A media noche.

A media noche

Ya era media noche y James aún seguía leyendo en su sala de estar, estaba iluminada con una tenue luz que provenía de la lámpara que estaba a su derecha; en los últimos días había estado tan ocupado que solo hoy pudo tomar unas horas de ocio, así que aprovecho el momento para leer, pues no sabía cuándo tendría otra oportunidad. Tomo una taza de café de su mesita de centro para mitigar el sueño, más tarde hubo un sonido abrupto que provenía de afuera, normalmente lo habría ignorado, pero esa noche no, pues le entro la zozobra de saber la causa de ese ruido.

Entonces se puso de pie y trazo su camino hacia la puerta que daba al patio, cuando finalmente estuvo fuera observo su entorno con mucha atención, pero no había nada fuera de lo normal, todo estaba igual de pulcro que siempre; cuando levanto su mirada quedo embelesado con la beldad de la luna, al observarla durante varios minutos llego a la conclusión de que esa luz era perpetua, pues durante el día le pertenecía al sol, mientras que en la noche era de la luna, no importa cómo, siempre estaba allí.

Estaba tan concentrado mirando al cielo, que solo cuando se produjo un fuerte sonido salió de su trance, pero no queriendo apartar la mirada de ese maravilloso paisaje lanzo una mirada de soslayo hacia el lugar de donde venía el sonido; como lo intuyó, el causante solo era un gato que decidió entrar en su patio. Satisfecho con el paisaje que pudo apreciar y el haber descubierto la razón del ruido, se dirigió a su sala para continuar con su lectura.

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