SOBRE LA CUARESMA
Enviado por Rodolfo1974 • 12 de Febrero de 2013 • 17.606 Palabras (71 Páginas) • 2.726 Visitas
COMO SER UN BUEN CRISTIANO:
¿Cómo llegar a ser un Cristiano?
Lo primero y más importante que hay que entender y recordar siempre es que Dios te ama! "Pero Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros." Romanos 5:8
La Biblia nos dice que todos somos pecadores y todos hemos pecado "... No hay justo, ni aún uno." Romanos 3:10 y en Romanos 3:23 "Por cuanto todos pecaron y están destituídos de la gloria de Dios."
¿Porqué debemos sentirnos preocupandos al ser pecadores? Cuando pecamos rompemos las leyes de Dios. Cuando rompemos las leyes, hay que pagar multas (o penalidades). La Biblia claramente nos dice cual es la paga del pecado. "La paga del pecado es muerte, mas la dadiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús." Romanos 6:23
Podemos ver la solución de Dios a nuestra naturaleza pecadora en el texto anterior de Romanos 6:23 "... más la dadiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús."
Hasta este punto, Dios ha hecho todo. El nos ha amado. Nos ha mostrado nuestros pecados. Nos ha dicho cuál es la paga de esos pecados. En Romanos, capítulo 10, versículos 9, 10 y 13, podemos ver cómo deshacernos del pecado... "Todo aquel que confesare con su boca que Jesús es el Señor y creyere con su corazón que Dios lo resucitó de los muertos, será salvo. 10 Porque con el corazón se cree para justicia; y con la boca se confiesa para salvación." 13 "Pero todo aquel que invocare el nombre del Señor será salvo."
Cuando nosotros creemos en Dios y en nuestro salvador Jesucristo y confesamos que El es nuestra única esperanza de salvación, vamos a cosechar (o recoger) las recompensas de la gracia de Dios. Romanos capítulo 8, versículos 16 y 17 dice, "El Espíritu dá' testimonio a nuestro propio espíntu de que somos hijos de Dios: 17 Y si hijos, herederos, herederos de Dios, y co-herederos con Cristo; así que lo que hemos sufrido con El, entonces lo compartiremos en su gloria."
Uno de los más conocidos versos de la Biblia resume todo. En el libro de Juan, capítulo 3, versículos 15 al 18 dice "Para todo aquel que cree en El (Jesús) no se pierda, sino tenga vida eterna 16 De tal manera amó Dios al mundo, que ha dado su único Hijo, para todo aquel que en el cree, no se pierda mas tenga vida eterna 17 Porque Dios no mandó a su hijo para condenar al mundo, sino para salvarlo 18 Todo aquel que cree en Jesucristo no es condenado; pero todo aquel que no cree ya ha sido condenado pues no ha creído en el nombre del único hijo de Dios"
Lo único que necesitamos hacer es creer y pedirle a El que nos salve y El lo hará.
Si tú crees tú quisieras que Jesús te salvara, TU puedes orar directamente a El y pedirle que te salve. Si no sabes como decirlo, haz la siguiente oración:
Querido Dios,Sé que soy pecador y confieso que he pecado en tu contra. Sé que merezco pagar por mis pecados. Pero creo que Jesús murió para pagar por la deuda de mis pecados y pido el regalo que Tú has ofrecido. Ven a mi vida y sálvame, de manera que ahora tenga vida eterna en el Reino de Dios. Ahora dependo solamente en Jesucristo para mi salvación. Ayúdame a vivir para tí y ayúdame a ser un buen cristiano. Lléname con tu Espíritu santo. Gracias por el regalo de la vida eterna, tu hijo, Jesucristo, y gracias por enseñarme el camino. Amén
LA CUARESMA:
La Cuaresma es el tiempo litúrgico de conversión, que marca la Iglesia para prepararnos a la gran fiesta de la Pascua. Es tiempo para arrepentirnos de nuestros pecados y de cambiar algo de nosotros para ser mejores y poder vivir más cerca de Cristo.
La Cuaresma dura 40 días; comienza el Miércoles de Ceniza y termina antes de la Misa de la Cena del Señor del Jueves Santo. A lo largo de este tiempo, sobre todo en la liturgia del domingo, hacemos un esfuerzo por recuperar el ritmo y estilo de verdaderos creyentes que debemos vivir como hijos de Dios.
El color litúrgico de este tiempo es el morado que significa luto y penitencia. Es un tiempo de reflexión, de penitencia, de conversión espiritual; tiempo de preparación al misterio pascual.
En la Cuaresma, Cristo nos invita a cambiar de vida. La Iglesia nos invita a vivir la Cuaresma como un camino hacia Jesucristo, escuchando la Palabra de Dios, orando, compartiendo con el prójimo y haciendo obras buenas. Nos invita a vivir una serie de actitudes cristianas que nos ayudan a parecernos más a Jesucristo, ya que por acción de nuestro pecado, nos alejamos más de Dios.
Por ello, la Cuaresma es el tiempo del perdón y de la reconciliación fraterna. Cada día, durante toda la vida, hemos de arrojar de nuestros corazones el odio, el rencor, la envidia, los celos que se oponen a nuestro amor a Dios y a los hermanos. En Cuaresma, aprendemos a conocer y apreciar la Cruz de Jesús. Con esto aprendemos también a tomar nuestra cruz con alegría para alcanzar la gloria de la resurrección.
40 días
La duración de la Cuaresma está basada en el símbolo del número cuarenta en la Biblia. En ésta, se habla de los cuarenta días del diluvio, de los cuarenta años de la marcha del pueblo judío por el desierto, de los cuarenta días de Moisés y de Elías en la montaña, de los cuarenta días que pasó Jesús en el desierto antes de comenzar su vida pública, de los 400 años que duró la estancia de los judíos en Egipto.
En la Biblia, el número cuatro simboliza el universo material, seguido de ceros significa el tiempo de nuestra vida en la tierra, seguido de pruebas y dificultades.
La práctica de la Cuaresma data desde el siglo IV, cuando se da la tendencia a constituirla en tiempo de penitencia y de renovación para toda la Iglesia, con la práctica del ayuno y de la abstinencia. Conservada con bastante vigor, al menos en un principio, en las iglesias de oriente, la práctica penitencial de la Cuaresma ha sido cada vez más aligerada en occidente, pero debe observarse un espíritu penitencial y de conversión.
COMO VIVIR LA CUARESMA:
Durante este tiempo especial de purificación, contamos con una serie de medios concretos que la Iglesia nos propone y que nos ayudan a vivir la dinámica cuaresmal.
Ante todo, la vida de oración, condición indispensable para el encuentro con Dios. En la oración, si el creyente ingresa en el diálogo íntimo con el Señor, deja que la gracia divina penetre su corazón y, a semejanza de Santa María, se abre la oración del Espíritu cooperando a ella con su respuesta libre y generosa (ver Lc 1,38).
Asimismo, también debemos intensificar la escucha y la meditación atenta a la Palabra de Dios, la asistencia frecuente al Sacramento de la
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