A Media Voz (Comentario) - Pedro Salinas

De los versos 1-10 el yo (poeta) comienza una atormentadora búsquedad por varios caminos. Ahora bien, no se sabe a qué o a quién rebusca. Frases como "Te busqué..." (v. 1), "Me fui a tu encuentro..." (v. 3) y "Me metí..." (v. 6) manifiestan esa búsquedad. Sus sendas se convirtieron en negativas y erradas: "... por la duda" (v.1), "... por el dolor" (v. 4) y "Por la angustia" (v. 8). Erradas porque no daban resultado alguno; no podía encontrar lo que buscaba (vs. 2, 5, 7).

Luego, en los versos 11-18, comienzan unas reclamaciones por parte del yo (poeta): "Y nadie me hizo señas" (v. 11), "Nadie me dijo" (v. 14). Dentro de esas reclamaciones se puede identificar a quién es que se busca: "... tus labios" (v. 12), "... besos" (v. 13). Con estos términos se puede deducir que el centro de la búsqueda es una mujer. La actitud de la mujer es distinta a la del yo (poeta): "... tú ibas por las últimas/ terrazas de la risa/ del gozo, de lo cierto". Ella tenía unos "caminos" contrarios a los del yo (poeta).

Es claro que existe una contraposición en la actitud de cada personaje: El yo (poeta) cometió un error al buscar a su "amada" por los caminos de la desconfianza (duda), del sufrimiento (dolor) y la congoja (angustia).

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