Tecnologia en el Mexico prehispanico
Enviado por Lechuga López Ari • 11 de Mayo de 2017 • Resumen • 1.415 Palabras (6 Páginas) • 512 Visitas
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Universidad Nacional Autónoma de México
Facultad de Estudios Superiores Aragón
Programa de Maestría y Doctorado en Arquitectura
Resumen:
TECNOLOGÍA Y DISEÑO EN EL MÉXICO PREHISPÁNICO
Oscar Salinas Flores
Capítulo 6
Miércoles, 19 de abril de 2017
CAPÍTULO 6
El mobiliario
Hasta hoy, los pueblos prehispánicos prácticamente carecían de mobiliario, se puede encontrar un amplio menaje indígena, perfectamente integrado al medio y a los usuarios.
Para construirlo, utilizaban maderas diversas, hojas y fibras vegetales, sobre todo el tollin o tule, que en maya se llama zibake, y otras especies con hojas largas y esponjosas que al tejerse se convierten en muelles texturas, frescas en verano y calientes en invierno.
Para forrar los asientos, se utilizaron pieles curtidas de animales como el jaguar, el puma, el oso, el coyote, y la piel de venado.
El uso práctico de cada utensilio se fusionaba con su función simbólico-religiosa por lo que cada cosa adquiría una connotación que iba más allá del mero consumo para satisfacer una necesidad material.
Es por esto, que se encuentra un orden jerárquico en el uso de los asientos, el vestido y los adornos personales, que distinguían al usuario de los demás.
EL ASIENTO[pic 2]
Se denomina comúnmente icpalli (asentadero), se ubican los siguientes grupos:
Rollos o atados
En Tenochtitlán, la gente común utilizaba este tipo de asiento, que el mismo usuario podía elaborar con materiales fáciles de conseguir y renovar.
El Códice Matritense o Primeros memoriales y el Código Florentino, describen cinco tipos diferentes de rollos:
Xiuicpalli. Elaborado con hierba
Zacaicpalli. Elaborado con zacate
Cuauhxiuicpalli. Elaborado con varas
Ixhuaicpalli. Elaborado con palma
Tollicpalli. Elaborado con tule
Este tipo de asiento, que separa al usuario del piso con cierto confort, es el de los más antiguos y primitivos en estos pueblos.
Cojín prismático[pic 3]
Este asiento nombrado de la misma manera (tollicpalli), es un diseño posterior que fue muy popular entre los mexicas, ya que aparece en la mayoría de los códices de esta cultura, así como también del área mixteca. En las regiones maya y zapoteca, también se usó este tipo de asiento, solo que el diseño era de diferentes dimensiones.
Ya que las mujeres como costumbre se sentaban sobre esteras de petate, este asiento ligero, y de poco peso, era utilizado casi exclusivamente para el hombre, que lo portaba colgado al hombro como un accesorio indispensable para utilizarlo en cualquier momento.[pic 4]
Bancos y taburetes
En la región mixteca de Oaxaca, se conocen hasta el momento, los llamados Zouche-Nuttall, Vindobonense y Colombino. Las dimensiones son similares a las del tolicpalli o acaso un poco más altos y en ocasiones también eran forrados con pieles como la del jaguar conservándole la cola como un elemento decorativo y de jerarquía.
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Los únicos bancos de madera conocidos que se han conservado hasta nuestra época son los que manufacturaron los mayas, probablemente con fines religiosos.
Asientos señoriales con respaldo
En las culturas de Mesoamérica, el respaldo en los asientos estuvo reservado a los personajes de importancia; tanto entre los mexicas, los mixtecos o los mayas.
Existía una diferencia muy marcada entre las clases sociales, y la gente humilde no tenía acceso a esta forma de sentarse, por lo menos en la vida pública.
Existían dos diferentes tipos de asiento con respaldo dentro de la cultura mixteca, perfectamente identificados: el teoicpalli (de teotl, dios, y de icpalli, asiento), trono piramidal de muy escasa altura y sin brazos, con respaldo pequeño e inclinado hacia atrás elaborado con madera y con incrustaciones de metal, obsidiana o chalchihuite (piedra preciosa de color verde que se identifica con el jade).
Cuando arriban los españoles a la gran Tenochtitlán, en los tianquiz grandes mercados, presencian la venta cotidiana por parte de los petlachiuhqui, vendedores de metates o esteras, así como de icpallis y de una buena variedad de asientos, entre los cuales se incluía el tepotzoicpalli, de lo que se deduce que, aunque era un mueble reservado a los señores, su venta era libre.
Hubo asientos señoriales de construcción única, como el tlatocaicpalli, silla real de Netzahualcóyotl Rey de Texcoco, el cuauhicpalli, trono de los reyes de México, y el quecholicpalli (asentadero supremo) forrado de la pluma roja del quecholi (pluma preciosa) para uso de Moctezuma II.
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