Significado y significados. El Quijote o la poética de la libertad
Enviado por coos • 6 de Mayo de 2013 • Ensayo • 807 Palabras (4 Páginas) • 431 Visitas
«Tanto Goethe como Cervantes parten de un mundo donde se ha producido una escisión entre las palabras y las cosas. En el Quijote, Cervantes quiere llevar al mundo las aventuras de los libros de caballerías. Goethe hace el camino inverso: Fausto quiere salir de los libros para conquistar la vida. Lo que ocurre en el caso de Cervantes es que todas las intervenciones de Don Quijote terminan por fracasar; de ahí su ironía trágica. Fausto, gracias a la intervención de ese diablo burlón que es Mefistófeles, contempla el mundo y la historia como un gran carnaval. Y Goethe se convierte así en el gran pagano, que no confunde los nombres con las cosas, sino que se sirve de éstas para vivir y gozar del instante.» [Vincenzo Vitiello, de la Universidad de Nápoles]
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«Significado y significados. El Quijote o la poética de la libertad
Don Quijote no acepta el sistema judicial de su época. Por eso libera a los galeotes, condenados “de por fuerza, y no de su voluntad”. Frente a la justicia legal, él opone su propia concepción de una justicia natural, no escrita, basada en el amor, que se diferencia de aquella por carecer, tanto de un código concreto de penas y delitos, como de un aparato represivo que imponga su acatamiento por la fuerza. Defensor del mundo mítico de la Edad de Oro en la barroca Edad de Hierro en que le tocó vivir, don Quijote aboga por una sociedad ideal, fraternal, igualitaria y placentera, en la que no exista propiedad privada, ni necesidad de trabajar, donde la naturaleza dé por sí misma sustento a todos los seres humanos, y en la que, en consecuencia, no haya necesidad de jueces ni de justicia. Idealismo utópico, sin duda, pero también rechazo de todo sistema autoritario, de toda imposición violenta de un hombre sobre otro. “¿Es posible que el rey haga fuerza a ninguna gente?” No, responde el héroe, ni siquiera el rey puede forzar la voluntad de nadie. Así, de este idealizado modo, Cervantes pone en entredicho la base de la monarquía absoluta del XVII español desde su misma raíz, y defiende la libertad individual por encima de todo, en contra de cualquier sistema político coercitivo, incluso frente a la autoridad del rey. Por eso mismo libera delincuentes justamente condenados, para enfrentarse, no ya a las deficiencias del sistema judicial, sino al sistema mismo; para romper una lanza por la libertad individual, en suma.
La locura de don Quijote, no por auténticamente caballeresca menos hondamente enraizada en el humanismo renacentista, dio a Cervantes la libertad que necesitaba para exponer sus ideas sin miedo a la censura, al mismo tiempo que el sustento de su ideología idealizada y crítica. El Elogio de la locura de Erasmo cimentó su sentido antidogmático, pues el de Rótterdam afirmaba que “la realidad de las cosas depende sólo de la opinión”, y la proporcionó la coartada de las estulticia: un loco, ya se sabe, no hace otra cosa que desbarrar. Por
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