La producción de butanol a través de un proceso de fermentación fue reportada por vez primera en el año 1861

La producción de butanol a través de un proceso de fermentación fue reportada por vez primera en el año 1861 por Pasteur (Jones and Woods, 1986; García el alii, 2010). En el año 1905 Shardinger (Jones and Woods, 1986) descubre que en el proceso de fermentación se produce también Acetona. El desarrollo industrial del proceso comienza durante el comienzo del siglo pasado producto de la necesidad de producir goma sintética. Las investigaciones se concentraron en la producción de butanol y de alcohol isoamílico para obtener butadieno o isopropeno precursores en la fabricación de caucho sintético (Jones y Woods, 1986). Se inician en consecuencia, las investigaciones para obtener butanol, a través, de la denominada fermentación microbiana. La fermentación ABE (Acetone, Butanol, Ethanol Fermentation) tal como se conoce en la actualidad es consecuencia de las investigaciones del químico alemán Chaim Weizmann, quien trabajaba en el Reino Unido y logró aislar Clostridium acetobutylicum. En sus orígenes el proceso se utilizó para producir acetona necesaria para la fabricación de explosivos durante la primera guerra mundial, después de la guerra se utilizó para la producción de Butanol como solvente necesario para el laqueado de pinturas en la industria automotriz. De tal modo que este proceso biotecnológico era el segundo en importancia después de la producción de etanol en la primera mitad del siglo XX. En ese desarrollo se fueron utilizando diversas cepas de Clostridium sp y diversos tipos de sustratos en la fermentación, básicamente azucares y polisacáridos derivados de la industria alimenticia. A fines de la segunda guerra mundial dos tercios del butanol y un décimo de la acetona que consumía Estados Unidos se producía mediante este proceso. Sin embargo, debido al crecimiento de la industria petroquímica que produce butanol de manera muy eficiente, el bajo rendimiento del proceso y el incremento de los precios de los azúcares fermentables, el proceso virtualmente terminó durante los años sesenta en USA y el Reino Unido. La producción industrial de biobutanol (producido mediante el proceso ABE) terminó a principio de los años 90. La literatura reporta que en China el proceso ha recomenzado y que al menos habría 11 plantas en producción y otras bajo construcción. (Ni y Sun, 2009). Este interés se fundamenta en la inseguridad en el abastecimiento y la disponibilidad del petróleo, la volatilidad de los precios de éste y beneficios ambientales adicionales derivados del uso de materias primas renovables en la producción de productos químicos. El butanol es particularmente atractivo ya que se emplea en la industria química con una producción estimada al año 2011 de 3 millones de toneladas equivalentes a un mercado de 4 mil millones de USD (Lio Yuan y Xue Hui – Feng, 2012) y además se puede utilizar como biocombustible en mezclas y reemplazo de la gasolina y Diésel, de hecho el butanol esta normado

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