ABORDAJE DESDE LA ORALIDAD

ABORDAJE DESDE LA ORALIDAD

El presente escrito se manifiesta como una interiorización de lo que puede significar oralidad en sus diferentes acepciones. Después de leer e indagar algunos textos que dan cuenta de cómo la oralidad se ha hecho presente en el desarrollo de la humanidad, debo decir que experimento una sensación que más allá de los datos históricos, culturales o sociológicos comprender esta dimensión de la expresión y comunicación humana puede -y debe- ir mucho más de lo que nos pueden brindar los mismos textos.

Se reflexiona de esta manera, a partir de un cuestionamiento que surge al ver que todas las referencias consultadas son escritas, es decir estamos investigando e indagando la oralidad desde la misma escritura; situación ésta que nos brinda mucha información pero que a la vez también nos limita el campo de observación y las posibilidades de una comprensión más integral.

Partiendo de las definiciones de lo que es una comunidad oral y otra la escrita, nos remontamos a las civilizaciones que palabras más, palabras menos, valga la expresión, nos legaron parte importante del universo interpretativo basado en la tradición oral del mundo griego y el posterior advenimiento de la cultura escrita con la retórica que se convierte en un ejercicio mediado por la escritura.

En nuestro caso, contamos con todo el bagaje cultural de toda la realidad local, regional, nacional e incluso como continente americano en donde se comparten cosmovisiones, prácticas y tradiciones con un punto en común a la herencia del mestizaje en el cual confluyen el indígena, el negro y el europeo.

Es en este punto en el cual me detengo, para cotejar lo hallado en textos y propuesto por autores como Ong quien hace un clara definición de cada una de ellas, buscando un equilibrio que permita por lo menos alejar la oralidad del riesgo al que históricamente se ha visto expuesta, al ser vista en condiciones de inferioridad respecto de la cultura escrita, teniendo en cuenta que más que contrarias son expresiones diferentes de momentos de la humanidad y que para ser comprendidas implican no sólo un esfuerzo epistemológico, sino paralelo a este la perspectiva de análisis de un objeto de investigación que exige ser visto desde una postura también más vivencial que se arriesgue a desbordar algunas premisas que impone la cultura en que henos sido formados; es decir, la de la escritura.

Lo anterior tiene que ver con el hecho que a pesar de ser este un tema de estudio que viene de tiempo atrás y efectuado por diferentes teóricos, muy interesados en desentrañar los misterios del lenguaje y sus estructuras en cada sociedad. En muchos casos, dicho referente de reflexión, me comunica desde la misma perspectiva escritural con los consabidos paradigmas que, para este caso pueden llegar a ocultar otras dimensiones y reflexiones desde la mirada de una cultura oral.

Entonces, es en el tema

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