Yo, antes tenía quien me abrazara, quien me despertara, quien me cubría del frío cuando éste era inclemente, me valoraba, me cuidaba de todo y nunca me soltaba de él. Pero el amor se fue acabando poco a poco, le hacía berrinches, le hacía pasar mal
Enviado por Jonathan DL • 3 de Marzo de 2017 • Ensayo • 1.491 Palabras (6 Páginas) • 413 Visitas
MI VIEJO AMOR
Yo, antes tenía quien me abrazara, quien me despertara, quien me cubría del frío cuando éste era inclemente, me valoraba, me cuidaba de todo y nunca me soltaba de él. Pero el amor se fue acabando poco a poco, le hacía berrinches, le hacía pasar malos ratos, me peleaba con él.
Lo abandoné, ya no quería nada con él y renuncié a lo que teníamos, terminó nuestra relación en la misma banca donde todo había comenzado, ahí lo dejé sentado, ahí dejé todo.
Me distancié de él y con el tiempo aprendí a no tener remordimiento de lo que hacía, él ya no me preocupaba y empecé a vivir el presente. Me divertía con todo mundo y me iba bien, incluso ya no me importaba si me pasaba algo malo, total, solo hoy se vive.
Pero sentía que algo me estaba fallando, cada día era más frío que el anterior, me empecé a sentir sola, me sentía lastimada y confundida y para no sentirlo tan duro empecé a tomarle poca importancia, hice como si nada hubiera pasado.
Y dije: “Si te haces pareja de alguien, puede que se solucione tu problema”, y así empezó la búsqueda de un nuevo amor…
Cada fiesta a la que iba buscaba a un chavo que llenara los requisitos, y estos eran:
- Detallista
- Caballeroso
- Atento
- Fiel
- Cuidadoso
- Etcétera
Aunque solo fuera caballeroso y atento me bastaba para mí, y así decidí buscar pero por más que lo hacía no encontraba nada y mis amigas me decían: “tranquila, algún día va a llegar no te desesperes”.
Iba a mi trabajo y a veces llegaba sin ánimos y unos compañeros me trataban de animar para tener un buen día, aunque a veces lo lograban, las otras veces ni hablar.
Al fin de tanta búsqueda encontré lo que tanto había buscado, hallé un hombre de buen porte y parecer, era un hombre al que tanto había buscado y al fin lo encontré.
No pasó mucho tiempo para que fuéramos amigos, sentía que había una conexión con él, y en unas semanas ya éramos novios, sentía que estaba viviendo un sueño, todo lo que antes sentía se había desaparecido. ¡Estaba completamente feliz!
Pero todo era muy temporal con él, teníamos más malos ratos que buenos momentos, cada vez que nos veíamos solo era para pelear y aunque él no pusiera de su parte yo hacía lo posible por mantenernos unidos, ¡hasta pensaba casarme con él!
Una vez salimos a pasear a un parque que estaba cerca de donde yo vivo y vi a mi antiguo amor sentado ahí, sentí que me sonrió y yo solo volteé la mirada hice como que no lo conocía o como si no lo hubiera visto antes y sentí que él solo me observaba.
Le dije a mi novio que no me sentía cómoda en donde estábamos, y me empezó a cuestionar que por qué y solo le dije que nos fuéramos a otro sitio y él lo tomó de mala manera (como siempre), entonces le dije: “¿sabes qué?, mejor te llamo al rato. Contigo no se puede ni dialogar como gente civilizada”. Me fui de ahí y empezó a hacer su berrinche, parecía un simio loco, como si le hubieran quitado un plátano de sus manos.
Con el tiempo vi que él empezó a cambiar conmigo, la diferencia era enorme y le preguntaba que qué le pasaba, porque era así conmigo y me dijo que yo ya no lo amaba como antes, que era indiferente con él. Yo le decía que no era así, pero él insistía, insistía tanto que al fin acepté el “error” (cuando en realidad era al revés), entonces me dijo que si en realidad lo amaba que le diera la prueba de amor. Yo me sorprendí y al principio me negué, pero era tal su convencimiento que terminé accediendo.
Pasado el acto me sentí mal, me sentía sucia y para no meter más la pata me tomé varias anticonceptivas a fin de no traer nada.
Después descubrí que él me era infiel. Fue tanta mi rabia que decidí desquitarme con todo, incluso con todo el mundo; aventaba mi almohada por un lado, agarré los peluches que me había dado y los rompí, era tanta mi ira que me costó controlarme, trataba de calmarme aunque me costó pero logré tranquilizarme.
Le reclamé que por qué lo había hecho y simplemente me dijo que era porque yo lo había engañado, y yo le dije: ¡¿Qué?! Yo nunca te había engañado, ni por mi mente pasó haberlo hecho ¿y dices que yo te he engañado? No puedo creer que me hayas hecho esto, y me fui de ahí llorando. Yo estaba consciente de que no lo había engañado, tragaba mi saliva con algo de dificultad, sentía un gran nudo en la garganta.
...