Hail Satan

Hail Satan

Durante eones, o más bien desde la existencia o concepción de las múltiples religiones han existido diversificados conceptos de Deidades o profetas que se asemejan a un ser todo poderoso (más que nada por la ignorancia que permea en la humanidad). Del mismo modo, la raza humana no sólo concibió a Dios como el creador de un todo, el indicador y guía de lo que conocemos como bueno, bien, o bondad; sino que a su vez se extrapoló el antagonista del blanco, la oscuridad.

Para la religión católica (de la cual soy adepto desde el día en que fui planeado) existe un ser que en su origen es explicado como uno de los súbditos y adeptos más cercanos a Dios, conocido en el Antiguo Testamento como Lucifer [Lucifer significa "Portador de luz"]; quien cayó en desgracia una vez que quiso ser más grande que el mismísimo Dios en persona. Por tanto se ha asociado (y se asociará) al ‘Demonio’ como el malo más malo de Malolandía y aquí es dónde resulta lo más interesante.

Para empezar, no sólo existe un demonio, así como no existe un solo dios; cada religió o secta y, me atrevo a decir que cada uno de nosotros tiene su propio concepto de lo que es el demonio pero resulta increíble que escritores, músicos, actores y cualquier cantidad de oficios; mercadólogos, directores, poetas, pintores, etcétera ven algo más allá de la temática del bien contra el mal que surge a raíz de la enemistad entre conceptos.

En una sociedad como la actual, existen numerosos documentales que abordan el tema del demonio, la demonología, el necronomicón, hasta de las iglesias satánicas: (de donde particularmente surge la idea de este proyecto) a tal grado que ‘El Diablo’ ya no es visto más en muchas formas como la encarnación que nos decían nuestros padres que sería quien nos recibiría en las puertas del fuego infernal con numerosas cantidades de torturas si nos portábamos mal. ¡NO! Hoy forma parte de la Cultura Popular y es en ocasiones asociado como un antihéroe que está al servicio de la humanidad a la que por ley Divina debe castigar ¿Por qué?

Nuestra realidad está (una vez más) al borde de la extinción y su Satánica Majestad ya no es necesariamente el responsable de esto. Para empezar como lo mencioné anteriormente, ya no da miedo su existencia y en parte es causa a que las religones a su vez, han ido perdiendo fuerza y presencia dentro de la cultura popular, básicamente por que las figuras sagradas no son aptas para la humillación, la burla o el chascarrillo cosa a la que si se ha podido adaptar el maléfico y que de manera histórica las figuras antagónicas han sido caldo de cultivo para la inventiva humana.

Concretamente se encuentra (para empezar) la Iglesia Satánica [Church of Satan] fundada en 1966 en Estados Unidos por Anton LaVeym la cual no busca la adoración del diablo como deidad o Dios, sino que encarna una contraposición al cristianismo y sus ideas de utilizar a este personaje como ancla para adpotar y al mismo tiempo atemorizar infieles a lo largo de la historia aunque por supuesto llega a rayar en el ocultismo. De la misma se crearon dos principales vertientes: el Templo de Set (con ideas aún más radicales y fundada por un amigo íntimo de LaVeyn) y la Primera Iglesia Satánica (fundada por Karla LaVeyd quien buscaba mantener el legado de su padre después de que este falleció y conservar los ideales básicos por los cuales se había fundado la iglesia en primer lugar). Estos acontecimientos dieron lugar a lo que para mi realmente llamó mi atención en relación al Satanismo más no al ocultismo y esto fue en el año del 2013 en  Salem, Massachusetts (obviamente en Estados unidos); la creación del Templo Satánico que en realidad es una organización no gubernamental dedicada al activismo político y cultural el cual ve a la figura de Satanás como un símbolo de Rebeldía y es precisamente esta rebeldía la que originó una colosal noticia que sacudió mi mente en el año del 2015 con la develación de una escultura en Detroit de una entidad que para entonces me resultaba completamente ajena, Baphomet [una criatura digna de la mitología con cabeza de cabra, pechos femeninos brazos de hombre y mujer en contra posición y alas; sin duda una belleza estética] la cual en sí es una figura de protesta y libertad de expresión más allá de lo que los fanáticos religiosos acusan de un monumento a la maldad y corrupción del hombre como elegido de Dios.

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