¿son Estos Los Caminos De Dios?
Enviado por joelcaro • 4 de Diciembre de 2012 • 969 Palabras (4 Páginas) • 516 Visitas
¿SON ESTOS LOS CAMINOS DE DIOS?
A la orilla de un bosque y apartado de la gente, vivía un ermitaño entregado a reflexiones espirituales; pero cuanto más consideraba lo que ocurría en este mundo, menos comprendía el trato de dios con los hombres, lo cual lo tenía muy perplejo y lo confundía cada vez más.
Un día meditando en esto, se durmió y tuvo un sueño de lo mas extraño y aleccionador.
Soñó que debía hacer un largo viaje a través del bosque y se hallaba preocupado acerca de como llegar a feliz destino. En esas circunstancias se le acerco un hombre, le dijo, sígueme Andrés, tu solo no hallarías el camino a través del bosque, yo te lo indicaré.
Impresionado por la amabilidad del personaje y la autoridad con la que le hablaba; Andrés se fue con él.
Al anochecer llegaron a una casa, cuyo dueño los recibió cordialmente. Les dio una rica cena y les preparo una cómoda cama.
Este ha sido un día especial, uno de los más felices de mi vida y debemos celebrarlo, mi enemigo se ha reconciliado conmigo y en prenda de su amistad me ha regalado esta copa de oro, que guardaré entre mis mas preciados tesoros, les dijo.
A la mañana siguiente, se levantaron temprano para continuar su camino, le agradecieron su atención y le desearon bendición de Dios por su hospitalidad. Pero antes de despedirse, Andrés notó que su compañero tomaba secretamente la copa de oro y se la guardaba entre sus ropas. Quiso reprocharle su ingratitud, pero el extraño le dijo: silencio, estos son los caminos de Dios.
Al mediodía llegaron a otra casa, la de un avaro que les negó hasta el agua para beber y los llenó de burlas para alejarlos de su casa.
Pasemos mas adelante, le dijo su acompañante, pero primero sacudamos el polvo de nuestros pies; y al decir esto, se sacó la copa de oro y la entrego al avaro, quien la recibió con sorpresa y codicia. ¿Qué haces?, pregunto intrigado Andrés, pero su compañero poniéndose el dedo sobre los labios le respondió, "Silencio, estos son los caminos de Dios"; y siguieron andando.
A la caída de la noche, golpearon a la puerta de una choza miserable, era de un hombre pobre que luchaba contra la adversidad, que parecía ensañarse contra él, a pesar de todo su trabajo; había tenido que vender su propiedad, parcela por parcela y lo único que le quedaba era esa choza. "Soy muy pobre", les dijo el hombre, "pero no puedo permitir que continúen el camino hasta mañana, la noche es fría y oscura y la senda peligrosa a estas horas, pasen a compartir con mi familia lo poco que tenemos". A la mañana siguiente le agradecieron su amabilidad y se despidieron. "Dios te ayudará" le dijo el compañero de Andrés, pero cuando el hombre se dio vuelta para llamar a su esposa, el extraño colocó secretamente en el techo un fuego que
...