LA CONFORMACION DE LA SOCIEDAD HUMANA

3.1 CONFORMACION DE LA SOCIEDAD HUMANA

SIGLO XIX
Confrontación entre la burguesía y el proletariado.

La burguesía se ha hecho con el poder no ha dejado ningún vínculo entre los seres humanos que el vínculo económico, sustituyendo todas las libertades por la libertad de comercio. 

La revolución industrial obliga a tomar como sistema de producción el sistema burgués, para que así ningún país se quedara anclado al pasado perdiendo poder tanto económico como político; con esto el campo es abandonado y las ciudades comienzan a expandirse, ampliando a miles de personas en los barrios proletariados. 

Así la burguesía consigue concentrar la propiedad en manos de una miniatura privilegiada que explora los sectores más humildes de la sociedad. 

Esta clase social nace gracias a la burguesía y a su sistema económico, “el proletariado”, el cual se convierte en un apéndice de la máquina, recibiendo a cambio el mínimo para poder subsistir a cambio de su trabajo. 

La lucha se inicia por obreros aislados, que posteriormente se organizan creando así una lucha entre estas dos clases, una confrontación que hasta nuestros días sigue existiendo por parte de nuestro sistema socio-económico. 

El desarrollo de nuestra sociedad se debe a diversos procesos que son tan antiguos como la humanidad misma y su necesidad de una relación comunal para su supervivencia. 

Desde las primeras sociedades y sus modelos sencillos, como el comunismo primitivo, el cambio ha sido constante. El manejo de la agricultura, la localización cerca de ríos y el aumento demográfico permitieron que los grupos crecieran y estos modelos de vida sencillos se volvieran más complejos, permitiendo especializaciones e investigaciones, hasta desarrollas grandes poblados como ciudades. 

El siglo XIX nació de una revolución, la revolución Francesa de 1789 que fue una revolución mundial con consecuencias imprevisibles dio el golpe de gracia a las antiguas formas feudales de la sociedad y constituyo el germen de futuras revoluciones. 

Desde Inglaterra se extendió la llamada revolución industria, la mecanización de los procesos laborales por toda Europa, esto condujo a la burguesía a una prosperidad inimaginable; encontramos avances en medicina, química, física, en todas las ciencias, la invención del ferrocarril, el telégrafo y la dinamita. 

La corriente denominada racionalista era la que mayormente regía las mentes de las personas para finales del siglo XVIII. Esta consistía en que el conocimiento en el mundo real era con base a la razón, dejando de lado al empirismo. 

Entrando ya al nuevo milenio estas ideas encaminan a los nuevos pensamientos, como lo son el positivismo, la hermenéutica y el romanticismo.[pic 1]

El positivismo toma las ideas del racionalismo y las lleva a las reformas sociales y políticas, afirmando que el mundo real tenía que ser comprobado de una manera formal, y eso sólo se llega a través de la ciencia. Como contraparte, la hermenéutica descalifica este pensamiento afirmando que el conocimiento humano, las sociedades y fenómenos culturales contienen símbolos, significados y procesos subjetivos que no pueden ser comprobables a su manera. 

Mientras tanto, más encaminado a las artes, el romanticismo llega para contrarrestar al racionalismo, tratando de apegar al hombre a lo bello y sensible, cosa que los artistas creían que se habían alejado al manejar la razón sobre las artes. Además, fue una respuesta a la arquitectura industrial que se estaba generando edificaciones y urbanizaciones que no tenían estética alguna, pues con el crecimiento rápido generado por la revolución industrial, predominó la función por encima de la estética, no sólo en la arquitectura, sino en varios aspectos de su vida. 

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