El hijo prodigo (parábola).

El hijo prodigo (parábola)

Había una vez un hombre que tenía dos hijos y el menor dijo a su padre “Padre dame mi parte de la herencia que me corresponde”. Y el padre se la dio. Pocos días después el hijo menor partió a un lugar lejano. Allí malgastó su dinero en una vida desordenada. Cuando lo gastó todo, vino en esa región una gran escasez y empezó a pasar hambre. Entonces buscó trabajo y se puso al servicio de un hombre que lo puso a cuidar cerdos. Hubiera deseado llenarse el estómago con la comida que le daban a los chanchos, pero nadie le daba nada. Entonces recapacitó y dijo “cuántos jornaleros de la casa de mi padre tienen el pan de sobra y yo aquí pasando hambre. Volveré a mi padre y le diré “pequé, ya no merezco llamarme hijo tuyo trátame como a uno de tus siervos”. Y regresó a donde su padre.

Cuando su padre lo vio corrió a abrazarlo, y el hijo je dijo lo que había pensado, pero el padre pidió a sus sirvientes que trajeran la mejor ropa un anillo y zapatos y se los pusieran, traigan al novillo más gordo, mátenlo y celebremos porque este hijo mío estaba muerto y ha vuelto a la vida he hicieron una gran fiesta. El hijo mayor al ver esto se enojó y le reclamó a su padre. Pero el padre le respondió “hijo tú estás siempre conmigo y todo lo mío es tuyo. Pero había que hacer fiesta y alegrarse, puesto que tu hermano estaba muerto y ha vuelto a la vida estaba perdido y ha sido encontrado.

Responde

1 - ¿Qué representa esta parábola?

2 - ¿cómo es el corazón de Dios?

3 - ¿por qué el padre decía que su hijo había muerto y ha vuelto a la vida?

4 - ¿Qué opinas sobre la actitud del hijo menor?

5 - ¿En qué momento en la actualidad nosotros somos como el hijo menor?

Jesús bendice a los niños

Un día, le trajeron a Jesús unos niños para que los tocara y viendo esto sus discípulos, empezaron a reprender a esa gente. Entonces Jesús les dijo “Dejen que los niños se acerquen a mí, no se lo impidan, porque el reino de los cielos pertenece a los que son como ellos. En verdad les digo que quien no recibe el reino de Dios como un niño no entrará en él”.

Jesús enseño a sus discípulos a orar y les dijo “Pidan y recibirán, llamen y se les abrirá, porque si ustedes siendo malos saben dar cosas buenas a sus hijos, cuanto más su padre celestial les dará lo que necesitan si se lo piden”.

“Si alguien hace tropezar y caer a uno de estos pequeños que creen en mí, mejor sería que le amarraran una gran  piedra de moler en el cuello y que lo hundieran en lo más hondo del mar. ¡Ay del mundo por causa de tantas caídas! ¡Ay de aquel que hace caer a los demás!”.

“Tengan cuidado de no despreciar a alguno de estos pequeños, pues les digo que sus ángeles en el cielo contemplan sin cesar la cara de mi padre que está en los cielos”

Jesús expulsa a los mercaderes del templo

Se acercaba la pascua de los judíos y Jesús subió a Jerusalén. Encontró en el templo a los vendedores de bueyes, ovejas y palomas, y también a los cambistas, sentados detrás de su mesa. Hizo un látigo con cuerdas y soltó a las ovejas y bueyes y derribó las mesas desparramando el dinero por el suelo, y a ellos los echó del templo. A laos que vendían palomas les dijo “Saquen eso de aquí y no hagan de la casa de mi padre un negocio”. Sus discípulos se acordaron de lo que estaba escrito “Me devora el celo de tu casa”.

Los judíos le preguntaron “¿Qué señal milagrosa nos muestras para justificar lo que Haces?”. Jesús respondió “Destruyan este templo y yo lo reedificaré en tres días”.

En realidad Jesús hablaba de otro templo, que es su cuerpo. Solamente cuando resucitó de entre los muertos sus discípulos recordaron lo que él había dicho y creyeron tanto en la escritura como en la palabra de Jesús.

Responde

1 - ¿Cómo mostró Jesús su predilección por los niños?

2 - ¿Anunció Jesús aquí su propia resurrección?

3 - ¿Cuándo los apóstoles se acordaron de este anuncio?

Jesús Nace en Belén

Según estaba anunciado, Jesús descendiente de David no debía nacer en Nazaret sino en Belén.

Por aquel tiempo, Cesar Augusto emperador romano ordenó que cada uno de los habitantes del Imperio se empadronase en el lugar de origen de su familia. Como María y José descendían de la familia de David subieron de Nazaret a Belén de Judá, pueblo de David, haciendo para ello un recorrido de 160 km. Cuando llegaron a Belén José y María buscaron hospedaje, pero como no había sitio para ellos en alberge común, no tuvieron más remedio que en una cueva que servía de cobijo a pastores y a los animales. Cuevas como las que aún hoy en día hay en los alrededores de Belén.

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