Acompañamiento Pedagógico para el mejorar el desempeño docente en la Escuela Bolivariana Mogoton
Enviado por angeloj2020 • 9 de Junio de 2021 • Informe • 15.635 Palabras (63 Páginas) • 151 Visitas
CAPITULO I
Planteamiento y Contextualización del Problema
El acompañamiento pedagógico, en la actualidad, juega un papel importante dentro de la metodología activa, siendo un elemento importante en este modelo de asesoramiento; es el acto de ofrecer asesoría continua, es decir, el despliegue de estrategias y acciones de asistencia técnica a través de las cuales una persona o equipo especializado visita, apoya, ofrece asesoramiento permanente al docente y al director en temas relevantes de su práctica, centrado en el desarrollo de las capacidades de los docentes a partir de la asistencia técnica, el diálogo, la promoción de la reflexión del maestro sobre su práctica pedagógica y de gestión de la escuela.
Con referencia a lo anterior, los procesos de supervisión escolar, seguimiento educativo y acompañamiento pedagógico en el ámbito de la educación, a lo largo de la historia, se encuentran íntimamente relacionados, se han transformado en los escenarios escolares, tanto en sus propósitos, conceptualización, y modalidades, así como en su puesta en práctica. Según estudios realizados por la Red de Revistas Científicas de América Latina, el Caribe, España y Portugal (REDALYC), estos procesos son, términos que se utilizan para describir las diversas formas de la función ejercida por los agentes educativos de manera homogénea, para fortalecer el crecimiento personal y profesional del docente con la finalidad de mejorar la calidad educativa y por ende los educandos.
Epistemológicamente, tal como señala Rodríguez, S. (2002), el crecimiento personal del educador se fundamenta en el enfoque humanista, el cual, define al hombre como una entidad superior, además establece el desarrollo y la actividad científica libre de directrices, confía en la razón, el método, la ciencia; contribuyendo de esta manera en fortalecimiento educativo. En este sentido, el humanismo y la ciencia facilitan el desenvolvimiento del hecho supervisorio, para establecer las relaciones existentes entre diversos momentos del quehacer educativo con la finalidad de propiciar en el docente el logro de los objetivos propuestos, acumulando nuevas experiencias durante el proceso.
En efecto Soto (2011), considera el hecho de la supervisión escolar como una orientación profesional y asistencia dada por personas competentes en materia de educación, cuándo y dónde sean necesarias tendientes al perfeccionamiento de la situación total de enseñanza – aprendizaje. Esta gestión supervisora es una responsabilidad básica en el sector educativo, pues la educación es la parte más sensible de todo el proceso social; no obstante, Salcedo (2006) considera la supervisión como un proceso de producción, adquisición, mantenimiento, promoción, control y unificación de recursos tanto humanos como materiales, organizándolos formal e informalmente, dentro del sistema educativo para que se cumplan los objetivos educacionales señalados en los instrumentos legales dispuestos por el Estado a través de sus órganos competentes.
Ahora bien, para la consolidación del proceso de enseñanza aprendizaje, se requiere así mismo de un acompañamiento, convirtiéndose en un eje facilitador de experiencias educativas recuperadas creativamente y con mayor impacto en el desarrollo personal y profesional de los y las docentes de las instituciones educativas; de esta manera las visitas a las aulas y observaciones dentro de ellas serán técnicas para posibilitar el crecimiento personal y profesional del equipo docente, para analizar la práctica educativa desde una visión de mejora continua. El proceso de acompañamiento, debe construir, orientar y generar junto al docente la reflexión sobre la práctica pedagógica y la coherencia de la misma con el ser humano.
A este respecto, Soto (2011), postula el acompañamiento educativo como un proceso que se realiza en el contexto de un proyecto o programa para evaluar y controlar las acciones de los actores (docentes y/o estudiantes), involucrados en el mismo e implementar intervenciones pedagógicas que optimicen la administración efectiva de los ambientes y las oportunidades de aprendizaje; es por ello que el seguimiento educativo supone retos y compromisos; cuyo propósito fundamental es orientar al docente en su crecimiento como persona y como profesional. Este enfoque demanda un acompañante con competencias para la comunicación, para gerenciar las necesidades y dificultades que se presentan en un salón de clase.
Con referencia a lo anterior, el acompañamiento está centrado en el desarrollo de las capacidades de los docentes a partir de la asistencia técnica, el diálogo y la promoción de la reflexión del maestro sobre su práctica pedagógica y de gestión de la escuela. Villalobos, (2007) lo define como un conjunto de procedimientos que se realiza mediante actividades, específicamente orientadas a alcanzar datos e informaciones relevantes para mejorar las prácticas pedagógicas del docente, buscando lograr el cambio de los patrones de conducta y de actuación de las personas comprometidas en el proceso de enseñanza aprendizaje; correspondiendo a una acción positiva que cada vez contrasta más con la realidad observada en los planteles.
Es por ello que, la integración de la gestión supervisora contribuya a buscar soluciones a los problemas educativos en forma oportuna donde se coordine y estimule el desenvolvimiento del trabajo docente en la institución a la cual pertenece, con la intención de sincronizar las acciones que circunscriben las actividades educativas y su interacción con la supervisión. A tal efecto, Sergiovanni (2002) pone el acento en el centro educativo como un subsistema social, siendo el supervisor un líder pedagógico que entiende a la escuela como fuente de identidad, donde se subraya la formación, la calidad educativa y la renovación de la enseñanza, parte integral de una gestión democrática y participativa, signada por el acompañamiento pedagógico.
En este mismo orden y dirección, el supervisor debe ser capaz de evaluar las actividades inherentes a la gestión educativa, coordinando esfuerzos para el éxito, despertando iniciativas en los docentes, estableciendo equilibrio y orientando el trabajo escolar; en efecto, Chiavenato (2003), establece las funciones específicas del acompañante como lo es la orientación, asesoramiento, investigación y evaluación, con la intención de producir mejoras y soluciones a los problemas planteados, a través del él es y el deber ser que contribuirán a buscar soluciones a los problemas educativos de manera oportuna, donde se coordine y estimule el desenvolvimiento del docente en la sociedad a la cual pertenece, con la finalidad de sincronizar las acciones que circunscriben las actividades administrativas y su interacción con la supervisión.
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