Hijo Prodigo
Enviado por Abigtor • 1 de Noviembre de 2013 • 1.474 Palabras (6 Páginas) • 604 Visitas
Esta parábola de los dos hijos perdidos es llamada comúnmente la parábola del hijo pródigo. No obstante, el nombre popular no hace justicia a la parábola.
Aquí el padre no ha perdido un hijo: Tiene dos hijos que se han perdido. Sin embargo, uno de ellos no sabe que está perdido. La costumbre prevaleciente entre los judíos en tiempos de Jesús, era que un padre podía legar sus posesiones a sus herederos por un testamento, o podía dárselo en vida como un regalo, aunque lo normal era que la propiedad permaneciera bajo la autoridad del padre hasta que moría, en algún caso podía entregar la herencia asignada antes de su muerte.
La primera parte de la historia se desarrolla bellamente (Lc 15, 11-24, “Un hombre tenía dos hijos. El menor de ellos dijo al padre: Padre dame la parte de la herencia que me corresponde… porque este hijo mío había muerto y ha vuelto a la vida, se había perdido y ha sido hallado”). En esta parte de la parábola no se indica que la petición o la concesión de la petición sea insólita o impropia.
Hijo Menor
El padre accede y el hijo se marcha a un (“país lejano” 15, 13) donde despilfarra todo lo que ha recibido. Después de caer en la miseria, hasta el punto de tener que alimentarse con la comida destinada a los cerdos, “y entrando en sí mismo” 15, 17 y se dio cuenta de que los jornaleros de su padre estaban mejor que él. Por el cual, decide retornar y pedir trabajo a su padre, pero éste, al ver desde lejos a su hijo menor, salió corriendo a su encuentro, lo abrazó lo cubrió de besos, le dio el mejor vestido, un anillo y sandalias y ordenó que se celebrará una fiesta en honor de él, porque ese hijo se había perdido pero había sido encontrado.
Hijo Mayor
En ese momento entra el hijo mayor (15, 25-32), y al oír el alboroto de la fiesta pregunta el motivo, y es cuando uno de los criados se lo explica y su respuesta es el enfado, (15, 28) y se niega a unirse a la celebración. Está claro que el hijo mayor estaba perdido (como la oveja y la moneda en las dos parábolas anteriores). Y hay alegría precisamente porque ha retornado (como en las dos parábolas anteriores).
El nombre popular, hijo “pródigo”, se basa en esta parte del relato, lo que no resulta tan evidente es que el hijo mayor también está perdido. El tiene el mérito de haber sido fiel a su padre incondicionalmente durante muchos años merece la herencia y el padre lo admite. Pero la idea que tiene de sí mismo lo ha llevado a un país más lejano que aquel, al cual ha viajado su hermano menor.
El hijo mayor es el bueno y lamentablemente lo sabe, considerándose a sí mismo como el único hijo fiel, está convencido de su propia justicia y esto le impide reconocer el amor incondicional de su padre, que se muestra libremente a ambos hijos por igual.
Ambos (hijo Menor y Mayor)
Una barrera los separa ahora tanto de su padre como de su hermano menor, lo otro es que no se sabe si el hermano mayor se reconcilió con su hermano y si se unió finalmente a la fiesta. En este sentido, se percibe que el relato es incompleto, pero como en todas nuestras vidas, cada uno de nosotros tiene que decidir cuál será el final de nuestra realidad incompleta.
Padre
En esta parábola, el padre es un hombre rico, dotado de un corazón amplio, lleno de amor generoso y franco para sus hijos, y sin duda, la imagen de Dios, tal como es revelado en Cristo.
Los dos hijos representan la humanidad. En ellos vemos dos clases diferentes. No está la diferencia en que uno sea piadoso y el otro impío, porque en el fondo, todos los hombres son por su naturaleza, sin Dios, y no podemos decir que unos son puros y otros impuros, porque todos son impuros. No se puede comparar los unos a las plantas venenosas, y los otros á las rosas perfumadas. No, todos son pecadores. Pero tenemos aquí los dos grandes caracteres del pecado en la humanidad. El hijo mayor tiene un carácter tranquilo; cumple los deberes de una vida jornalera, en una marcha honesta y virtuosa, según el hombre. El más joven,
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