Abandono De Los Ancianos En Los Asilos
Enviado por ernestinamateo • 20 de Abril de 2015 • 2.067 Palabras (9 Páginas) • 1.101 Visitas
La población está envejeciendo, la medicina ha avanzado y permite que cada vez vivamos más tiempo, pero no necesariamente con la mejor calidad de vida. Llegar a viejo debe ser penca porque te duele todo; las rodillas, el cuello, la espalda; te cuesta moverte y hay cosas que ya no puedes comer porque ni tus dientes ni tu estómago lo permiten.
Más difícil es llegar a viejo en una sociedad que se obsesiona por la juventud y que muchas veces es incapaz de tolerar a los ancianos. Los considera torpes, hediondos, poco útiles y un cacho que les impide hacer su vida “normal”. Por suerte, reclama, pero igual se hace cargo de ellos.
No todos los adultos mayores corren la misma suerte. Entrevistando a una persona a cargo de la Hospedería de mujeres del hogar de Cristo, supe que llegaba gente en auto, dejaba a una abuela en la plaza al frente y la dejaba ahí horas. El guardia la veía, avisaba y la iban a buscar. Calor o frío, noche o día, no importaba: “Señora, ¿Por qué está aquí? “No sé, mi hijo dijo que venía altiro”. Por supuesto nunca volvía. Era abandonada como un bebé expósito o peor, como un perro que se va a dejar al cerro.
Qué triste. Ni siquiera se puede decir que “bueno, para eso no tengan hijos” o “para eso no tengan perros” como a la gente que abandona a sus hijos o a sus perros. Nadie se “salva” de tener padres, por decirlo de algún modo. Hay que cuidarlos, por malos padres que hayan sido.
Supongamos que una familia decide cuidar a su padre, madre, abuelo o abuela; no puede dejarlo solo durante el día porque su salud necesita cuidados y porque su deteriorado estado mental no lo hace estar en sus cabales. Entonces se da cuenta de que lo único que puede hacer es buscar un hogar de ancianos donde puedan cuidarlo e irlo a ver lo más posible.
Desembolsa no poco dinero para simplemente esperar que a su ser querido le den los mejores cuidados, o que al menos lo hagan con cariño y preocupación. Nadie espera que lo limiten a usar sólo un pañal si tiene problemas de incontinencia o que no se preocupen de él.
Aunque la persona lo vaya a ver periódicamente, es difícil pesquisar ciertos maltratos o abusos; una tía visitaba a una tía de su marido; y cachaba cosas raras; pero no podía confirmar nada.
Ayer en la mañana vi una nota en el matinal donde una trabajadora de un asilo de ancianos mostraba las deplorables condiciones en que tenían a los viejitos: sumado a lo del pañal, la dueña del asilo había amarrado una especie de recipiente plástico al pene del anciano, para que orinara dentro de esto y así no ocupara tantos pañales, no le cambiaba las sábanas y lo trataba pésimo.
Por suerte la empleada tuvo la inteligencia de grabar en su celular y dejarle el teléfono a uno de los internados para poderlo llamar y saber cómo estaba.
Tanta pena que nos dan los animalitos y los niños y las guaguas; ¿Por qué no nos dan pena también los viejos? Ojalá que nadie llegue a viejo así de enfermo y abandonado.
Para los adultos mayores es doloroso que no llegue la visita esperada, para ellos es fundamental el contacto con sus seres queridos, un beso o un abrazo de sus hijos y nietos por quienes dieron todo y a cambio reciben su ausencia.
En los asilos cada caso es diferente, no obstante para los que cuentan con la fortuna de tener familia el único anhelo es que no se olviden de ellos, pues gran parte de su tristeza es por sentir el abandono
Ciento de las Personas Tienen Familiares
El 70 por ciento de las personas que están en asilos tienen familiares, y de este porcentaje la mitad no quería dejarlos ahí, sin embargo ya no pudieron cuidarlos y se vieron en la necesidad de recurrir a estos sitios.
un asilo nunca será el lugar ideal para los abuelos, ya que ellos deben estar integrados en el círculo familiar.
Los asilos son en parte una solución para los hijos que no pueden dejar solos a sus padres, pues es una realidad que algunas personas corren peligro cuando están sin vigilancia, pueden abrir las llaves del gas, del agua, o lastimarse.
katherine.luna@listindiario.com
Santo Domingo
Terminar en un asilo olvidados por sus familiares es la realidad de los envejecientes que son atropellados y abandonados en las calles de la ciudad o en un hospital.
Muchos son transferidos a los principales centros de salud del país donde permanecen meses, ingresados por las fuertes lesiones sin que nadie vele por ellos.
El director general de Protección a la Vejez, del ministerio de Salud Pública, Pedro Khoury, informó que han identificado tres casos de envejecientes internos a causa de atropellamiento, dos en el hospital Darío Contreras y uno en el Rodolfo de la Cruz Lora, los cuales tienen trastornos mentales.
Aseguró que para estos casos donde las personas mayores internas en los centros de salud no tienen quien vele por ellos, el ministerio creará dos salas en el hospital Rodolfo de la Cruz Lora.
Explicó que estas salas tendrán cuatro camas cada una, un psicólogo, un geriatra, un psiquiatra y un neurólogo.
Los sin familia
En cuanto a los que son abandonados por sus familias y no tienen ningún problema mental son llevados a hogares de día y a asilos en diferentes puntos del país.
Khoury, aseguró que el ministerio está enfrentando la situación, pero que este problema es social, ya que por falta de humanidad y amor por parte de los mismos parientes tienen que ser recluidos en asilos.
Agregó que cuando tienen casos de personas mayores en los hospitales, se trata de localizar a sus familiares, y cuando no aparecen, los llevan a los asilos.
“Es un problema enorme para nosotros. Por ejemplo, en hospitales como el Darío Contreras, primero, porque no tenemos camas suficientes, y segundo, el costo de mantenimiento de la persona”, expresó.
Detalló que en el país hay 28 asilos y 37 hogares de día, donde en cada hogar atienden a más de 50 envejecientes.
También, que gastan alrededor de 100 millones de pesos en alimentos, alquiler de casas, medicamentos y personal; además, el pago de las 37 casas alquiladas ronda entre los cinco y 25 mil pesos, y en gasto de alimentos invierten de 28 a 30 mil pesos.
Abandono a los de la tercera edad; una realidad
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