Entusiasmo Por La Tecnología.

Actualmente la sociedad ha encerrado a los cambios tecnológicos dentro de una burbuja mítica que no puede ser intervenida sin que sea fuente de críticas poco constructivas. El progreso de las máquinas ha degradado al ser humano a un estado que no le permite generar un autocontrol en cuanto a su frecuente uso. El francés Roland Barthes definió la palabra “mito” como: “La tendencia común a pensar en las creaciones tecnológicas tal si fueran creaciones divinas, como si formaran parte del orden natural de las cosas”. El presente ensayo se enfocará en demostrar que las nuevas tendencias tecnológicas han llegado hasta el punto de dominar la conciencia de las personas provocando una dependencia que aumenta con el paso del tiempo.

Las estadísticas reflejan la realidad que se está viviendo. Según un informe de datos sobre Internet y las redes sociales, provisto por la agencia de medios Mindshare, el 45% de los jóvenes navegan en Internet los siete días de la semana. Casi un 15% permanece conectado más de tres horas por día; un 10% navega de dos a tres horas mientras que casi el 35% lo hace entre una y dos horas diarias. Un 75% de ellos llevan su celular siempre consigo, más del 33% no pueden vivir sin él. Sin embargo, el 37% no sabe utilizar todas las funciones del mismo. (Nuñez, Llerena, 2013). Entonces ha surgido un consumismo descontrolado que no quedará saciado con facilidad.

Como evidencia a las previas afirmaciones se presenta el caso de las personas que con un alto grado de concentración suelen olvidar si tienen hambre, sueño o sed, es decir, pierden la sensibilidad con respecto a sus necesidades biológicas, emocionales o físicas. Una despersonalización que producirá ansiedad y trastornos forzando a que el usuario se sienta cada vez menos real en el mundo. Según un estudio, dirigido por el Dr. Scott Frank, realizado entre más de 4.000 estudiantes de secundaria, el 11,5% de los jóvenes que pasaban más de tres horas en redes sociales presentaban tasas de depresión, trastornos de la alimentación, estrés y pensamientos suicidas. (Ríos, 2010). Esta serie de inconvenientes perjudican la salud a corto y largo plazo, incluso causan severos distanciamientos entre la sociedad que con el tiempo se manifestarán.

Si se habla de distanciamientos entre individuos no es para sorprenderse saber que se tienen más amigos en las redes sociales que los presentados personalmente. Aunque la mejor forma de vencer cualquier indicio de timidez o inseguridad no es refugiarse tras una fría pantalla, sino relacionarse reflexivamente con las personas del mundo real, se opta por relaciones fraternas o amorosas a través de una pantalla de celular u ordenador. Probablemente esta conducta esté transformando a las personas en antisociales incompetentes de mantener una conversación cara a cara. Además dentro de una red todos son potenciales mentirosos que suelen ocultarse y redefinirse a sabiendas que nadie puede confirmar sus referencias. El Dr. Jesús de la Gándara, del Hospital Universitario de Burgos, ha reconocido que el 57% de los niños y adolescentes con adicción a Internet prefieren las relaciones cibernéticas a las personales. (Ríos, 2010) Equilibrar actividades usando medios sociales no otorga la capacidad de responder asertivamente, dado que la interacción en el mundo virtual es insuficiente para pulir la personalidad y mostrar un verdadero yo.

Aunque la interacción mediante Internet refleja parcialmente el perfil de una organización o sujeto, la mayoría de los negocios se administran utilizando esta herramienta, ya que genera mayor competencia que en tiempos anteriores. Cuando existían pocos proveedores de mercadería, el mercado era inmenso. Ahora hay mayor cantidad de proveedores que consumidores. Todos están ocupados promocionando sus propios

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