Rolando Guadalupe de León Barraza.
Enviado por deleonrolando • 28 de Noviembre de 2014 • Síntesis • 611 Palabras (3 Páginas) • 204 Visitas
Reporte de Lectura 3 Nombre: Rolando Guadalupe de León Barraza. Grupo: 568
Título del libro: EL LADRÓN DE CEREBROS Pere Estunpinyà No. Páginas leídas: 25
La vida nos ha hecho interesados por naturaleza y egoístas aunque suene algo duro, siempre tenemos esa necesidad o instinto de ver por nosotros mismos sin pensar en los demás, principalmente somos algo convenencieros a tal punto de “que me das si yo te ofrezco esto” n dejamos eso de lado, siempre esperamos de otra persona algo igual o mayor a cambio de lo nuestro. El claro ejemplo a todo esto es el trabajo, a nadie le gustaría trabajar gratis solo por un plato de comida, tal vez estemos contentos pero nunca satisfechos, el ser humano busca lo mejor a su alrededor en todos los aspectos, un mejor sueldo, un mejor trabajo, un mejor seguro, una mejor esposa, unos mejores hijos, un mejor salario, prácticamente todo. Volviendo al ejemplo del trabajo un sr humano siempre buscara un beneficio más grande cambio de su esfuerzo, e pato de comida te hará feliz pero te hará a un mayormente feliz una paga con dinero ya que tendremos la total libertad de decidir qué podemos hacer con él, si decidimos gastarlo en alimento u en otras cosas, las personas siempre van a buscar lo mejor, en especial van a buscar aquello que quieren, suena algo absurdo pero es la verdad, al ser humano no le gusta que le digan lo que tiene que hacer o como tiene que ser y mucho menos que tienes que elegir, el busca lo mejor siempre para sí mismo y no le importaría aplastar unas cuantas cabezas con tal de conseguir lo que desea. Estamos creados evolutivamente para competir entre nosotros mismos hasta el punto de morir.
El otro lado de la moneda dice que hay un gen bondadoso, que el ser humano también llega a tener compasión por los demás en su vida, le importan las demás persona, trabaja y vive por ellas en muchas ocasiones y si, puede que sea cierto, completamente cierto pero solo estamos protegiendo nuestros intereses personales, podemos ser bondadosos en algunas ocasiones con los desconocidos pero no siempre, la mayoría de las veces que somos bondadosos con los desconocidos es porque sentimos la necesidad de sentirnos bien con nosotros mismos y con Dios, en cambio cuando somos bondadosos con las personas que queremos no nos importa si nos sentimos bien o no, o si queremos quedar bien con Dios, lo hacemos por el simple hecho de que las queremos. El ser humano se mueve por los sentimientos de pertenecía. No le importaría darlo todo por la mujer que ama incluso si esta no le responde de la misma manera, los sentimientos son los que suprimen el egoísmo porque cuando tomamos en cuenta nuestros sentimientos estamos tomando en cuenta a los demás, a las personas que nos rodean y nos quieren, el ser humano está diseñado para socializar, para amar y ser amado y no importaría ser último antes que primero con tal de tener lo que quiere. El ser humano siempre de los siempres
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