Sermon De David Wilkerson
Enviado por anis02 • 5 de Junio de 2013 • 3.858 Palabras (16 Páginas) • 392 Visitas
Diablo, tú no puedes caminar sobre mi
Por David Wilkerson.
En Isaías 51, el Señor da un poderoso mensaje a todo aquel que persigue la justicia (o rectitud). Él declara: “Oídme, los que seguís la justicia, los que buscáis a Jehová.” (Isaías 51:1). Unos cuantos versículos mas tarde, el nuevamente llama a aquellos: “Escúchenme, ustedes que conocen lo que es recto; pueblo que lleva mi ley en su corazón:” (51:7). Cuando Isaías dio este mensaje, su público inmediato fue Israel. Pero Dios también dirige hoy un llamado a cada creyente consagrado. Es una palabra no solamente para el Israel natural, sino para todos los que componen al Israel de la fe. Él esta hablándole a todo aquel que persigue a Jesús con mayor pasión. Y estos dos breves versículos, él nos dice: “Tengo un mensaje aquí para ti en particular.” El Señor comienza dirigiéndose a los oyentes como “afligida, ebria, pero no de vino” (51:21). En el tiempo que Isaías profetizo, Israel estaba esclavizado por Babilonia. Dios quería que su precioso pueblo supiera que Él reconocía su aprieto. De igual manera, hoy, Él esta dirigiéndose a cada cristiano que es cautivo por alguna forma de esclavitud. No importa si la esclavitud es mental, física o espiritual. El ojo de Dios está sobre cada santo que se tambalea bajo el peso de una horrible carga. Y él les da esta palabra: “No pienses por un momento que este peso ha venido sobre ti como resultado del pecado. Estas bajo un ataque directo de Satanás. El enemigo de tu alma te ha acusado y atormentado. Así que ahora, como una persona que esta ebria con vino, estas atontado por el efecto. Has sido ofuscado por el diablo, y tú crees que lo causaste. Pero tienes que escucharme a mí ahora. Quiero tu oído, porque tengo una palabra que darte.” Tal vez ahora mismo estas soportando una noche oscura del alma. Quizás estas sentado en las cenizas de un fracaso percibido. O, estás cargado por unas cadenas de pecado que cuelga de tu garganta. La has llevado por tanto tiempo ahora, que estas hundido en desesperación. Has puesto a un lado el manto de justicia que Jesús te dio porque no te sientes digno de llevarlo. Simplemente, estás demasiado deprimido para moverte en fe. Te digo, Dios tiene un mensaje solo para ti. Y él está pidiendo que escuches con toda atención: “Ahora, pues, oye esto,… Así dijo Jehová, tu Señor y tu Dios, el cual aboga por su pueblo: He aquí he quitado de tu mano la copa de aturdimiento,… Yo la pondré en manos de tus angustiadores,” (51:21-23). El Señor está diciendo, en otras palabras: “Estoy aquí para abogar tu caso, para intervenir por ti. Y te hago esta promesa: Quitaré de ti la copa de temor que está azotando tu vida. Y la pondré en las manos de aquellos que te oprimen. Estoy harto con cada demonio o persona que ha causado tu aflicción. No permitiré que su acoso contra ti siga. Te digo ahora mismo, llego el fin para tu opresor.” Él ha dirigido su furia contra aquellos “que dijeron a tu alma: "Inclínate, y pasaremos por encima de ti." (51:23).
Pero el Señor continua diciendo: “Y tú pusiste tu espalda como suelo, como camino, para que pasaran,” (51:23). ¿Ves la imagen que él esta describiendo? Él está diciendo: “Si, he venido a liberarte. Pero también tengo que señalar tu parte en esto. La verdad es que tú le has permitido al diablo que haga lo que quiera contigo.
~ 2 ~
“Al principio, Satanás te abrumo con sus tácticas. Pero en vez de resistirlo con mis promesas, te has inclinado y te has arrastrado hacia él. De buena gana has inclinado tu cuerpo en las calles de la desesperación. Y te has sometido a sus diabólicos ultrajes. Tú le permites que restriegue tu cara en el polvo. Tú le dejas que camine sobre ti. Estas totalmente intimidado por sus principados y potestades.” 1. Dios ve a santos sinceros y devotos pisoteados por Satanás. Hoy muchos siervos dedicados están llevando cargas que no deben llevar. Son azotados por temor y desanimo. ¿Cómo reacciona el Señor a esto? Él pregunta: “… ¿Qué hago aquí, ya que mi pueblo es llevado injustamente? ¡Los que de él se enseñorean lo hacen aullar, y continuamente blasfeman contra mi nombre todo el día!, dice Jehová. (Isaías 52:5). Dios está indignado con lo que está pasando. Él está diciendo, “¿Qué estoy viendo aquí? ¿Por qué mi pueblo es ultrajado y humillado tan fácilmente? Satanás los está derribando a su voluntad, reinando sobre ellos, acosándolos, haciéndolos llorar y aullar. Y ellos no lo están resistiendo. Esto blasfema mi nombre, mi majestad y mi poder.” En su asombro, Dios le recuerda a su pueblo inclinado, “Muy cerca está mi justicia, ya ha salido mi salvación” (51:5). Él está diciendo: “Ya yo he pronunciado la palabra de tu liberación. Yo la decrete en mis promesas de pacto. Extendí mi mano poderosa para sacarte tu experiencia desértica. Así que, ¿Por qué no pides lo que yo ya decreté? ¿Por qué no caminas en la luz de mi libertad, gozo, y paz?” Dios entonces promete: “Ciertamente consolará Jehová a Sión; consolará todas sus ruinas. Cambiará su desierto en un edén y su tierra estéril en huerto de Jehová; se hallará en ella alegría y gozo, alabanzas y cánticos.” (51:3). Él declara: “Te voy a traer consuelo. Ahora mismo, todo lo que puedes ver es fracaso en cada área de tu vida. Pero eso está a punto de cambiar. Voy a volver tu desierto en un jardín similar al Edén. Estas a punto de entrar a mi claro refrescante de gozo y alegría.” Estas no son promesas necias ni vacías. Son pronunciadas por el Dios Todopoderoso para nosotros, quien reina sobre todo. Sus pensamientos hacia su pueblo son buenos, no son acerca de ruina y fracaso. Él nos ama y él está dispuesto a liberarnos de todo temor y depresión. Pero el Señor también quiere mostrarnos cómo llegamos a tan bajo condición. Él señala, “Te has inclinado al diablo. Y estas dispuesto a recostar tu cuerpo sobre la tierra ante él. Y le has permitido que camine por encima de ti.” Y Dios no puede creerlo. Él dice: “Yo, Yo Soy vuestro consolador. ¿Quién eres tú para que tengas temor de los mortales y de los hijos de los hombres, que son como el heno?” (51:12). Él dice: “¿Por qué temes lo que la gente te pueda hacer? Sus chismes y amenazas no te pueden hacer daño. Satanás está usando tu temor para ponerte en esclavitud. Sin embargo, yo te he prometido liberación. ¿A quién debes escuchar: sus mentiras y no a mi Palabra?”
Entonces el Señor añade: “No temáis afrenta de hombres ni desmayéis por sus ultrajes.” (51:7). En otras palabras: ¿Por qué te mides por el concepto de éxito o fracaso de los demás? Yo te he dado promesas desde la eternidad. Pero tú has echado reproche sobre ti mismo. Te has recostado en tierra como un escalón para el enemigo.”
~ 3 ~
Finalmente,
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