Tesis Politicas De Saulo De Tarso
Enviado por fuse7up • 11 de Octubre de 2011 • 1.923 Palabras (8 Páginas) • 682 Visitas
Origen del “Evangelio”
El cumplimiento de la promesa de Dios, o evangelio, fue escrito por los primeros discípulos judíos en los evangelios, que son los escritos que recogen las primeras predicaciones de los discípulos de Jesús de Nazaret y cuyo núcleo central del mensaje es la muerte y resurrección de Jesús de Nazaret. En un sentido más general el término evangelio puede referirse a los evangelios, en ese sentido, existen cuatro evangelios contenidos en el Nuevo Testamento de la Biblia cristiana, llamados Evangelios canónicos, reconocidos como parte de la Revelación por las diferentes confesiones cristianas. Son conocidos con el nombre de sus supuestos autores: Mateo, Marcos, Lucas y Juan. La mayoría de los expertos considera que estos cuatro evangelios fueron escritos entre los años 65 y 100 d. C., aunque otros académicos proponen fechas más tempranas.
La palabra "Evangelio" es empleada por primera vez en los escritos de las primeras comunidades cristianas por Pablo de Tarso, en la primera epístola a los corintios (1 Cor, 15,1), redactada probablemente en el año 57:
"Os recuerdo, hermanos, el evangelio que os anuncié, que recibisteis, y en el que habéis perseverado".
Dicho evangelio consiste, según Pablo, en "que Cristo murió por nuestros pecados según las Escrituras; que fue sepultado y resucitó al tercer día según las Escrituras; que se apareció a Pedro y luego a los doce. Después se apareció a más de quinientos hermanos a la vez, de los que la mayor parte viven todavía, si bien algunos han muerto. Luego se apareció a Santiago, y más tarde a todos los apóstoles. Y después de todos se me apareció a mí, como si de un hijo nacido a destiempo se tratase".
El origen del poder
El Cristianismo fue predicado por los apóstoles después de la muerte de Jesús de Nazaret “el redentor”. El Cristianismo gozó de libertad bajo Constantino I, quien proclamó en el 313 el principio de tolerancia religiosa (edicto de Milán) y convocó en 325 al concilio de Nicea. Durante la Edad Media, el Cristianismo se fue propagando por todos los países civilizados.
Con la aparición de la Iglesia cristiana como institución autorizada para gorbernar los asuntos espirituales de la humanidad con independencia del Estadi puede considerarse, sin exageranción, como el cambio más revolucionario de la Europa occidental tanto por lo que respecta a la ciencia política como en lo relativo a la filosofía política.
Pero hay que señalar de alguna manera, que las concepciones políticas de los primeros cristianos no fueron de ningún modo característicamente suyas o específicamente distintas de las sostenidad por otros hombres. Los intereses que contribuyeron a la creación del cristianismo fueron intereses religiosos y el cristianismo era una doctrina de salvación, no una filosofía ni una teoría política. Las ideas de los cristianos acerca de estas últimas materia no eran muy distintas de las sostenidas por los paganos. Así, por ejemplo, los cristianos , no menos que los estoicos, podían creer en el derecho natural, el gobierno providencial del mundo, la obligación del derecho positivo y el gobierno de ser sustancialmente justos y la igualdad de todos los hombres a los ojos de Dios. Tales ideas estaban muy difundidad antes de la aparición del cristianismo y numerosos pasajes familiares del Nuevo Testamento muestran que fueron incorporadas inmediatamente a los escritos cristianos.
En este contexto, el respeto a la autoridad legítima era un deber que ningún cristiano negaba. Sin embargo, era un hecho de la máxima importancia que el cristiano estaba inevitablemente obligado a cumplir un doble deber de un alto tipo enteramente desconocido para la ética de la antigüedad pagana.
La santidad del poder
Es importante rescatar la idea que ya se establece en el Nuevo Testamento, una teoría concreta sobre la naturaleza del gobierno, que ha de tener notoria importancia en el desarrollo posterior del pensamiento político. El gobierno es una institución divina que deriva su autoridad de Dios. La obediencia que se presta al Estado constituye , a la vez, una necesidad política y un deber religioso. El Estado existe para mantener la justicia. El Estado tiene, por esto, un carácter sagrado; el gobernante es un siervo de Dios; la obediendia es esencial en la vida política. Los apóstoles formulan y defienden estas ideas movidos por dos fines: por una parte, la necesidad de reclamentar las relaciones entre el gobierno de Roma y la Iglesia primitiva; por otra parte , el deseo de contrarrestar las tendencias anárquicas de las primeras sociedades religiosas. La concepción cristiana del Estado tiene por fundamento, esencialmente, la doctrina de los estoicos; el hombre es un ser social por natiraleza; el gobierno constituye una necesidad en la sociedad humana.
Los obispos ejercen su autoridad, en cuestiones morales y espirituales, por encima de los emperadores; los padres defienden estas prerrogativas como derechos peculiares e intangibles de la Iglesia, frente a la autoridad imperial. Se concidera al gobernante como un”vicario de Dios” y en los escritos de los padres de la Iglesia puede encontrarse incluso una referencia terminante de la doctrina del derecho divino de los reyes; pero empieza a trazarse una línea de separación entre la autoridad secular y la potestad eclesiástica.
El origen divino del poder del gobernante constituye la principal diferencia, en este punto, en los Santos Padres y juristas romanos, ya que éstos últimos vinculan en el pueblo la fuente suprema de donde dimana toda autoridad. En el pensamiento político medieval de los tiempos posteriores se pone de relieve este fuerte contraste entre principios. Los Santos Padres, sin embargo, ven el gobierno una concecuencia del pecado, desde la inocencia primitiva, anterior a la caída del hombre, a su condición depravada que hace necesario el imperio de la autoridad.
La invasión bárbara hace imposible la realización
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