Resumen del Libro La Palabra, el Nombre y la Sangre
Enviado por Connybelt • 15 de Abril de 2021 • Resumen • 2.403 Palabras (10 Páginas) • 1.174 Visitas
Resumen del Libro La Palabra, el Nombre y la Sangre.
A medida que me fui sumergiendo en la lectura del libro, algunas cosas de las cuales había escuchado y que muchas veces repetía, pero tal vez no había tenido ese click en mi espíritu que me hiciera vibrar y romper mis esquemas mentales con respecto al poder conjunto de la Palabra, el Poder del Nombre de Jesús y la victoria que hay con la Sangre de Jesús. Puede sonar un poco difícil de entender de como un líder de la casa no era consiente real y no se había apropiado de estos beneficios. El libro me recordó que, como hijos de Dios, después que hemos recibido al Señor, El espíritu Santo, empieza a trabaja en nosotros y eso lo hace a través del Palabra, para salvar nuestra alma (mente, voluntad y emociones). Y cuando logramos esta transformación podemos decir que nuestra alma ha sido salva, entendiendo que no lo puedo hacer sola, que siempre a cada instante, en cada momento necesito de la instrucción del Espíritu y la palabra.
El libro hace énfasis en algo que nuestros pastores siempre nos repiten, y que con el ejemplo lo ratifican y es que como hijos de Dios debemos amar, estudiar, escrudiñar la palabra, porque es la Palabra, la que nos lleva a la verdad, la que nos ayuda a entender cada paso del misterio de Jesús sobre la tierra, es la que me confronta y me deja ver como esta mi caminar en medio de mis días, que no soy. La palabra nos brinda las herramientas para pelear contra Satanás, porque el trabaja con mentiras y si conocemos la palabra que es verdad, no podrá actuar sobre nuestras vidas. Eso quiere decir que Satanás le teme a la palabra. Escrito esta que la palabra de Dios es como espada de doble filo que penetra hasta lo más profundo, también esta escrito en Efesios 6 que empuñemos la espada del Espíritu que es la Palabra de Dios. La Palabra de Dios es luz, que disipa las tinieblas y saca a la luz todo lo que esta oculto, lo que el enemigo no quiere que entendamos, lo que no quiere que sepamos, lo que no quiere que declaremos, por eso es importante leer a diario y aprender de la palabra. La palabra es un arma poderosa de Guerra espiritual. Debemos llegar a un gran entendimiento y discernimiento de la palabra, que debemos saber que parte de la palabra debemos declarar en el momento que estamos pasando para obtener la victoria. La palabra nos ayuda a romper o quebrar toda fortaleza mental que, por religiosidad, tradición el enemigo ha creado en nuestra mente, y conociendo la palabra podemos romper esta fortaleza y llevar cautivo nuestros pensamientos a la mente de Cristo y de esta forma podemos refutar, destruir, desbaratar todo argumento altivo que se levante contra el verdadero conocimiento de Dios.
Los hijos de Dios honramos al Padre cuando creemos en su palabra, Jesús es el poderoso Guerrero, el líder que nos lleva a la victoria, Dios nos ha prometido que permaneceremos en victoria, si vivimos aferrados a El. La biblia nos exhorta a exaltar la palabra, el nombre, la sangre y a confiar en su poder. La palabra de Dios es como lámpara a nuestros pies que nos traza el camino que debemos seguir un camino de justicia, paz y gozo.
El libro me recuerda y me hace énfasis en que debo anhelar y pasar mucho más tiempo en la presencia del Señor, es en su presencia donde hay libertad, hay gozo, hay paz, hay salvación, en su presencia Dios nos revela las armas para poder pelear contra el enemigo. Cuando atravesamos por pruebas, o por tormentas debemos permanecer en paz, recordar lo que El dijo que haría por nosotros, porque es en esa quietud y en esa perfecta paz que escucharemos su voz. Otra arma que tenemos es caminar en el amor de Dios que es perfecto para sus hijos, también la autoridad que Dios nos ha dado de atar y desatar, desatando la voluntad de Dios que es buena agradable y perfecta del cielo en la tierra, en nuestras vidas, creciendo cada día mas en el conocimiento de Dios.
Como dice Joyce en su libro debemos buscar la presencia de Dios, andar en amor y obediencia, alabarlo en forma continua, especialmente en los tiempos difíciles, mantener la paz durante los ataques y los tiempos de frustración, conocer la palabra de Dios y declararla son todas formas de guerra espiritual, apoyando la fe en la palabra para tener victoria en nuestras peleas.
En párrafos anteriores citaba una parte de la palabra donde habla que la palabra de Dios es Luz y vida, hace que retroceda las tinieblas, el poder de la palabra vence al enemigo y resplandece en medio de nosotros. La Luz sobrepasa las tinieblas, la vida sobre las obras de la muerte. Por eso es importante que oremos con la palabra para cerrar todas las puertas del infierno y abre las ventanas del cielo. No importa el tipo de oración que estemos haciendo, lo importante que tan llena de la palabra de Dios esta y debemos elevarla creyendo que El cumple su palabra.
Para que la palabra se haga viva en nosotros y este constante en nuestra boca para ser declarada es que la palabra escrita permanezca en nosotros, en nuestro corazón, permanecer significa estar, continuar o habitar, así que permanecer en la palabra nos da poder en nuestra oración.
Otra arma poderosa que tengo como hija de Dios es el Nombre de Jesús, no hay otro nombre, ante El se dobla toda rodilla en el cielo y en la tierra, su nombre es poderoso, pero hasta donde nuestra Fe es tan grande o fuerte que realmente logramos sacudir las atmosferas al pronunciar su nombre?, la lectura del libro me hizo reflexionar y analizar si soy una más de las que sabe que hay poder en su nombre pero no ejerzo con fe su nombre? Cuando realmente entiendo el poder que hay en su Nombre, se hará a través de mi lo que esta escrita en la palabra “cosas más grandes haremos sus hijos, de las que El hizo cuando estuvo en la tierra”. Porque tomamos autoridad y en su nombre podremos echar fuera demonios, sanar enfermos, liberar a los cautivos, todo lo que le pidamos al Padre en su Nombre hecho esta. Hay una revelación poderosa si nos apropiamos de ella, y creo que, a pesar de conocerla algunas veces activarla, mi fe es escasa para ejércelo. Debo aprender a usar el nombre de Jesús con autoridad, con el Poder que se me fue otorgada como su hija y de esa forma utilizar el arma más poderosa que podemos tener para defendernos y atacar el reino de las tinieblas. Pero debemos tener cuidado de no usarlo a ligera, de una manera frívola o sin sentido, aprendí que tengo que pedirle al Espíritu Santo que me revele, si en algún momento estoy usando el Nombre de Jesús de manera indebida.
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