Venida de Jesús

331 La mañana Gloriosa

328 ¿Nos veremos junto al río?

178 Contemplé la gloria

Apocalipsis 5:13

Oh si pudiese hablar en la lengua de Canaán te diría un poco de la gloria de un mundo mejor. Donde noche no hay y el cordero es luz, donde lágrimas no hay oh el cielo no es como la tierra.

Oh si pudiese hablar en la lengua de Canaán te diría un poco de la gloria de un mundo mejor.

No me es posible describir las maravillas que vi. Vi tablas de piedra en que estaban esculpidos en letras de oro los nombres de los redimidos. Después de admirar las glorias del templo, salimos y Jesús nos dejó para ir a la ciudad. Pronto oímos su amable voz que decía: “¡Vengan pueblo mío, han salido de una gran tribulación y han hecho mi voluntad, sufrieron por mí. Vengan a la cena que yo mismo serviré!” Nosotros exclamamos: ¡Aleluya, gloria! Y entramos en la ciudad. Vi una mesa de plata pura de muchos kilómetros de longitud, y sin embargo nuestra vista la abarcaba toda. Vi el fruto del árbol de la vida, el maná, almendras, higos, granadas, uvas y muchas otras especies de frutas. Le rogué a Jesús que me permitiese comer del fruto pero me respondió: “Todavía no debes volver de nuevo a la tierra y referir a otros lo que se te ha revelado” Entonces un ángel me transportó suavemente a este oscuro mundo. A veces me parece que no puedo ya permanecer aquí. Tan lóbregas me resultan todas las cosas de la tierra. Me siento tan sola, pues he visto una tierra mejor.

Oh si pudiese volar cual paloma por cielo y mar navegar y cruzar el JordáYTPn  a un mundo mejor. Donde noche no hay y el cordero es luz, donde lágrimas no hay oh el cielo no es como la tierra.

Oh si pudiese hablar en la lengua de Canaán te diría un poco de la gloria de un mundo mejor.

El hinduismo espera el décimo avatar de Vishnu que se llama Kalki, los budistas esperan la tercera encarnación de Buda, los mayas hablan de la venida del gran profeta maya a nuestro continente, los judíos esperan a su salvador porque ellos no reconocieron a Jesús (Juan) y los cristianos esperan a Jesús. ¿A quién esperas tú?

El tema está dividido en cuatro elementos fundamentales que debemos comprender para gozar de la Presencia de Dios sin intervención del pecado.

1. SEGUNDA VENIDA DE JESÚS

Cuando en la persecución se apruebe la pena de muerte para los cristianos, en ese momento en el que “multitudes de hombres perversos profirieron gritos de triunfo, burlas e imprecaciones, están a punto de arrojarse sobre su presa” aparecerá en el cielo un arcoíris, señal del pacto de Dios con el hombre. Mientras se oye una voz fuerte y de los sepulcros resucitarán los justos y se unirán en alabanza a su creador, pero también resucitarán los más acérrimos enemigos de la verdad, resucitarán los que se burlaron de la agonía de Cristo; los que persiguieron a los fieles verán la recompensa que recibirán. La hna. Elena en el libro conflicto de los siglos dice: “Es a media noche cuando Dios manifiesta su poder para librar a su pueblo”.

Pero aún no aparece Jesús en el cielo pues hay sucesos que anteceden su venida:

• Nubes densas cubren el firmamento y de vez en cuando aparece el sol, como si fuera el ojo vengador de Jehová.
• Fieros relámpagos rasgan el firmamento envolviendo la tierra en claridad. Mientras se oyen voces misteriosas y terribles que anuncian la condenación de los impíos.
• Los demonios confiesan la divinidad de Cristo y tiemblan ante su poder, mientras que los hombres claman por misericordia y se revuelcan en terror despreciable.
• Una estrella arroja rayos de luz cuyo brillo queda cuadruplicado por el contraste con la oscuridad. Significa esperanza y júbilo para los fieles, pero severidad para los transgresores de la ley de Dios.
• Los justos cambian, sus rostros brillan de admiración, fe y amor sus voces se elevan en canto triunfal. (Salmo 46:1-3)
• Las nubes se retiran y el cielo brilla. Entonces aparece en el cielo una mano que sostiene dos tablas de piedra puestas una sobre la otra. (Salmo 50:6)
• Las inscripciones de la ley de Dios es observada ahora como elemento fundamental para el juicio.

El horror, de las personas que transgredieron la ley de Dios e incitaron a muchos más a no guardar los preceptos de Cristo, es indescriptible. (Malaquías 3:18) Reconocen muy tarde que el día del cuarto mandamiento es el sello del Dios vivo. No se sabrá antes del día del juicio final cuán grande es la responsabilidad de los que desempeñan un cargo sagrado, y cuán terribles son los resultados de su infidelidad.

• Desde el cielo se oye la voz de Dios que proclama el día y la hora de la venida de Jesús, y promulga a su pueblo el pacto eterno.

El pueblo de Dios escucha atento con los ojos elevados al cielo; y sus semblantes se iluminan con la gloria divina y brillan cual brillaba el rostro de Moisés cuando bajó del Sinaí. Los malos no lo pueden mirar. Cuando la bendición es pronunciada se oye un grito de Victoria.

Atónitos los malvados observarán la liberación del pueblo de Dios, y los escogidos observarán la recompensa de su gran fe.  Y en ese momento aparecerá en el cielo una nube negra pequeña que envuelve al Creado, se va acercando hasta convertirse en una nube blanca (Habacuc 3:3,4) Cristo no viene como varón de dolores sino como el gran conquistador, listo para rescatar a su pueblo del pecado.

(Apocalipsis 6:15-17) reconocen la voz de Jesús que ha sido pronunciada en diferentes momentos.

Ahora sus transgresores pueden verlo en gloria y majestad tal como lo había pronunciado (mateo 26:64) (Isaías 25:9)

En el momento de la resurrección, Adán se encuentra dentro de la multitud y su estatura es notable en comparación con la de la raza humana. Los redimidos, reintegrados en el árbol de la vida del perdido Edén, crecerán hasta alcanzar la estatura de la raza humana en su gloria primitiva.

Los impíos vuelven a la muerte y los santos son bienvenidos a la ciudad santa y se escucha un grito triunfante de admiración. Y elevados  para encontrar a su salvador en el aire. Jesús junto con los salvados entran a la ciudad celestial y Él los presenta ante Dios y ahora si la humanidad está en armonía con lo divino (Judas 24)Los dos Adanes están a punto de encontrarse y cuando ese momento llega, Adán se postra a los pies de Cristo y le rinde honor, reconociendo de esta manera el gran amor de Dios por la raza humana.

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