La Plancha

La tarea de la plancha, a mucha gente le resulta una tarea tediosa, cargante...Para otros, sin embargo, se trata de una alternativa terapia de relax.

Pero, seguramente, que en lo que todos coincidimos es en lo desagradables que resultan todas esas arrugas al ir a recoger la ropa del tendal, o al sacarla de la secadora hoy en día, en muchos de los hogares. Nos asombra la sola idea de lucir hermosos trajes con indeseables curvas. En la actualidad, disponemos de artilugios que, gracias al avance tecnológico, facilitan con creces la labor. Pero hemos de saber que, la elegancia y el aspecto físico, no solo es importante de los tiempos en los que vivimos, sino que, desde antaño, nuestros antepasados, ya luchaban por la pulcritud y elegancia en sus vestimentas

El refinamiento de llevar las ropas planchadas, data de hace siglos. Simbolizaba la categoría social, el refinamiento, la pulcritud y la elegancia.

Dice la historia que es en Grecia, en el siglo IV a.C., cuando empiezan a utilizar la presión sobre sus ropas de lino recién lavadas para así marcar los pliegues y eliminar las arrugas

Para ello, usaban una barra de hierro cilíndrica calentada, similar a los rodillos de amasar

Más tarde, dos siglos después, los romanos, utilizaban un mazo plano, metálico, con el que martilleaban las arrugas. Este era un trabajo para esclavos, ya que el planchado de la ropa era una tarea dura y prolongada

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