Еl examen de la escuela del ministerio teocrático
Enviado por freddy64 • 24 de Septiembre de 2012 • Examen • 1.976 Palabras (8 Páginas) • 501 Visitas
REPASO DE LA ESCUELA DEL MINISTERIO TEOCRÁTICO
1. ¿Qué seguridad nos da el hecho de que Jeremías sobreviviera en tiempos de dificultades económicas? (Jer. 37:21.) [7 de mayo, w97 15/9 pág. 3 párr. 4–pág. 4 párr. 1.]
Así mismo, Jehová sostuvo al fiel profeta Jeremías en tiempos de gran penuria económica. Jeremías sobrevivió al sitio babilonio de Jerusalén, cuando la gente tenía que "comer pan por peso y con solicitud ansiosa". (Ezequiel 4:16.) Con el tiempo, el hambre se hizo tan severa en la ciudad que algunas mujeres se comieron la carne de sus propios hijos. (Lamentaciones 2:20.) Aunque Jeremías se encontraba detenido a causa de su predicación valerosa, Jehová se encargó de que se le suministrara diariamente "un pan redondo [...], hasta que todo el pan de la ciudad se agotó". (Jeremías 37:21.)
Así pues, Jeremías, al igual que Elías, disponía de poco alimento. Las
Escrituras no nos revelan qué comió Jeremías ni con cuánta frecuencia después de acabarse el pan en Jerusalén. Aun así, sabemos que Jehová lo sostuvo y que sobrevivió a ese pavoroso período de hambre. Arriba
2. ¿Cómo imitan el buen ejemplo de Ébed-mélec los cristianos que tienen la
esperanza de vivir para siempre en la Tierra? (Jer. 38:8-13.) [7 de mayo, su
pág. 179 párr. 9.]
¡Cuán preciosa es esa promesa para los siervos de Jehová de hoy! Como
Ebed-melec, las "otras ovejas" ven las injusticias que se cometen contra la
clase de Jeremías de nuestros días, el resto ungido, y los esfuerzos que se
hacen para detener su predicación del mensaje de Jehová. No han vacilado en tomar la acción que han podido para proteger y apoyar a la clase ungida. Por tanto, apropiadamente la promesa de Jehová a Ebed-melec los fortalece, y fortifica su confianza en que Jehová no permitirá que los opositores los
destruyan, sino que los conservará como clase a través de la cercana destrucción mundial y los introducirá en Su justa "nueva tierra". Arriba
3. Puesto que Jehová se valió de los guardaespaldas de Nabucodonosor para
proteger a Jeremías y a Baruc, ¿sería correcto que los cristianos de hoy día
buscaran la protección de policías armados? (Jer. 39:11-14.) [14 de mayo, w83 1/10 pág. 31.]
Pudiéramos comparar la situación actual con la del tiempo de Jeremías. En aquel entonces Jehová usó el ejército de "Nabucodorosor, el rey de Babilonia, mi siervo" para ejecutar juicio sobre el reino apóstata de Judá. Para protegerse en medio de aquella situación crítica, ¿se armaron Jeremías y Baruc? No, pues Jehová mismo había hecho de Jeremías "una ciudad fortificada y una columna de hierro y muros de cobre contra todo el país". Y, aunque no se unieron al ejército del "siervo" que Jehová empleó para ejecutar Su juicio, aceptaron la liberación de ese "siervo" cuando Jerusalén fue destruida. (Jeremías 1:17-19; 25:9; 39:11-14.)
Del mismo modo, hoy día los testigos de Jehová buscan la paz a medida que
proclaman el mensaje del Reino en un mundo violento. Sin embargo, mientras
Jehová permita que las autoridades gubernamentales porten la "espada", o su
equivalente del día moderno, para mantener el orden, ellos pudieran
legítimamente aceptar la protección de dicha "espada". Arriba
4. ¿Cuáles pudieron haber sido las "cosas grandes" que Baruc buscaba para sí, y
qué aprendemos de su respuesta al consejo de Jehová? (Jer. 45:5.) [21 de mayo,
w06 15/8 pág. 18 párr. 1; pág. 19 párr. 6.]
Jehová no especificó qué eran esas "cosas grandes", pero Baruc debió de saber si
se refería a deseos egoístas, prominencia o prosperidad material. Dios le
aconsejó que fuera realista y no olvidara lo que iba a suceder: "Mira, voy a
traer una calamidad sobre toda carne [...], y ciertamente te daré tu alma como
despojo en todos los lugares adonde vayas". La posesión más valiosa de Baruc era su vida, y Jehová le prometió preservarla adondequiera que fuera (Jeremías
45:5).
Cuando a Baruc se le recordó que en los últimos días de Judá no había tiempo
para buscar "cosas grandes" para sí mismo, es obvio que respondió bien, pues
efectivamente recibió "[su] alma como despojo". Ese consejo también es útil para nosotros, pues al igual que Baruc vivimos en los últimos días de un sistema de cosas. Jehová nos promete lo mismo: salvar nuestra vida. ¿Respondemos nosotros a sus consejos como lo hizo Baruc? Arriba
5. A diferencia de lo que hacen los "vendimiadores" y los "ladrones", ¿qué haría
Jehová cuando Edom recibiera su merecido castigo? (Jer. 49:9, 10.) [28 de mayo, w78 15/2 pág. 9 párrs. 1, 2.]
Jehová Dios no dejó pasar inadvertidos estos hechos faltos de fraternidad. Por
medio de sus profetas Abdías, Ezequiel y Jeremías, decretó ruina para Edom. En
esencia, Jeremías y Abdías presentaron el mismo mensaje, lo cual hizo doblemente seguro el cumplimiento de la palabra de Jehová en cuanto a la caída de Edom: "Si fueran ladrones que vinieran a ti, si despojadores violentos vinieran de noche, ¿hasta qué grado se te hubiera reducido a silencio? ¿No hurtarían ellos tanto como quisieran? O si fueran vendimiadores que vinieran a ti, ¿no dejarían que algunos rebuscos quedaran? ¡Oh a qué grado han sido escudriñados los de Esaú! ¡Cómo han sido buscados sus tesoros ocultos!"
(Abd. 5, 6; Jer. 49:9, 10) Sí, los ladrones solo roban lo que quieren, y los vendimiadores dejan rebuscos. Pero, en el caso de Esaú (Edom), nada sería pasado por alto cuando ellos fueran derrotados.
Y ¿por medio de quién vendría la calamidad? La respuesta profética fue: "Los
hombres mismos que están en pacto contigo, todos te han engañado. Los hombres en paz contigo han prevalecido contra ti. Los que comen alimento contigo colocarán una red debajo de ti como uno en quien no hay discernimiento." (Abd. 7) De modo que la derrota vendría a manos de las mismísimas personas con quienes los edomitas habían estado aliados, evidentemente los babilonios a quienes habían entregado los escapados de Judá. Arriba
6. ¿Qué importantes lecciones aprendemos de lo que le ocurrió al rey Sedequías
después de "rebelarse contra el rey de Babilonia"? (Jer. 52:3, 7-11.) [4 de
jun., w88 15/9 pág. 17 párr. 8; w83 15/5 pág. 26 párrs. 3, 4; pág. 27 párr. 6.]
Después Dios comparó
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