TEXTO CUATRO PARRAFOS

A la pregunta si ¿existe una separación real entre espíritu y cuerpo? Desde mi punto de vista, el cuerpo y el espíritu se complementan en cada momento, aunque actuemos mayormente dejando de lado al espíritu. Primordialmente tomamos los deseos carnales, y tratamos de satisfacerlo en todo lo que nos pida. La mayoría de nuestros actos son involuntarios y actuamos antes de pensar.

“Digo, pues: Andad por el Espíritu, y no cumpliréis el deseo de la carne. Porque el deseo de la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es contra la carne, pues éstos se oponen el uno al otro, de manera que no podéis hacer lo que deseáis. Pero si sois guiados por el Espíritu, no estáis bajo la ley”. (GALATAS 5:16-18). Si accedemos por completo al mundo de la carne, estamos dejando de lado a nuestro espíritu. El solo pensar en nuestros deseos carnales y satisfacerlos en todo lo que nos pida, no es una forma correcta de actuar.

“Primero pienso, luego existo” (Descartes 1643) Deberíamos actuar bajo esta ley, ya que nos indica que pensemos antes de actuar. Pero el ser humano es tan automático que, primero actúa, y luego piensa la razón de sus hechos. Al actuar involuntariamente dejamos de lado nuestros pensamientos, realizando esta acción, no analizamos y no dejamos que nuestro espíritu actúe conforme lo que piense, sino solo de manera automática.

Los seres humanos tenemos la capacidad de congeniar nuestro espíritu y nuestro cuerpo, pero normalmente dejamos que cada uno actúe por su lado. Según Descartes, la belleza estaba en establecer ese vínculo entre el alma y el cuerpo, que sin el alma no vivimos. Pero la realidad no muestra otro panorama, primero actuamos conforme al cuerpo y lo que él nos exija, no vinculamos con lo espiritual, ni pensamos antes de realizar un acto

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