El ascenso a los desafíos
Enviado por Jose Joaquin Ramirez • 28 de Enero de 2016 • Apuntes • 5.801 Palabras (24 Páginas) • 240 Visitas
5. El ascenso a los desafíos
No debe sorprender a nadie mi elección de los cuatro temas mencionados al final del capítulo anterior. El cambio en la gestión empresarial, la creación de una cultura de la responsabilidad, el apoyo a la innovación y el tratamiento del trabajo como vehículo de crecimiento y auto actualización. El cambio es el último desafío que deben afrontar las organizaciones hoy en día. Y el cambio y sus vicisitudes no pueden dominarse sin una cultura de la responsabilidad y la innovación. Estas realidades generan la necesidad de niveles más altos de desarrollo psicológico que en cualquier época anterior, de manera que trabajarse a uno mismo y hacer nuestro trabajo son tareas independientes.
Empezaré con algunas observaciones generales:
- Si no podemos gestionarnos a nosotros mismos, no estamos preparados para gestionar a los demás.
- Si no somos conscientes de nuestros propios sentimientos y emociones, no podremos ser conscientes de los sentimientos y las emociones de los demás.
- Si no tenemos disciplina para mantenernos centrados en la tarea, no seremos capaces de inspirar esa aptitud en los demás.
- Si no podemos mantenernos firmes ante la adversidad, no lograremos mantener la esperanza y el coraje en aquellos que nos ven como líderes.
- Si somos cínicos respecto a nosotros mismos, seremos cínicos respecto a los demás e inspiraremos cinismo en ellos.
- Si no practicamos la autorresponsabilidad, no podemos enseñarla.
- Si no ejemplificamos la integridad, no podemos inspirarla en los demás.
Por lo tanto, la pregunta que se debe hacer un directivo (o un líder) sincero es: ¿mis acciones personifican los principios de los que deseo dar ejemplo a las personas que gestiono? Al aceptar estas observaciones, nos damos cuenta de algunos de los desafíos morales y psicológicos a los que debemos enfrentarnos en el lugar de trabajo —por ejemplo, la necesidad de responsabilidad, la importancia de la integridad, la confianza y, por último, la necesidad imperativa de innovación—, así como de algunas de las oportunidades de crecimiento y desarrollo que se nos presentan.
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El cambio es el último desafío que deben afrontar las organizaciones empresariales hoy en día
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El cambio
Ya he apuntado que cualquier cambio significativo constituye un desafío a la confianza en nuestra capacidad de generar recursos. Un ejemplo de lo que estas es que, para millones de personas, el cambio representa un momento de transición que les desorienta: desaparecen los antiguos trabajos, las técnicas tradicionales se vuelven obsoletas y aparecen nuevas oportunidades que exigen nuevos conocimientos y nuevos talentos, a veces a una velocidad de vértigo. Ésta es una de las muchas razones por las que la autoestima ha adquirido tanta importancia hoy en día.
El cambio más significativo que ha tenido lugar en las últimas cinco décadas no es ninguna política en particular, ninguna tecnología en concreto ni ningún desarrollo económico, por muy drástica que haya sido la evolución en esos ámbitos. El cambio más importante se ha dado en su velocidad, en el hecho de que los cambios cada vez se producen con más rapidez y de que ahora debemos reconocer y adaptar esa turbulencia -no digamos caos— como algo normal.
Una cosa es adaptarse a cualquier cambio que se considere necesario; otra, mucho más importante, es adaptarse a una velocidad mayor en el ritmo de los cambios incluso cuando se consideran inevitables. 1 Hoy en día ése es el principal requisito.
El primer paso para responder adecuadamente es reconocer que la resistencia al cambio no es intrínsecamente patológica. Suele ser algo completamente normal. Pensemos por ejemplo en el papel de la homeostasis en el cuerpo humano: su función es proteger al organismo de las tormentas de cambios que alterarían su funcionamiento normal y toda su integridad estructural. El ejemplo más simple de lo que quiero decir es nuestra temperatura, que fluctúa en unos límites extremadamente reducidos. Si la temperatura corporal cae por debajo de lo normal, los procesos homeostáticos entran en acción inmediatamente para que suba. Si la temperatura corporal sube por encima de lo normal, los procesos homeostáticos; se ponen en funcionamiento para bajarla. En este sentido, las funciones biológicas son esencialmente conservadoras: su objetivo preservar lo que ya existe.
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El cambio más importante se ha producido en la velocidad de os cambios
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Se produce un proceso similar cuando un individuo se aferra a estrategias de supervivencia tradicionales que de alguna forma le sirvieron en el pasado, como por ejemplo, la obediencia inadecuada a las figuras de autoridad, a pesar de que es evidente que esas estrategias ya están obsoletas e incluso pueden perjudiciales. No solemos ceder con facilidad ante aquello que creemos que nos ha protegido y facilitado nuestro bienestar. Por consiguiente, repetimos conductas que no tienen sentido en nuestro contexto presente y por el contrario rechazamos otras alternativas que servirían mejor a nuestros intereses pero que son nuevas y desconocidas, como aprender a pensar por nosotros mismos y a tener más autoafirmación.
De forma similar, las familias, las organizaciones y las sociedades evolucionan o crean pautas que, una vez establecidas, no ceden el paso fácilmente a la novedad. El statu quo no cede simplemente porque el cambio llame a la puerta anunciando la necesidad de nuevas formas de actuación.
Y, como ya he sugerido, hay un elemento saluda-conservadurismo: protege lo que ya existe, vigila la inestabilidad y nunca acepta el cambio por el simple cambio.
Pero, por supuesto, en los individuos y en los grupos sociales existen cambios que son deseables e indiscutiblemente necesarios. Y a menudo la resistencia con la que se tratan representa algo más que una saludable homeostasis: la ansiedad de una autoestima subdesarrollada y el miedo a lo nuevo y lo desconocido.
Cuando los psicoterapeutas eficaces deben tratar este tipo de miedo en sus pacientes, lo hacen con res-peto: comprenden que lo único que ocurre es que su organismo se esfuerza por mantenerse inmutable, a pesar de hacerlo de una forma equivocada. Hemos aprendido que cuando se respeta la resistencia es mucho más fácil combatirla que cuando simplemente intentamos luchar contra ella(Una vez que el individuo se da cuenta de que nadie pone en ridículo ni menosprecia su temor (su resistencia) sino que se le trata con empatía, la mente se relaja y se abre a considerar formas alternativas de respuesta. La resistencia que se condena se fortalece; la que se acepta empieza a debilitarse.
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