Satan

Era un día normal, todo transcurria como cualquier domingo, me levanté tarde, camine somnolienta hacia la sala y me recoste para pasar canales estupidamente en la tv, pase así más de media hora, hasta que mi novio me llamó, eran alrededor de las dos de la tarde, y me llamo para invitarme a salir ese día, yo, al no tener nada mejor que hacer me levante y caminé hacia mi cuarto para arreglarme para él, elegí un bonito vestido de color negro con unas medias caladas preciosas tambien de color negro, una zapatillas a tono con unos cuantos accesorios a tono, todo eso me enacantaba, todo era hermoso... menos yo.

Al momento de quitarme la pijama, y posar solo en ropa interior frente al espejo, algo no cuadraba, sabia que cada cosa en mí no estaba como yo queria que estuviera, tenia unos pechos enormes(algo que creo que les encanta a los chicos) pero mi abdomen sobresalia más de lo que yo desearia y la proporcion de mis piernas con mi cuerpo, era algo que no me gustaba, además mi piel morena era algo que no me gustaba, como que era algo dificil combinarla con los colores de la ropa y accesorios, no entendia como si mi padre y mi madre eran de esa suave piel blanca, yo habia tenido que nacer con la horrorosa piel morena, pero en fin, me mire unos segundos en el espejo, me acabe de quitar la ropa, maldije mi cuerpo y me dirigí a bañar, nunca debí pensar eso, nunca debí odiarme a mi misma tanto, no sabia todo lo que estaba por pasar.

Sali de bañarme y me puse la ropa que habia escogido, me volvi a mirar al espejo, mi ropa era perfecta, pero definitivamente la que no era perfecta era yo, no lucia como esas niñas pequeñas que tanto aparecen el la tv o en las revistas, mi cuerpo era por ponerlo en una palabra, más grande, y no proporcional como el de ellas.

Mientras me vestia algo llamó mi atención cuando me vi en el espejo es que de repente cuando bajaba la mirada para arreglar algo de mi atuendo parecía que había alguien justo atraz de mi, algo raro tal vez una sombra o algo que se movía atras de mí, no le di importancia y continúe mi labor terminando de arreglarme.

Jjusto a las tres de la tarde llego mi novio por mí, como siempre guapisimo, vestía unos jeans en mezclilla azul, con una playera blanca y un saco formal, una combinación que me encanta, salimos y fuimos a un centro comercial, caminamos por los pisos y decidimos detenernos a comer, era un restaurantes pequeño en el cual había comida Italiana, entre al baño y al momento de lavarme las manos algo extraño paso, cada que miraba al espejo del baño de reojo, podía ver la misma sombra que veía a travez del espejo de mi casa, en mi casa creí que era tal vez solo la perspectiva pero, ahora no podía ser posible que viera la misma forma en un baño diferente, puse atención y me di cuenta que la sombra se alejaba de mí hasta que no la vi más, supuse que era una sugestion, lave mis manos y salí a comer, al llegar a comer me di cuenta que tenia mucha hambre, había pasado toda la mañana solo pasando canales y quejandome de mi misma, comí, comí y comí como creo que nunca lo había hecho, y el hambre que tenia no se hacia menos, me detuve porque senti ya había comido mucho, mi novio sorprendido pago la cuenta a lo cual decidí ayudar con la mitad y fuimos al cine, entramos a ver una película de acción, fue una película particularmente aburrida, la sentí como muy rebuscada, a pesar de ello no pudieron faltar las palomitas y el refresco las cuales yo devore.

Al terminar la película aun me.sentía muy hambrienta, era algo que me preocupaba, mi novio se compro un par de cosas más y me llevo a mi casa, una vez sola otra vez en mi casa, abri mi refrigerador y consumi un bote de elado sentada en mi sofá viendo el televisor apagado, y mientra comia una cucharada de ese helado que según yo habia comprado sólo para cuando mi novio fuera de visita, en la pantalla de la televisón vi mi reflejo y algo sentado junto a mí, al parecer era una persona, pero no se veia tan nitidamente como yo, esta visión mia, me hizo saltar del sofa haciendo volar el bote de helado por los aires, gire la cabeza rapidamente hacia el lado donde estaba la sombra, y algo muy peculiar llamo mi atención, el cojín que estaba a un lado mio, cayo al piso, con el terror de lo que había visto, mi piel palidesio al momento, cada uno de los bellos que cubren mi cuerpo se erizó uno por uno, y mi lengua se seco, no sabia que hacer, si correr, salir de mi cuarto,

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