ANALISIS FINANCIERO

El reconocimiento y estudio del pensamiento crítico ha existido siempre; ya desde la antigüedad era motivo de interés y aplicación entre los grandes pensadores, como Sócrates, Platón y Aristóteles, entre otros. Sin embargo, con el paso del tiempo, al profundizar en su análisis y conforme al avance del conocimiento científico, fue posible identificar otras formas de pensamiento más rápidas y pragmáticas, unas de mayor complejidad y de exigencias específicas para el desarrollo de propuestas innovadoras, no sólo por su valor creativo y propositivo, sino también por la naturaleza de las habilidades que se fusionan para identificar un problema, al tiempo de generar y fundamentar su resolución.

En nuestros días, en virtud de la magnitud y acelerado proceso de los cambios que se viven, por tanto, de la incalculable información generada en los diversos campos del conocimiento científico-tecnológico y de la propia actividad humana, resulta de gran trascendencia retomar esa forma de pensar que cuestiona todo y lleva a la reflexión, al análisis, pero también aquella que recupera las fortalezas e ingenio del ser humano para crear constantemente: el pensamiento crítico y el pensamiento creativo, ambos en su fusión para definir un pensamiento de orden superior.

Sabemos que el desarrollo de las habilidades de pensamiento y su adecuado perfeccionamiento son tareas a realizar a lo largo de toda la vida, pero un principio fundamental es reconocerlas, saber cuál es su potencial y cómo hemos venido utilizándolas en distintos contextos, aun sin distinguirlas adecuadamente. Ahora, tenemos la oportunidad de hacerlo conscientemente valorando su aplicación en nuestra formación profesional y, sobre todo, su trascendencia en la diversidad de actividades del ser humano.

Pensar es una actividad inherente a todo ser humano. Lo que pensamos esta fuertemente influenciado por nuestro ambiente natural y sociocultural, por las experiencias logradas a lo largo de la vida, el tipo de relaciones con otros seres y, particularmente por nuestras concepciones de hombre y sociedad, además de considerar los fines que perseguimos.

Asimismo, el acto de pensar implica, en esencia, la puesta en práctica de una diversidad de habilidades que, a su vez, pueden constituir un reflejo de los recursos de nuestra propia naturaleza, pero también de la forma como hemos venido desarrollándolos y potenciando su perfeccionamiento dentro de la diversidad de contextos de la formación del ser humano.

Las personas, y en especial todo profesional, deben desarrollar diversas habilidades de pensamiento para establecer los problemas de su campo de desempeño, elaborar sus propios juicios acerca de la realidad existente y formular propuestas innovadoras para solucionarlos. Sólo a través del pensamiento crítico y del pensamiento creativo, podemos lograr un pensamiento complejo, de orden superior, al respecto la Declaración Mundial sobre

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