Aspectos de crear un ensayo
Enviado por ncvargas21 • 5 de Septiembre de 2012 • Informe • 464 Palabras (2 Páginas) • 462 Visitas
4. En tanto que discurso, el ensayo requiere del buen uso de los conectores (hay que disponer de una reserva de ellos); los conectores son como las bisagras, los engarces necesarios para que el ensayo no parezca desvertebrado. Hay conectores de relación, de consecuencia, de causalidad; los hay también para resumir o para enfatizar. Y a la par de los conectores, es indispensable un excelente manejo de los signos de puntuación. Gracias a la coma y al punto y como (este es uno de los signos más difíciles de usar), gracias al punto seguido..., es como el ensayo respira, tiene un ritmo, una transpiración. Es el conocimiento inadecuado o preciso de los signos de puntuación lo que convierte nuestros ensayos en monótonos o livianos, interesantes o densos, ágiles o farragosos.
5. Hay dos grandes tipos de ensayos: uno, línea Montaigne (pueden leerse, por ejemplo, "De cómo el filosofar es aprender a morir", "De la amistad", "De los libros"); y otro, línea Bacon (léanse, al menos dos: "De los estudios", "De las vicisitudes de las cosas"). En el primer caso, el ensayo es más subjetivo, abunda la citación de manera muy propia; en el segundo, el ensayo es más objetivo, y no hay ninguna referencia explícita, o son muy escasas. Tanto Montaigne como Bacon son maestros para desarrollar las ideas. Tanto uno como otro hacen lo evidente, profundo; lo cotidiano, sorprendente. Ambos apelan a otras voces, ambos recurren al pasado, a otros libros, para exponer sus puntos de vista. Ambos emiten un juicio: se aventuran a exponer su pensamiento. Es importante releer a estos dos autores; fuera de ser un goce y un reencuentro con la buena prosa, son ensayos- modelo, aprovechables por cualquiera que desee aprender o perfeccionar su escritura ensayística. En el mismo sentido, deberíamos apropiarnos de la creación ensayística de Emerson y Chesterton, recomendada una y otra vez por Jorge Luis Borges.
6. Otros ensayos exquisitos son los escritos por Alfonso Reyes y Pedro Henríquez Ureña. Un mexicano y un dominicano. Ensayos de peso, con profundidad y, sobre todo, realizados con todos los recursos literarios y el poder de la imaginación. Quién haya leído, "Notas sobre la inteligencia americana" de Reyes, o "Seis ensayos en busca de nuestra expresión" de Ureña, no ha sentido como una revelación de la escritura potente, de la escritura gestora de mundos. Hay una ""arca de estilo""en estos dos ensayistas, una "impronta" personalísima, que pone al ensayo en el mismo nivel del cuento o el poema. Cuando uno lee los ensayos de Reyes o de Ureña, lo que lee, además de un pensamiento vigoroso, es una excelente literatura.
7. Reyes y Ureña son los iniciadores, por decirlo así, de una larga tradición que va hasta Sábato y Borges. Consúltese la compilación El Ensayo hispanoamericano del siglo XX, hecha por
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