Rocío Casanueva de Diego
Enviado por bxcvbhjdf • 29 de Abril de 2014 • Ensayo • 1.396 Palabras (6 Páginas) • 358 Visitas
Rocío Casanueva de Diego
Licenciada en Relaciones Internacionales por la Universidad Iberoamericana. Actualmente cursa la Maestría en Historia en la misma Institución. Es académica del Departamento de Estudios Internacionales en la Universidad Iberoamericana desde 1996. Imparte las materias de Historia de las Relaciones.
La Doctrina Monroe es sin duda uno de los grandes temas de la historia de las Relaciones Internacionales del continente americano. Originalmente fue parte del mensaje anual del presidente norteamericano James Monroe al Congreso de los Estados Unidos del 2 de diciembre de 1823; con el tiempo se convirtió en parte fundamental de la política exterior norteamericana. Mucho de su significado descansa en el hecho de que su esencia fue por más de cien años una parte integral del pensamiento norteamericano.1 El mensaje articuló ideas ya bien establecidas en la política exterior de los Estados Unidos. La idea de la separación geográfica, política, económica y social del Nuevo Mundo con respecto al Viejo, destacando los diferentes intereses americanos, datan de antes de la independencia norteamericana; los principios de Monroe complementaron el arraigado aislacionismo (Krieger 1993).
Sin embargo, la declaración de Monroe fue ignorada en gran medida como una guía política durante gran parte del siglo XIX, período de debilidad militar y preocupaciones internas en los Estados Unidos. No sería hasta finales de dicho siglo, con el posicionamiento de Norteamérica con el status de gran potencia, cuando la Doctrina Monroe se convierte en la piedra angular de la política exterior norteamericana.
Este artículo tiene como propósito describir el contexto histórico en el que nace la que será conocida como Doctrina Monroe, la situación a la que responde y su muy arbitraria aplicación durante el siglo XIX.
En 1815 Napoleón Bonaparte es definitivamente derrotado por una alianza de potencias europeas entre las que destacan Inglaterra, Rusia, Prusia y Austria. A consecuencia de estos eventos, se reúnen los vencedores en un congreso, en la capital del imperio austriaco, para Restaurar la Europa pre revolucionaria y firmar la Paz de Viena. Es a partir de entonces que los Estados Unidos deciden volver la espalda al Atlántico, manifestando abiertamente su rechazo hacia las políticas europeas (Eliot, et al 1980).
Por su parte, los europeos establecerán un nuevo sistema de congresos que garantizaría la paz en el continente; se trataba de un procedimiento colectivo para resolver problemas y garantizar la aplicación de acuerdos (Pereira 2001). Este Sistema de Congresos empieza a funcionar en 1818. En el cuarto de ellos, celebrado en Verona -de octubre a noviembre de 1822- España será el tema prioritario por haber triunfado en este país un gobierno liberal, la mayor amenaza a los ojos de los líderes de la Restauración. Francia está decidida a intervenir para derrocarlo y obtiene el apoyo de las demás potencias, a excepción de la Gran Bretaña que se opone radicalmente. En el acta final del Congreso de Verona se aprueba la intervención armada de Francia en nombre de la Alianza. Como resultado de estas acciones, el 7 de abril de 1823 Fernando VII es restituido como monarca absoluto.
Inglaterra verá con temor estos acontecimientos; las potencias de la Santa Alianza podrían apoyar a España en la recuperación de sus colonias en América, envueltas por entonces en guerras de independencia. Esto perjudicaría el rentable comercio que los británicos habían establecido con ellas desde el inicio del proceso independentista (Pereira 2001). Por ello, ofrecen a Estados Unidos la elaboración de una declaración conjunta de oposición contra la intervención europea en América.
Al mismo tiempo, Rusia estaba haciendo avanzar sus puestos comerciales desde Alaska, hacia el Sur, hasta la bahía de San Francisco. En Septiembre de 1821, el zar Alejandro I emitió un úkase por el cual extendía Alaska hasta la latitud 51° N, muy adentro de la zona de Óregon, y declaraba mare clausum desde ahí hasta el estrecho de Bering. (Eliot, et al 1980)
Si bien los norteamericanos se negaron a aceptar la fórmula de una declaración conjunta con Inglaterra, el día 2 de diciembre de 1823, James Monroe, presidente de los Estados Unidos, presenta en su discurso anual algunos pasajes sobre relaciones exteriores que dejarán clara la posición de los Estados Unidos en política exterior. Resumiendo la Doctrina en las palabras del presidente:
a) "Los continentes americanos... no podrán considerarse ya como campo de futura colonización
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