Un Mundo De Las Desigualdades Y Ambigüedades Desde El Punto Religioso.

Sobrevivimos en un mundo en donde los problemas del respeto por el otro parecen nunca tender a desaparecer, a cada momento se suele escuchar acerca de las desigualdades que viven innumerables comunidades en el mundo, donde son discriminadas por su condición económica, social, racial, sexual (por solo resaltar las más comunes y abundantes).

Desde los inicios de la humanidad (en su ámbito religioso Judío) se ha convivido con los grandes problemas de diferencia humana, esto, debido a que se han hecho malas interpretaciones de lo que las figuras religiosas preceden.

Con frecuencia, las personas son apartadas de las demás porque no tienen fines comunes, pero, esto comienza a sembrar las llamas de la divergencia entre personas.

El mundo, ha sido divido en dos grandes lados, conocidos como occidente y oriente, aunque las características físicas e intelectuales no son las mismas, seguimos siendo iguales, y lastimosamente esta clase de divisiones lo único que generan son irregularidades, en el “lado” en que se conviva, existirán además otras subdivisiones que hacen que el hombre pierda su rumbo de inequidad.

El “lado” donde convivo, podría catalogarse como el “lado” en donde más subdivisiones se presentan, generando así inigualables desigualdades que afectan al ser humano desde su dignidad. Es tan común que cualquier individuo del “lado” occidental mínimamente haya sido discriminado, desde pequeños nos separan por condiciones que desde el punto religioso instaurado, no deberían de existir, pero se hacen con el fin de “proteger”.

Toda persona tiene una dignidad la cual, ‘debería’ no ser afectada por otro individuo, pero no es así.

Vivimos en un mundo en donde se busca el reconocimiento, y no importa lo que se deba hacer, siempre queremos imponernos en los demás para buscar sobresalir; para ello, no importa si tenemos que pasar y arruinar la dignidad de un igual, es en esta etapa, donde quedan atrás todos los principios y deseos de equidad, es en este momento en donde el animal que cada humano posee sale a resurgir, sea aplastando a los demás por conseguir su propio bien, afectando la dignidad de mi semejante.

Alguna vez en la vida, se ha tenido que buscar por el reconocimiento, lastimosamente para conseguirlo, siempre hay que acaparar otro, así que todas las personas han sido alguna vez en su vida, “destructor o destruido” desde el punto de la dignidad.

Aunque, cuando se reflexiona que se puede llegar al reconocimiento haciendo uso del respeto y de la tolerancia, se comprende que no hay necesidad de destruirle la dignidad a otro ser, lleno de expectativas y deseos como el yo que todos tenemos.

Al final, ya con estas reflexiones acerca de la importancia de valorar toda vida humana desde su concepto de dignidad, se sacia la búsqueda por la aprobación.

Mas sin embargo, no se debe llevar a los extremos donde la búsqueda

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