AGUILA O GALLINA
Enviado por mzavala • 26 de Marzo de 2013 • 585 Palabras (3 Páginas) • 836 Visitas
"Un campesino fue una vez hasta un bosque cercano para atrapar un pájaro para tenerlo cautivo en su casa. Consiguió atrapar el pichón de un águila; lo puso en el gallinero junto a las gallinas. Y el águila creció como una gallina.
Cinco años después el campesino recibió en su casa la visita de un naturalista. Al pasar por el jardín, el naturalista se fijó y dijo:
-Ese pájaro que está ahí, no es una gallina. Es un águila.
-Es un águila, pero yo lo crié como gallina. Ya no es un águila. Es una gallina como las otras.
-No -dijo el naturalista-. El es y será siempre un águila. Pues tiene el corazón de un águila. Este corazón le hará un día volar a las alturas.
-No, insistió el campesino. Ya se volvió gallina y jamás volará como águila.
Juntos decidieron hacer la prueba. El naturalista tomó al águila, la elevó bien alto y le dijo con tono de desafío: "Ya que de hecho eres un águila, ya que tú perteneces al cielo y no a la tierra, entonces, abre tus alas y vuela!''
El águila se quedó quieta sobre el brazo del naturalista. Miraba distraídamente a su alrededor. De repente miró para abajo y vio a las gallinas, picoteando maíz del piso, comiendo tranquilamente. Y el águila saltó y se mezcló con ellas.
-Yo le dije. El águila se transformó en una simple gallina, comentó el campesino.
-No -insistió el naturalista-. Es un águila. Y un águila será siempre un águila. Mañana probaremos de nuevo.
Al día siguiente, al naturalista subió con el águila al techo de la casa. Le susurró: "Águila, ya que tú eres un águila, abre tus alas y vuela!''.
Pero cuando el águila vio allá abajo a las gallinas picoteando el suelo, saltó y fue a parar nuevamente junto a ellas. El campesino sonrió y volvió a la carga:
-Ya le había dicho, se volvió gallina!
-No -respondió firmemente el naturalista-. Es águila y poseerá siempre un corazón de águila. Vamos a experimentar por última vez.
Mañana la haré volar.
Al día siguiente, el naturalista y el campesino se levantaron muy temprano. Tomaron el águila, y fueron juntos hasta una montaña. El sol estaba saliendo y doraba los picos elevados.
El naturalista levantó el águila hacia lo alto y le ordenó: "Águila, ya que tú eres un águila, ya que tú perteneces al cielo y no a la tierra, abre tus alas y vuela!''.
El águila miró alrededor. Temblaba como si experimentara una nueva vida, pero no voló. Entonces el naturalista lo sostuvo firmemente en dirección al sol, los ojos del águila se llenaron de claridad y pudo sentir las dimensiones del vasto horizonte.
Fue entonces cuando abrió sus potentes alas. Se irguió soberana sobre sí misma. Y comenzó a volar hacia lo alto. Y a volar cada vez más a las alturas.
Y nunca más volvió''.
Nosotros
...