Resumen "El Evangelio Perdido"

RESUMEN SOBRE “EL EVANGELIO PERDIDO”

Nuestra historia comienza tres años atrás con William James teólogo masón y conferencista reconocido, junto a su sobrina Nataly James, teóloga argentina laica de reconocido prestigio en Latinoamérica y conferencista a nivel mundial. Ambos emprendieron su primer viaje a Tierra Santa. William había planeado este viaje años atrás junto a su familia, pero desafortunadamente no pudo realizarse, ya que días antes su familia sufrió un trágico accidente de tránsito en el cual murieron. Años más tarde después de aquel doloroso acontecimiento William por fin cumplía su sueño con su única familia que era Nataly.

Juntos llegaron a su destino, poco después se dirigieron a Jaffa donde existe gran variedad de comerciantes. Nataly asombrad por la gran variedad de cosas quiso entrar en una tienda de telas, pero su tío la convenció de no hacerlo, ya que si entraba en cualquiera de esas tiendas tendría que salir comprando varias cosas debido a la presión de los vendedores y para demostrarle su teoría la invito a entrar en una tienda de pipas.

Los atendió un vendedor judío, con quien William negocio el valor a comprar por la pipa. Poco después de aquella conversación y al descubrir el judío que William era un hombre de ciencia lo invito a mostrarle unos documentos muy antiguos, encontrados en la Cueva de las Cartas. En aquellos papiros se encontraba el evangelio apócrifo de los Hebreos. William en un principio desconfiaba de los documentos y de comerciante mismo, quien resultaba ser un excelente vendedor. Después de muchas preguntas y de hacer algunas llamadas y confirmar con algunos expertos la autenticidad de estos documentos William decide comprarlos al siguiente día.

En capítulos posteriores el libro nos habla acerca del padre Andrea Rochling, famoso teólogo y profesor de cátedra en la Universidad Hebrea, llamado también como el “cura rojo”, debido a que era uno de los pocos curas que había perforado el conservadurismo religioso y el talante judaico propio de Israel, quien en una tarde de serenidad recibió una preocupante llamada de índole desconocida en la cual lo amenazaban seriamente si no entregaba el evangelio.

Rochling preocupado por aquella llamada recordaba sus errores y pecados pasados, por lo cual poco después se puso a orar y enseguida se puso a escribir sobre su libro en el cual por fin iba a dar a conocer su auténtica posición con respecto al Cristianismo y al Judaísmo, lo cual podría ocasionarle muchos problemas, pero a él no le importante la que era un hombre con una convicción fuerte en sus ideales.

El padre se la pasó escribiendo toda esa tarde y gran parte de la noche y cuando por fin se encontró cansado decidió dormir, y esa fue la primera noche en la que no rezo antes de dormir. Esa noche Rochling fue atacado por un asaltante de origen árabe sin escrúpulos llamado Jonás, un fanático religioso a favor del Islam. Este había drogado a Rochilng y estando en ese estado le había comentado donde se encontraba el mapa hacia el Evangelio y además había robado todo lo que se encontraba en la caja fuerte en la que se encontraba el mapa.

En otros capítulos el libro nos menciona que William James había dedicado su vida a la traducción del Evangelio perdido que había logrado comprar en aquel entonces, había contratado a un grupo de expertos y el mismo se había dedicado por completo a la traducción de aquel importante documento. William había encontrado una nueva forma de vivir, un nuevo objetivo de vida que lo impulsaba a seguir adelante, pero para su desgracia cayó enfermo a causa del cáncer por lo cual entro en una gran preocupación, ya que su trabajo solo había logrado avanzar un 30%, pero eso no era lo más importante sino el fuerte mensaje que contenía y el impacto que el mismo podría ocasionar en toda la Iglesia.

Su contenido significaba una buena nueva sin duda, pero para algunos eso podría afectar grandemente la estructuración y la jerarquía de la Iglesia tal como se había conocido hasta ese entonces. El más grande deseo de William era poder publicar el Evangelio el mismo, pero se dio cuenta de que no podría hacerlo debido a su enfermedad, sus días estaban contados y no podía hacer nada para impedirlo, esa había sido la voluntad de Dios y él la aceptaba.

William por el bien de Nataly y más que todo por su seguridad, había decidido no contarle nada acerca del Evangelio y lo mantuvo todo en un absoluto grado de confidencialidad. William debía encontrar a un hombre de carácter fuerte y con sus mismos ideales que lograra llevar a cabo la misión que él no podría terminar y fue entonces cuando recordó a Rochling y casi de inmediato pidió verse con él y días después en un secreto de confesión Andrea acepto llevar a cabo la misión que William no podría culminar.

Rochling de igual manera había contratado a un grupo de expertos que lo ayudaran en la traducción del Evangelio, entre ellos Mishelle Rosi quien había ayudado en gran parte de la traducción y Maximiliano Krauss experto en rehabilitación de pergaminos. El equipo había logrado avanzar hasta un 70% en la traducción del pergamino. Tanto Mishelle como Krauss habían sugerido a Rochling publicar la parte terminada y terminar la parte restante más tarde.

Pero Rochling no encontraba paz en su corazón, debido al impacto que el mensaje del Evangelio podría causar en el mundo, pero por otro lado le había prometido a su amigo en secreto de confesión difundir su contenido. Rochling se encontraba en una encrucijada y decidió pedir consejo a uno de sus grandes amigos Santabárbara.

Rochling le había contado todo acerca de su conflicto, acerca de su promesa y acerca del impacto del contenido del Evangelio de los Hebreos, pero Santabárbara tenía un amor grande hacia su iglesia y eso combinado con su personalidad muy directiva lo convertían en un apasionado apologeta de cerviz cerrada, por lo que no tomo nada bien las palabras de Andrea, se negaba a que se generara crisis al interior de la iglesia católica por un apócrifo cualquiera y exigió que entregara aquellos documentos de inmediato a sus superiores en Roma por bien a su Iglesia y a él mismo, incluso lo amenazo con divulgar aquello que le había confiado en secreto de confesión.

Pero Santabárbara no se detuvo ahí y se comunicó de inmediato con el monseñor Esquettini y le pidió que interviniera de inmediato, lo cual hizo de inmediato. Esquettini amenazó con expulsarlo del clero quitarle su título de sacerdote y religioso, exigía que aquellos documentos debían

...