Manual De Mantenimiento
Enviado por PERSEFONE00 • 26 de Marzo de 2014 • 1.133 Palabras (5 Páginas) • 234 Visitas
Mantenimiento de instalaciones de iluminacion. El mantenimiento de instalaciones de iluminación abarca generalmente el cambio de lámparas y la limpieza de luminarias, y en algunos casos también el reajuste o la reorientación de proyectores y luminarias orientables. Objetivo del mantenimiento es en primer lugar la garantía de la iluminancia mínima indicada, es decir, la limitación de la ineludible depreciación de flujo luminoso en una instalación de iluminación. Razones para esta disminución son tanto lámparas fundidas y la sucesiva pérdida del flujo luminoso de las mismas como el empeoramiento del rendimiento óptico debido al ensuciamiento de reflectores o cierres de luminarias. Para evitar una disminución del flujo luminoso y con ello de la iluminancia por debajo de un nivel indicado, es imprescindible realizar periódicamente un cambio de todas las lámparas así como la limpieza de las luminarias. Resulta conveniente realizar ambos procedimientos de mantenimiento conjuntamente porque el tiempo de trabajo y la puesta a punto de ayudas técnicas, como la plataforma elevadora y los aparatos de limpieza, juegan un factor esencial en los gastos de mantenimiento. Mediante la fijación de un factor de conversión en la planificación de iluminación se dejan controlar los espacios entre mantenimientos. A través de la indicación de pequeños factores de conversión se consigue al principio un nivel luminoso más elevado y el período hasta la disminución del flujo luminoso por debajo del valor crítico se prolonga correspondientemente. Mediante los correspondientes datos también se puede conseguir con ayuda del factor de mantenimiento el sincronismo en el cambio de lámparas y limpieza de luminarias. Así, por ejemplo, en lugares con polvo se aplica un factor de mantenimiento bajo (por ejemplo, 0,6 en vez del valor usual de 0,8), para poder adaptar los intervalos entre la limpieza de luminarias a la duración de vida de las lámparas. Tanto para el cambio periódico de lámparas como para los eventuales cambios sueltos se debería disponer de la suficientes existencias de los tipos de lámparas necesarias. De este modo se puede garantizar que en una instalación de iluminación únicamente se van a utilizar lámparas de la misma potencia, color de luz u otras propiedades técnicas. En algunos tipos de lámparas, por ejemplo en lámparas halógenas incandescentes para tensión de red, los productos de diferentes fabricantes difieren tanto entre sí en su ejecución, que sólo se consiguen acciones luminosas homogéneas mediante el equipamiento de las luminarias con lámparas universales. No obstante, además de cuestiones cuantitativas también los aspectos cualitativos pueden ser decisivos para el mantenimiento. Así, una sola lámpara diferente en un grupo de Downlights dispuestos geométricamente o en una línea luminosa tendrá una repercusión insignificante sobre la iluminancia, pero para el efecto óptico de un espacio la interrupción de la muestra de luminarias claras puede significar una molestia considerable. Esto es igualmente válido para los efectos luminosos obtenidos por las luminarias; un cono de luz que falla sobre una pared dentro de una alineación general produce el mismo efecto molesto que una caída repentina de luminancia causada por un bañador de pared defectuoso. En este caso sería conveniente saltarse el principio del cambio periódico de las lámparas y sustituir la lámpara fundida siempre individualmente. El ajuste de las luminarias pertenece también al ámbito del mantenimiento cualitativamente condicionado. Sobre todo en la iluminación presentativa es necesaria una nueva orientación de las luminarias en caso de cualquier modificación dentro del espacio, como por ejemplo la instalación de una nueva exposición o el desplazamiento de tarimas, estanterías o vitrinas en espacios
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