Los Hornos Solares
Enviado por yeenaranjo • 18 de Febrero de 2013 • 1.013 Palabras (5 Páginas) • 424 Visitas
Un trozo de cartón plano, de 60 por 120 cm.
Papel de aluminio.
Cola blanca o de mezclar y agua para disolverla al 50%.
Un pincel o brocha para aplicarla (o un trozo de tela o papel). También se puede usar engrudo.
Algo que sujete el embudo abrazado (cinta adhesiva ancha, cuerda).
Un recipiente hermético, para utilizarlo como vajilla de cocina.
El tarro (recipiente de vidrio) debe estar pintado de negro por el exterior.
Un bloque de madera a modo de aislante. Debe medir aproximadamente 10 x 10 cm.
Una bolsa para envolver el tarro y el bloque de madera, creando el efecto invernadero.
Bolsas para hornear, de tamaño normal y transparentes.
Una bolsa especial de polietileno de alta densidad (HDPE).
Instrucciones
Cortar medio círculo del cartón, en la parte inferior. Cuando el embudo se ha formado, éste se convierte en un círculo entero. Se debe contemplar el tamaño del tarro de cocción.
Luego hay que formar el embudo, juntando ambos lados del cartón hasta que el medio círculo forme un círculo completo. El papel de aluminio debe ir dentro del embudo. Posteriormente, es necesario dejar abierto el embudo, con la cara interior hacia arriba.
Aplicar pegamento en la parte superior (interior) del cartón, para luego colocar el papel de aluminio sobre la parte encolada. La parte más brillante del papel de aluminio debe mirar hacia fuera, porque será el sector reflectivo del embudo.
Juntar las dos caras del embudo, haciendo 3 agujeros en cada lado a la misma altura. Sujetar con cualquier elemento (una cuerda, alambre, cordel, etc.), abriendo las dos patas. A continuación, pegar un trozo de papel de aluminio alrededor del agujero inferior del embudo, con la parte brillante dentro.
Los inicios
Los primeros hornos solares datan de finales del siglo XVII. En concreto, fue E. W. Von Txchirnhausen quien construyó en Dresde (Alemania) un horno con un espejo cóncavo de 1,6 m de diámetro para cocer el barro para hacer cerámica. En 1774 el científico inglés Joseph Priestley, descubridor del oxígeno, construyó un horno solar con una lente de 1 metro de diámetro que conseguía 1.700 ºC y permitía fundir el platino.
El primer colector plano para aprovechar el calor solar fue diseñado por Horace de Saussure, un naturalista suizo que experimentó en 1767 con el efecto físico del calentamiento de una caja negra con tapa de vidrio expuesta al Sol. Las experiencias de Saussure son relevantes porque descubrió que, al exponer estas cajas al Sol, la temperatura aumentaba en el interior de cada una de ellas hasta el punto de alcanzar más de 85 ºC, hecho que permitía cocer fruta. Más adelante, experimentó con nuevas cajas hechas de madera y corcho negro y, en contacto con el Sol, la temperatura llegó a los 100 ºC. Sin embargo, aislando el interior de la caja a base de intercalar lana entre las paredes de la caja caliente la temperatura alcanzó los 110 ºC, incluso cuando la temperatura ambiental no era nada favorable. Eso le hizo cuestionarse si la radiación solar en una montaña donde el aire era más transparente podría atrapar menos calor. Para verificar su hipótesis, Saussure subió a un pico suizo y constató que, a pesar de que la temperatura exterior era de 1 ºC, dentro de la caja caliente se superaban los 87 ºC. Además, cuando la temperatura ambiental alcanzaba los 6 ºC,
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