LA MAQUINA DE TURING COMO ORIGEN DE LOS CONTROLADORES PROGRAMABLES Y AUTOMATAS
Enviado por robinson201175 • 4 de Marzo de 2015 • 2.151 Palabras (9 Páginas) • 1.169 Visitas
1. INTRODUCCION
A través de la historia, el hombre ha desarrollado una serie de herramientas en materia de computación que nos ha permitido evolucionar tecnológicamente para nuestro mejor desarrollo en la actividades personales y empresariales, por eso el propósito del presente ensayo es mostrar abierta y generalmente la reseña histórica, las principales ideas y conceptos fundamentales generados por diferentes autores, reconocidas Universidades y medios de comunicación acerca de la primera máquina autómata creada por el reconocido científico Alan Turing mediante el reconocimiento de cómo esta máquina ha influido en el proceso evolutivo de la computación moderna de acuerdo a lo consultado en diferentes fuentes de información. Otro punto es reconocer como fue el primer computador en la historia de la informática y los primeros ejercicios que se desarrollaron en el autómata por el científico nombrado.
2. LA EVOLUCION DE LOS AUTOMATAS A PARTIR DE LA MAQUINA DE TURING.
El autómata programable es un aparato electrónico programable por un usuario programador y destinado a gobernar, dentro de un entorno industrial, máquinas o procesos lógicos secuenciales.
En las investigaciones que realizamos, Alan turing fue conocido como el Padre de las Ciencias Computacionales y creador del modelo matemático computacional denominado “La Máquina de Turing”, con este dispositivo teórico que manipula símbolos sobre una cinta de acuerdo con una tabla de reglas definida, Alan propone en su más famoso escrito “Computing Machinery and Intelligence” que no hay que preguntarse si las máquinas pueden pensar, si no que si serían capaces de pasar una prueba conductual. Lo que luego se llamó la Prueba de Turing, proponía que una máquina fuera capaz de conversar ante un interrogatorio por cinco minutos y de hecho en parte se logró.
Dice: (García Emilio J.) del Instituto de Androfísica de Andalucia .IAA-CSIC “En 1922 se estrenó en Nueva York una extrañísima obra de teatro del dramaturgo checo Karel Capek, R.U.R, una oscura y opresiva distopía donde una especie de seres humanos eran ensamblados por piezas en una enorme cadena de montaje, con la misión de desempeñar las labores más ingratas de la sociedad. Dichos personajes eran bautizados con el nombre de ROBOTS -que en checo viene a significar “trabajo duro”- y, desde un punto de vista histórico, es probablemente la primera aparición de un concepto que daría nombre a una rama de la ingeniería: la robótica.
Pero si hablamos de autómatas, la cosa viene de más antiguo, de la Grecia clásica; de hecho, la palabra autómata procede del griego automatos, que significa “espontáneo o con movimiento propio”. Los primeros autómatas de los que se tiene registro los construyó, en algún momento entre los años 10 al 70, Herón de Alejandría, quien además escribió lo que podría considerarse el primer libro de robótica, Los Autómatas, donde describía sus mecanismos -la mayoría diseñados para el entretenimiento-, como aves que gorjeaban o estatuas que servían vino. La moda se extendió e incluso el gran Leonardo da Vinci diseñó al menos dos autómatas. Uno de ellos se considera el primero con forma humana y consistía en un caballero vestido con armadura medieval capaz de saludar en las recepciones reales. Leonardo lo diseñó en 1495, aunque no hay constancia de que lo construyera -algo que sí se ha hecho recientemente siguiendo paso a paso sus esquemas-.
Es ya en el siglo XVII cuando se extendió por toda Europa la obsesión por intentar reproducir lo más fielmente posible la anatomía de los seres vivos. Por ejemplo, Jaques de Vaucanson inventó un pato mecánico cuyo sistema digestivo era capaz de imitar de manera exacta el de un pato verdadero -¡incluso convertía el grano en excremento!-, aunque luego se descubrió que todo era un truco mecánico...
En el siglo XVIII apareció el más increíble creador de autómatas de la historia, Pierre Jaquet-Droz, quien construyó tres autómatas que aún hoy despiertan la fascinación más absoluta: La pianista, una autómata de dos mil quinientas piezas capaz de interpretar de manera real una partitura al órgano con sus propios dedos; El dibujante, de dos mil piezas, un niño capaz de realizar hasta cuatro dibujos diferentes desde el esbozo en lápiz hasta los retoques finales; o el más inaudito de todos, El escritor, un autómata de seis mil piezas capaz de escribir a pluma diferentes textos en inglés y francés siguiendo con su mirada lo que escribe. Los tres autómatas se pueden contemplar en el Musée d'Art et d'Histoire de Neuchâtel en Suiza.
Y en este periplo por la historia de los autómatas no podemos olvidar al pueblo japonés, que ya entre los siglos XVIII y XIX construía mecanismos de una alta complejidad que se empleaban especialmente en pequeñas obras de teatro. Se les llamaba KARAKURI y reflejaban el amor y la fascinación que el pueblo japonés aún siente por los autómatas.
Pero el gran despegue de la robótica como ingeniería se dio en el siglo XX, especialmente con la aparición de la electrónica. En la feria mundial de nueva York de 1939 se presentó uno de los primeros robots humanoides: ¡¡ELEKTRO!! Varios pies de altura de puro aluminio, un vocabulario de setecientas palabras y con capacidad para ejecutar hasta veintiséis movimientos diferentes en respuesta a la voz humana. Eso sí, hoy en día lo hubieran reducido enseguida a chatarra, porque fumaba en sitios públicos.
A finales de los años cuarenta surgió un avance fundamental para la robótica: se desarrollaron los primeros computadores, y George Devol diseñó el primer robot programable. A partir de este instante comenzó una espiral in crescendo en el desarrollo de sistemas robóticos cada vez más complejos, especialmente cuando en 1979 un cochecito llamado Stanford Cart cruzó exitosamente un salón lleno de sillas sin ayuda de un teleoperador. Fue uno de los primeros robots capaces de tomar decisiones a partir del análisis del entorno. Pero ya antes, en 1961, se había puesto en funcionamiento el primer robot industrial en una planta de ensamblaje de automóviles de General Motors, y en 1976 ya se utilizaban brazos robóticos en las sondas espaciales Viking 1 y 2.
En los ochenta los robots comenzaron a comercializarse en multitud de entornos industriales, tecnológicos y científicos. En 1996 la empresa japonesa Honda, tras décadas de secretismo, dejó atónitos a todos al presentar un extraordinariamente adelantado robot humanoide llamado P3 y, en el año 2000, volvió a lograr un hito único con ASIMO. ASIMO camina y corre, salva obstáculos, transporta peso, sube y baja escaleras, abre y cierra puertas, reconoce gestos humanos y los interpreta, diferencia la voz humana entre
...