50 sombras de Gregorio.
Enviado por Kathia Iblis • 27 de Septiembre de 2016 • Apuntes • 574 Palabras (3 Páginas) • 126 Visitas
50 sombras de Gregorio
Imaginen la escena.
Las once de la noche de un día lluvioso, la televisión emitiendo apenas un suave murmullo en el fondo. Recostada contra el apoya cabeza y mi marido, mi Gregorio propio, durmiendo placidamente.
La cabeza sobre mi regazo.
Ideal, ¿no?
Y así habríamos seguido de no ser porque apenas leer unas hojas rompí en fuertes carcajadas que lo despertaron. Que con la almohada aun pegada a los parpados, se movió, se volvió a acurrucar contra mi cadera y susurro: ―¿Qué estas leyendo?
¿Mi respuesta?
―Nada, amor. Solo una perspectiva de Mr. Grey en versión real―basta decir que mi marido me beso, me dio esa sonrisa dormilona con el mechón de cabellos cayéndole sobre la frente que siempre logra robarme un latido, y volvió a acurrucarse mientras yo intentaba no sacudirlo por la fuerza con la que me reía.
Aunque la portada no parece decir mucho, esa corbata rosa chillón y la mancha de café nos dan muchas mas claves de lo que una puede imaginar. Y aunque el libro apenas si llega a algo mas de 100 hojas cae en la categoría de “no puedo dejar de leerlo ni que se me caiga el techo sobre la cabeza” (en cuyo caso me correría unos pasos hacia algún lado, sin siquiera apartar mis ojos de la lectura).
Ya desde la dedicatoria nos tira una pista, si a eso le sumamos el prefacio y luego su explicación sobre “El Gregorio Local”, la autora da una nueva visión extremadamente divertida sobre las 50 Sombras de Grey. Porque en vez de focalizarse en el análisis del apuesto, carismático e inalcanzable protagonista, se ocupa de algo mas cercano a nosotras.
¿De quien le hablo? De nuestro Gregorio personal.
Ese hombre real, desordenado y flatulento que comparte nuestras vidas y que si hay algo que logra a la perfección, además de haber robado nuestros corazones, es hacernos reír.
Si tienes la suerte de cruzarte con este libro, aprovéchala.
Sírvete una taza de té, instalate en tu lugar favorito. Has que tu Gregorio se ocupe de los niños, la cocina y/o los mandados por dos horas, y sumérgete en esta entretenida lectura que hará que cuando él vuelva todo sucio (o maquillado si tienes niñas), con manchas de origen desconocido pero que de seguro te auguran que en tu cocina te van a estar esperando ollas que en su interior contienen substancias mas bien salidas de una película de terror que están cobrando vida propia y que después resulte que no hay nada comestible adentro de la bolsa de los mandados porque, o casualidad, se olvido la lista y compro solo “lo necesario e indispensable” (léase: frituras, cerveza y algo que ni siquiera sabes que es porque es chino).
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