la palabra de Dios, cuando Mamá-Pepe empezó a tocar, se escuchaba una hermosa melodía que llenaba de paz, poco a poco empezaron a llegar más, incluso los que se habían ido por temor. El maestro abrió un libro negro y comenzó a leer palabras solemnes. Al terminar, la familia se arrodilló y cerraron los ojos. Y todos en la sala podían oír las palabras. Y así todos empezaron a dispersarse hacia sus hogares. A la mañana siguiente el hombre con su niñita enferma se les veía mejor. El padre le comentó que muchos de los niños de su aldea habían muerto. La familia del niño que llego días atrás se había quedado en casa de Nee-pah probablemente también estaban enfermos. Inmediatamente fueron a revisarlos y llevaron consigo medicina. Varios niños de Pahit ya se habían contagiado
incluso las hijas del jefe Mandias. El maestro les dio consejos para contribuir a su recuperación. Algunos aldeanos comentaban que los demonios estaban atacando a los niños. El maestro les comentó que era a causa de la enfermedad del sarampión que era muy común hasta en los Estados Unidos pero que los niños no morían porque la gente sabia como tratarlos. Nee-pah no siguió los consejos del maestro y lamentablemente sus hijos murieron. Este hombre se llenó de ira y quería vengarse. Al día siguiente comenzaron las pruebas para la familia. Un grupo de aldeanos incitados por Nee-pah le hacían la vida imposible. Le arruinaron su huerta cambiándoles de semillas. Cortaron el alambre donde había colgado la ropa recién lavada. Nee-pah apoyó su pie enfermo de llagas sobre la mesa donde preparaba galletitas Mamá-Pepe, pero en vez de enojarse se preocupó por él y le vendo su herida. Las vecinas le pedían prestado fuego todos los días justo cuando ella iba a cocinar. Les robaban los huevos de sus gallinas. Tantas pruebas que pasaron, pero ellos nunca protestaron ni se quejaron con nadie, siempre cantaba una canción que decía: "Paz, paz, cuán dulce paz, la que da nuestro Padre eternal. Llego la feria y varias personas llegaban a la aldea a vender y comprar. Kiri y Toga se quedaron comprando verduras para Mamá-Pepe mientras que ella iría con Jala a otra aldea pues un bebé estaba enfermo y los niños se quedaron con su papá. Toga y Kiri se habían hecho muy buenos amigos, en eso vieron que algunas mujeres vendían tortitas de arroz, Nee-pah también estaba allí, se les antojaron unas y se las llevaron a casa. Cuando Mamá-Pepe volvió justo antes de la hora de cocinar el almuerzo, los muchachos le mostraron las tortitas de arroz. les dijo que podían comerse algunas. Ellos contentos se fueron a la orilla del rio. En eso empezaron a sentirse mal, no soportaban el dolor, empezaron a gritar por ayuda. Bara y Pepe los escucharon e inmediatamente llamaron a sus padres quienes los llevaron a su casa. Mamá-Pepe corrió a avisarles al jefe y a Jala. Parecían envenenados. El maestro corrió a traer su equipo médico.
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