Conocimiento

Introducción

En la sociedad actual los conocimientos juegan un papel cada vez más importante,

tanto en la producción de bienes y servicios, como en la administración de organizaciones

de diferente tipo. En este contexto, a medida que las empresas modernas

se transforman para competir con base en la información, su capacidad para realizar

la gestión de los activos intangibles se ha vuelto más crítica que su habilidad para

invertir en activos físicos.1

Actualmente el proceso de innovación tecnológica no se basa sólo en el

flujo de nuevas tecnologías, sino también en los diferentes agentes que intervienen

desde la creación hasta la aplicación de los productos y servicios, con conocimientos,

destrezas y capacidades de toda índole. Este proceso se sustenta cada vez más

en los conocimientos tácitos y explícitos, tangibles e intangibles que poseen las

organizaciones. La cooperación entre los diversos agentes, clientes, proveedores,

distribuidores y competidores permite sinergias cognoscitivas.

Es común observar hoy en día, que una proporción importante de estudiosos

de esta disciplina se encuentra transitando de las ecuaciones y las fórmulas, al

estudio de las nuevas tecnologías de la información y a la modelación de sistemas,

pasando, en ocasiones, por la discusión del conocimiento como motor de la nueva

economía. Tres son los temas recurrentes en el nuevo discurso: a) globalización, b)

inteligencia (no se trata solamente de bienes y servicios sino de cosas intangibles

como las ideas, la inteligencia, la información o el conocimiento) y c) conectividad

(se desarrolla una intensidad en la interrelación).

En la era industrial, los indicadores más importantes de la eficiencia económica

han sido las economías de escala, las economías de alcance y la curva de

aprendizaje. Por su parte, la preocupación sobre la rentabilidad se ha centrado en

el control financiero y la asignación eficiente de los bienes de capital.

En la era de la información, muchos de los conceptos de medición del desempeño,

utilizados en la era industrial se hacen obsoletos; hoy son más importantes

y decisivos para la competencia de los activos intangibles, como el conocimiento

en sus dos facetas: explicito e implícito.

Cabe mencionar que el impacto de la era mencionada es, por su naturaleza,

más fuerte en los servicios que en la manufactura. Por lo tanto, los sectores

(las economías) orientados (orientadas) al consumidor son las mejor beneficiadas

de este auge.

1 Kaplan

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