EJES DE DESARROLLO
Enviado por NESLAY • 10 de Septiembre de 2012 • 5.453 Palabras (22 Páginas) • 494 Visitas
República Bolivariana de Venezuela
Ministerio del Poder Popular Para la Educación Superior
Universidad Bolivariana de Venezuela -Edo. Táchira
Estudios Jurídicos- Aldea Antonio Ramón Silva
SAN CRISTÓBAL, JUNIO 2012
EJE DEL DESARROLLO POLÍTICO TERRITORIAL:
El modelo de desarrollo adoptado por el país durante los últimos cuarenta años ha generado un proceso de ocupación territorial con marcada tendencia hacia la concentración de la población y de sus actividades productivas en un reducido número de núcleos urbanos. Esta desequilibrada ocupación del territorio nacional le ha restado dinamismo a la provincia y ha creado graves problemas sociales en sus principales ciudades.
Los espacios al norte del Orinoco-Apure albergan un 90% de la población y en la franja norte-costera (desde Zulia hasta Sucre) se concentra el 60% de la misma en apenas un 15% de territorio. La gravedad de los problemas generados por los desequilibrios regionales en Venezuela (estancamiento, migraciones, marginalidad) es hoy ajena a la discusión sobre nuestro modelo de desarrollo, víctima de las generalizaciones implantadas por el dogmatismo ideológico reciente, el cual no concibe otras argumentaciones que las macroeconómicas, ni otro ordenamiento social que el inducido por el libre mercado.
La planificación del desarrollo territorial resulta un ejercicio inútil si se realiza independientemente de la globalidad nacional. En la Venezuela deseable, lo social y lo económico serán los factores determinantes, lo territorial, lo condicionante. El equilibrio entre ambos tendrá como resultado un proceso de ocupación racional, armónica y eficiente del territorio venezolano en el mediano y largo plazo.
Los desequilibrios territoriales en Venezuela son excepcionalmente graves. En los estados centro-norte-costeros (D.F., Vargas, Miranda, Aragua, Carabobo) hay una excesiva concentración ya que en ellos se ha ubicado el 40% de la población, poco más del 70% de los establecimientos industriales y las tres cuartas partes del empleo manufacturero. Allí se genera más de la mitad del valor agregado en las diferentes actividades productivas, se acumula casi el 50% del capital fijo generador de más del 60% de la producción bruta no petrolera, todo ello en un espacio que ocupa menos del 2% del territorio nacional.
La descentralización del país es un proceso complejo y necesario; sin embargo, sus posibles efectos beneficiosos han sido ampliamente neutralizados por los efectos concentradores, en lo territorial, social, político y económico, de los paquetes de medidas macroeconómicas implementados durante los últimos diez años. El ajuste neoliberal, además de no lograr sus objetivos declarados ha inducido la contracción del producto, del empleo y del salario real, acompañado de inflación y crecientes costos del transporte. La agricultura ha sufrido más que el resto de los sectores al incrementarse sustancialmente sus costos de producción, al mismo tiempo que se han abierto indiscriminadamente las importaciones.
En consecuencia:
• La imagen espacial a futuro definida en esta Propuesta se traducirá en un Plan de Ocupación y Ordenamiento del Territorio.
• El Estado localizará en él sus políticas para materializar un estilo de desarrollo que privilegie la actividad económica en correspondencia con la vocación y potencial internos.
• Se hará una cuidadosa revisión de las nuevas inversiones petroleras programadas para el Oriente y Occidente del país cuidando que no sobrepasen lo que las sociedades locales puedan asimilar de manera planificada, con miras a reforzar un crecimiento en lo social, económico y ambiental basado en una industrialización del petróleo aguas abajo y en un decidido apoyo al resto de las actividades económicas de las dos regiones.
Venezuela cuenta con 10 millones de hectáreas de tierras de alta a moderada calidad para ser utilizada en agricultura vegetal, 18 millones de hectáreas aptas para la agricultura forrajera (ganadería) y 19 millones de hectáreas aptas para la agricultura forestal. En buena medida, sin embargo, ni la ocupación del espacio se corresponde con la vocación de las tierras ni su explotación incorpora tecnologías eficientes. La actividad agrícola se ha retraído abruptamente por el elevado riesgo y baja rentabilidad en un medio rural que no cuenta con la infraestructura requerida y cuya construcción y mantenimiento debe garantizar el Estado.
En consecuencia:
• El Estado acordará atención prioritaria a la producción agrícola primaria y agroindustrial, con énfasis en las prácticas conservacionistas, para alcanzar los niveles adecuados, en volúmenes, calidades y rendimientos, que garanticen la seguridad alimentaria y faciliten una ordenación sustentable del territorio.
En particular:
• Mediante la determinación de los rubros prioritarios a producir dentro de nuestras fronteras, la zonificación de cultivos y la concertación de decisiones con los agroproductores y agroindustriales, el Estado articulará las políticas para el abastecimiento y la formación de precios; asimismo, dinamizará el sector a través de una justa asignación de los recursos.
• El Estado velará por la equidad en las relaciones de comercialización, el incremento del empleo y el mejoramiento de las condiciones de vida en el medio rural.
EJE DEL DESARROLLO ECONÓMICO ÚNICO:
La sociedad venezolana se sigue caracterizando por la presencia de un Estado cuya capacidad para administrar los recursos de la explotación petrolera, determina en gran medida lo que ocurre internamente en el país. La dependencia del petróleo permanece como un rasgo estructural que ha determinado la orientación de la economía nacional. La dinámica de la economía venezolana ha estado decisivamente vinculada al excedente generado por escasos productos de exportación, habiéndose pasado de la mono producción agroexportadora a la mono producción petro exportadora.
Recientemente, con los convenios de asociación, se reforzó el estilo mono productor petrolero de la economía venezolana orientando inmensos recursos hacia actividades que generan poco empleo, bajo nivel de valor agregado y atienden mercados fluctuantes. Este sector genera un bajo nivel de empleo en el país, cercano al 1% del total, tiene una contribución al Producto Interno Bruto próxima al 25% y aporta más del 70% del valor de las exportaciones.
La actual apertura es, en parte, un capítulo contemporáneo de una política concentradora
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