ATILA EL BARBARO O ATILA EL LIDER BRILLANTE
Enviado por Victor Maekawa • 17 de Septiembre de 2018 • Ensayo • 1.771 Palabras (8 Páginas) • 172 Visitas
ATILA EL BARBARO O ATILA EL LIDER BRILLANTE
(Basado en el Libro Atila/Los Secretos del Liderazgo)
MAY FAP Víctor López Maekawa
e-mail: vlopezm@hotmail.com
M
ucho se ha hablado de este personaje de la historia conocido por muchos como el “Azote de Dios”, un ser encasillado en la figura de un tirano sin piedad, salvaje y vil cuya única ambición fueron las riquezas el saqueo y la destrucción. Como menciona Wess Roberts en su obra “Atila, Los secretos del liderazgo”, la figura de Atila muchas veces es utilizada en un plan satírico o como ejemplo de las peores cualidades personales de un líder poderoso. Si analizamos detenidamente a este gran Rey de los Hunos con todos sus atributos y defectos encontramos en su obra a un ser humano que supo inculcar principios y unir a su pueblo, con el que alcanzo grandes conquistas con un fiel objetivo de conquistar el mundo y crear una patria para los Hunos.
Se sabe que los Hunos eran un pueblo nómade compuesto por varias tribus las cuales vivían el día día como simples mercenarios hambrientos de saqueo, robo y pandillaje, a órdenes de quien pague el mejor precio. Este pueblo vivía en total desunión y desorden literalmente como salvajes tanto en su actuar como en su vestir e imagen ataviados con pieles de animales y con armas arcaicas hechas a mano muchas confeccionadas de piedra.
Famosos por su respeto hacia las mujeres, los ancianos y sus antepasados, los hunos tenían una filosofía moral conservadora. Rechazaban las doctrinas y prácticas seculares o religiosas que sometían al hombre a conceptos abstractos de naturaleza filosófica, política o social. En conjunto, constituían una nación con actitudes básicas con respecto a la vida y la humanidad; sin embargo, su amor a la libertad, su exceso de orgullo y su temperamento voluble les llevaba a rechazar a menudo tanto la disciplina militar como la política.
Los hunos formaban una circunscripción de vastas diferencias, si bien tenían virtudes en común, y era tal su poderoso sentido del honor y de la lealtad que, junto con el intenso poder de atracción de Atila, eso fue lo que los fundió en una nación que durante un breve tiempo constituyó una poderosa fuerza militar y diplomática. Se decía: Lo que es bueno para el huno, debe ser bueno para la tribu y la nación: Del mismo modo, lo que es bueno para la tribu y la nación debe ser bueno para el huno; de otra forma, éste desertará y se pasará a los romanos; es decir con Atila se propugnaba el bienestar común.
Es en este contexto es donde nace Atila, en algún lugar de las llanuras del Danubio hacia el año 395, siendo hijo del rey Mundziuck, con un linaje que se remontaba por lo menos a treinta y dos generaciones. Su padre muere cuando Atila todavía era un niño y Rodas su tío fue coronado rey. Al ver Rodas cierta amenaza de Atila hacia su gobierno, cuando contaba doce años, Atila fue enviado en calidad de rehén niño a la corte romana de Honorio, donde pasó su infancia y pubertad. A cambio, Rodas acogió a un muchacho Aecio, con lo cual se cumplía el acuerdo de intercambio perpetuado por los romanos.
En la corte romana Atila en un comienzo se rehúsa a asumir su cultura por un desprecio absoluto a su forma egocéntrica y altruista, pero luego entiende este destino como una oportunidad de aprender y lograr entender la forma de pensar, organizar y planificar del que será en el futuro su peor enemigo, como una suerte de espía; por lo que poco a poco acepta su destino. A su retorno, según los relatos históricos, Atila se convirtió en rey de las tribus en el valle del Danubio porque su hermano Bleda murió en el curso de una cacería; dándole la oportunidad de alcanzar sus sueños, la unión de su pueblo.
Durante su reinado proporcionó a los hunos una meta nacional, la de controlar a las naciones germánicas y eslavas, conquistar Roma y Constantinopla, marchar contra Asia entera, y a continuación otro tanto con África. Por consiguiente, los hunos reinarían en toda la tierra, al norte, al sur, al este y al oeste.
Visto desde una perspectiva diferente a la de quienes escribieron su historia, muchos de los cuales debieron, al menos en cierta medida, faltar a verdad, o bien dejarse arrastrar por preferencias políticas, Atila puede ser descrito hoy día como un hombre emprendedor, diplomático, reformador social, estadista civilizador, mariscal de campo brillante y jefe de unas hordas pavorosas.
Wess en su obra, nos habla del liderazgo como un privilegio de tener la responsabilidad de dirigir acciones de otros para llevar adelante los propósitos de la organización, en diferentes niveles de autoridad y sin perder de vista tanto los éxitos como los fracasos.
Atila nos habla en gran parte sobre las “CUALIDADES DEL LIDERAZGO”, principios que continúan vigentes hasta la actualidad pero que pocos siguen. Nos dice entre otras cosas que para una nación es esencial que tengamos a nuestro servicio líderes que, en sus correspondientes niveles, posean la pericia, la habilidad y la actitud adecuada que les permitan desempeñar con éxito las responsabilidades propias de su cargo. Es decir para poder progresar necesitamos líderes que estén preparados para la gran responsabilidad que se les encomienda en sus respectivos cargos. En la actualidad, específicamente en nuestra realidad peruana poco se ve de estos líderes preparados, en la actual crisis que vivimos de la clase política se puede apreciar claramente cómo llegan a puestos claves personas con poca preparación inclusive siendo más específicos congresistas que ni si quiera han tenido estudios superiores los cuales gracias a una buena campaña demagógica lograron alcanzar votos suficientes para entrar en el negocio dela política.
...