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Elaborar El Yogur Probiotico Natural


Enviado por   •  20 de Octubre de 2014  •  2.517 Palabras (11 Páginas)  •  239 Visitas

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Elaborar el yogur probiotico natural

Fecha: 2014/02/24 Autor: Amelie Categoría: cuida tu cuerpo Etiquetas: alimentación, cocinar, natural, Recetas, salud, yogurt probiotico

Cristina Gil es doctora en biología molecular y bioquímica. Un día me hablo de su fabricación del yogur 100% natural, y me trajo un brick su elaboración propia, para que lo probara. A causa de mi enfermedad debo tomar corticoides, inmunosupresores y medicinas bastante toxicas para el organismo. Hace años yo había hecho yogur (como mucha gente) a partir de una cucharada del

producto de supermercado y nunca me parecieron maravillosos, por eso le comenté “no me gusta es demasiado ácido”, pero ante sus insistencia, abrimos su regalo y lo compartimos. Debo decir que la “cata” no tuvo nada que ver con lo que yo conocía de yogures caseros. Me parecieron deliciosos, no necesitaban azúcar y eran mucho más cremosos. Así que me uní al carrusel de la elaboración de yogur usando probióticos liofilizados y mi intestino ahora funciona perfectamente. Yo os recomiendo que lo probéis y por eso os incluyo la receta que Cristina nos ha facilitado.

Un yogur a partir de probioticos

La definición de probiótico es: “Microorganismos vivos que, cuando son suministrados en cantidades adecuadas, promueven beneficios en la salud del organismo huésped.” Organización Mundial de la Salud (OMS o WHO).

Son alimentos probióticos los yogures frescos, otras leches fermentadas, el kéfir, el jocoque, el choukrout y otros. El consumo reiterado de yogur probiótico en cantidades relativamente abundantes tiene un efecto terapéutico contra Helicobacter pylori, pero además, ayuda a mejorar los síntomas y problemas de enfermedades como la astenia, dificultades con defensas del sistema inmunológico, y períodos de lactancia .

En cualquier herbolario os dirán que se ha demostrado que el uso de ciertas cepas de probióticos es francamente buena para el intestino, y puede ser una ayuda extraordinaria para ir al baño con regularidad, y también frente a alteraciones como intolerancias (a la lactosa y demás) o incluso enfermedad de Crohn y para mejorar el estado de la enfermedad celíaca.

Informada yo de todo esto, y teniendo mi hijo intolerancia a la lactosa y yo problemas serios de estreñimiento, fui al herbolario buscando concretamente la marca que yo uso, porque tiene una combinación de cepas testadas en ensayos clínicos y de eficacia médica comprobada. Pero el viaje casi me genera problemas cardíacos, cuando me dicen que el bote con 30 cápsulas me cuesta 30 euros, y que tenemos mi hijo y yo que tomar una cápsula diaria durante, al menos 3 meses (o sea, 180 euritos para repoblar la flora intestinal perdida). Obviamente, compré un solo bote, para comprobar si por lo menos lo que había leído funcionaba en la práctica y en mi caso, pero me fui a casa pensando que tiene gracia que una bióloga trabajando en un laboratorio de microbiología tenga que pagar un euro por cada pastilla de bacterias. Y fue leyendo la composición cuando caí en la cuenta, una de las cepas es Lactobacillus bulgaricus, la bacteria del yogur.

Así que fui a comprar una yogurtera e hice la prueba de inocular leche con el liofilizado de una de las pastillas. La primera vez utilicé demasiado, y me salió un yogur un poco ácido (aunque nunca tan ácido como los de mala calidad del supermercado).

La tercera vez que preparé yogur, almacené un poco en una bolsa que congelé de forma horizontal, para después preparar el yogur con un trozo del congelado en lugar de usar las pastillas, y siempre que NO TOQUE CON LA MANO el trozo de yogur, me sale perfectamente. Guardo el resto de las pastillas para hacer uno nuevo cuando se me acaba el congelado. Yo no tengo forma de saber si el yogur así preparado contiene todas las cepas del liofilizado, porque no tengo forma de estudiarlo (y además, porque no me interesa), y este artículo no pretende explicar cómo preparar probióticos en lugar de pagar por ellos el precio que ponen los fabricantes. Este artículo solamente pretende explicar mi experiencia: será por el yogur casero o será por casualidad (no tengo forma de demostrarlo). Lo que sé es que mi hijo y yo estuvimos tomando este yogur todos los días durante un par de meses y el caso es que hoy por hoy, yo voy al baño todos los días sin problemas y mi hijo toma leche sin problemas y ya no tiene los gases pestilentes que tenía antes. Por eso os explico a continuación cómo fabrico un yogur que, además de estar mucho más rico que el que se compra en el super, estoy convencida de que me ha ayudado a mí y a mi familia a resolver problemas gastrointestinales.

Si cabe un brick de leche en la yogurtera:

Así es como lo hago:

Tomar una de las cápsulas de probiótico y abrirla (ver la foto debajo), para derramar dentro del brick una cantidad minúscula de los polvitos, que contienen el probiótico liofilizado. En principio, cualquier probiótico debería servir, siempre que contengan alguna cepa de Lactobacillus bulgaricus, que es la bacteria responsable de la fermentación del yogur. Abrir el brick de leche, y poner el tapón hacia arriba. Lo más importante para que el yogur salga bien es que no haya contaminación con las bacterias y levaduras que TODOS tenemos en las manos, incluso después de lavarlas. Por eso, es muy importante que nuestras manos no toquen nada que después vaya a tocar la leche.

De nuevo, es muy importante que los polvitos no toquen nuestras manos. Cerrar el brick de leche después de poner el probiótico, agitarlo suavemente para que el probiótico se distribuya, y poner el brick dentro de la yogurtera.

Dejarlo hasta que la leche se fermente a yogurt.

La cantidad de tiempo depende de muchísimas cosas, entre otras de cuánto polvo se eche, la marca, y muchas otras, pero yo empiezo a probarlo después de 12 – 14 horas.

Para probarlo, lo agito suavemente, vierto unas gotas en una cucharilla y lo cierro. NUNCA probar directamente de la botella, o meter una cucharilla que no esté absolutamente limpia, porque las bacterias de la boca cortan el yogur. Cuando alcanza el nivel de acidez que me gusta (a mí me gusta poco ácido, pero que ya no sepa a leche), lo saco y lo meto en la nevera (para tener yogur líquido) o lo hago de sabores.

Si NO cabe un brick de leche en la yogurtera:

Abrir el brick de leche, y poner el tapón hacia arriba. Lo más importante para que el yogur salga bien es que no haya contaminación con las bacterias y levaduras que TODOS tenemos en las manos, incluso después de lavarlas. Por eso, es muy importante que nuestras manos no toquen nada que después vaya a tocar la leche.

Tomar una de las cápsulas de probiótico y abrirla (ver la foto de arriba), para derramar dentro del brick una cantidad minúscula

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